La propuesta de
Curse of Anabelle tiene ideas realmente interesantes, aunque por desgracia no terminan de desarrollarse correctamente y acaban naufragando en un
quiero y no puedo. Y es una pena, porque la atmósfera no está mal conseguida, ni la idea en
sí es mala; es más, durante la primera hora nos divertimos bastante investigando, e incluso nos llevamos algún que otro
susto. El problema fue a partir de ahí...
El peor enemigo en el juego es la repetitividad y la falta de inspiración fuera del planteamiento inicial; las ideas no son tan buenas para aguantar el tener que repetir tanto la fórmula de juego. Así, una experiencia que podría haber sido brillante pasa sin pena ni gloria.