Dark Void es un ambicioso proyecto para redefinir la jugabilidad de los
shooters... Que se queda, desgraciadamente, a medio gas. Hay buenas ideas y elementos sobresalientes, pero también fallos de bulto que echan por tierra el buen hacer en determinados apartados. Pero veámoslo más en detalle.
La historia arranca metiéndonos en la piel de
Will, el piloto de un carguero que sufre un terrible accidente en el Triángulo de las Bermudas... Y acaba siendo transportado a un mundo fantástico descubrirá que una raza alienígenea, Los Vigilantes (Watchers), posee una tecnología fantástica... con la que esclavizan a la gente.
Will no es un héroe de libro (aunque poco le falta), pero pronto se hace con un pequeño arsenal de armas - mejorables - y una genial mochila propulsora con la que podrá planear y, más tarde, volar libremente.
Así, el juego comenzará como un
shooter normal - búsqueda de cobertura, uso de distintas armas, etc... - y pronto irá enriqueciendo la mecánica de juego con el uso de la mochila propulsora. El problema viene cuando
descubrimos que a este artefacto se le podía haber sacado mucho más partido, y que a efectos prácticos muchas veces resulta un engorro intentar calcular distancias de planeo o explorar con ella... El equipo de desarrollo también debió darse cuenta,
porque el juego es completamente guiado y está lleno de paredes invisibles para evitar que el jugador se pierda y
naufrague en el gigantesco mundo del vacío. Una auténtica pena.
Afortunadamente incluso guiado
el juego resulta interesante, sobre todo para los amantes de la ciencia ficción, por su cuidada presentación y ambientación. La jungla, las naves, el misterio que acompaña a los
soldados enemigos, los jefes finales... Hay momentos brillantes que salvan el resultado final, aunque también se ven empañados por
un motor gráfico mediocre, con importantes fallos de clipping, una
IA enemiga lamentable y una cámara que nos jugará más de una mala pasada.
La
comida nos ha gustado, pero al final nos hemos quedado con un
regustillo amargo. La mecánica de juego podría haber dado mucho más de sí, y el juego pide a gritos elementos que lo hagan rejugable
de verdad. Veremos si la secuela - que si
Will no se estrella en ventas, no dudamos que la habrá - sabe corregir estos fallos.