Hablamos de una edición "Juego del Año" de Dark Souls II, que aparece en los soportes donde ya había aparecido (PC, Xbox 360 y PS3), y que hace su primera aparición en PS4 y Xbox One, con lo que estos usuarios tienen su primera oportunidad de jugar a esta franquicia antes de poder hacerse con el siguiente episodio (Dark Souls III), o incluso con Bloodborne e ir haciendo boca. Con ello, estamos ante un juego que técnicamente recuerda mucho al original, casi idéntico en las consolas 360 y PS3, y en PS4 y Xbox One recuerda a la versión de PC (mismas texturas, mismos gráficos y mayor resolución y tasa de frames).

La duración del juego es mayor, ya que incluye los tres DLCs que se podían adquirir por separado (Crown of the Old Iron King DLC, Crown of the Ivory King DLC y Crown of the Sunken King DLC), por lo que encontraremos el mismo juego, mayor duración, mismo acabado técnico y el mismo estilo y jugabilidad (y dificultad) que el original, lo que quiere decir que si has jugado al anterior no encontrarás demasiadas novedades. En cuanto a sistema de juego, es un hack'n slash con toques de juego de rol donde tendremos que explorar todo el entorno, matar a todo bicho viviente con muchísimo cuidado para evitar que nos maten y tener que volver a repetir (una y otra vez) la misma zona con los mismos enemigos (estos se regeneran cada vez que llegamos a una hoguera o morimos).

Lo que hace a éste y otros Dark Souls tan bueno es tu cuidado diseño (aunque en esta ocasión no sea tan bueno como el Demon Souls o el primer Dark Souls), su ambientación, la integración del online que hace que otros jugadores puedan engancharse a tu partida (y ayudarte, o trolearte) y esa dificultad que conseguirá enganchar a los más acérrimos, pero que puede desquiciar a otros. Sin duda, uno de esos juegos que amas u odias, pero que a buen seguro no te dejará indiferente.