Al igual que el original, este Dark Souls Remastered ese enormemente largo, lo que unido a su dificultad nos hará pasar semanas o meses delante de él. Su sistema de juego y su dificultad nos hará estar mucho tiempo delante de la consola hasta aprender sus técnica, lo cual puede echar a jugadores menos avezados. Hay que tener en cuenta que
Dark Souls no es para todo el mundo, y cuando escuchas a todo el mundo hablar de él o de sus virtudes es fácil llevarse a engaños y pensar que estamos ante otra cosa. No obstante, si aprendemos a jugar, nos hacemos con su combate táctico, la forma de progresar, su estructura de juego o el juego cooperativo, nos veremos enganchados hasta finalizarlo.
Eso sí; esta dificultad puede ser un arma de doble filo que deje a muchos jugadores fuera y que los frustre sobremanera a otros muchos incluso gustándole los juegos difíciles, pero esta es parte de su diversión, de aprender cómo vencer a ciertos enemigos (finales y no tan grandes) y
buscar todas las posibilidades y secretos dentro de un mismo escenario. Dark Souls tiene muchos elementos que nos pueden hacer pasar muchas horas delante del juego, aunque si ya has jugado al original no encontrarás tantas virtudes como para volver a hacerlo, salvo que no te lo finalizases o que quieras volver a intentarlo con alguna que otra ayuda, al contar ahora con una mayor facilidad para conectarse con amigos o desconocidos e intentar vencer a los enemigos con ayuda.