Curse of the Sea Rats es un título ambicioso y muy interesante, con un potente aliciente visual (su arte) y una historia y personajes tan interesantes como bien diseñados e implementados. Para abrir boca tenemos 4 héroes
con personalidad, cuatro personajes bien diferenciados (con sus propios diálogos, bien escritos) que tras sufrir una maldición y ser convertidos en ratas por el poder de una bruja, se lanzan al rescate del hijo del capitán, un inocente
ratoncillo. Por el camino tendrán que enfrentarse a un montón de peligros, entre los que destacan unos jefes bien diseñados que
desbloquerarán nuestras habilidades especiales. Descubrir el misterio y llegar hasta la carismática villana del juego es un viaje que nos ha gustado mucho, especialmente por la compañía del sarcástico fantasma que nos ayuda a desbloquerar nuestro árbol de habilidades.
Es cierto que a nivel jugable no hay nada revolucionario o especialmente ingenioso
más allá de un multijugador cooperativo pocas veces visto en el género, pero el mundo en el que se mueven nuestros personajes tiene suficiente identidad como para
meternos en él desde la primera partida, y sabe sorprendernos en cada una de las batallas o con cada escenario
diferente. Por supuesto, hablamos de un juego de presupuesto ajustado y coste reducido, algo que también tenemos muy en cuenta.