Buena y manejable, pero falta de mayor solidez en el control.
La jugabilidad fue, desde siempre, el punto fuerte de la saga, la marca de calidad de la casa. Ahora no podía ser menos, sino que debería haber sido mucho más.
Suponíamos que en este caso, hacer una referencia al susodicho título tomado como referencia (sería más adecuado catalogarlo como calco absoluto) y ofrecerlo como comparación directa, daría una imagen clara del control y manejo de los vehículos varios, pero? Nada más lejos de la realidad.
En otras circunstancias, para otro título, la referencia directa al título inmediatamente anterior no sería tenida tan en cuenta cuando hablamos de una entrega para una plataforma completamente diferente. Pero debo hacer una clara excepción con este título, viéndome obligado a tomar como absoluta medida para la valoración al juego que se ha tomado descaradamente como base para esta conversión (que no adaptación). Así, en virtud de la claridad y fiabilidad, calzaremos a este
?Legend? en base a
BO3.
Incomprensiblemente, cuando todo el juego es una mera adaptación,
la jugabilidad y el control han sido sutilmente tocados por una mano desafortunada; propiciado una desafinada melodía.
Si han jugado a cualquiera de los títulos anteriores (espero que sí), notarán con rapidez como los coches son ahora un poquito más ligeros, más livianos en su comportamiento y física. A la hora de embestir a otros vehículos, en un intento de apartarlos de la calzada o simplemente estrellarlos contra los muros, notaremos como
la sensación de peso y resistencia a los envites ha sido suavizada en una medida que se nos puede hacer algo incómoda.
De este modo, tendremos que esperar a tomar coches en las clases más pesadas (como
Muscle) para lograr infligir el suficiente empuje en los rivales. Empuje que, por otro lado, obteníamos con mayor facilidad en
BO3. Tema aparte, aunque igual en importancia, lo encontramos en las diferencias en cuanto a conducción para cada clase.
No importa qué coche escojamos dentro de una misma clase, todos se conducirán y se comportarán exactamente igual.
Como iguales serán los circuitos en casi la totalidad de los casos; iguales a sí mismos, e iguales a los de
BO3; pero no tan parecida será la respuesta en las pruebas de choque.
Como ya he comentado, la extraña modificación en la conducción afecta sensiblemente al modo destructivo.
Ahora los coches vuelan de manera exagerada, en cuando saltan por una rampa o impactan con el primer vehículo no pesado. La gravedad parece tomarse libertades con el metal y, lo que en
BO3 era una buena prueba de peso y metal retorcido, ahora parecen coches de plástico que vuelan de un lado a otro; desesperados por encontrar un objetivo con el que empotrarse para detener de una vez la alocada inercia. Aviones parecen en algunos casos.
Y es realmente divertido de ver, aunque ciertamente desesperante cuando vas a por los puntos. Tomas la rampa y activas el Impulso sólo para descubrir, con gran sorpresa, cómo tu coche salta por encima de los obstáculos más lejanos para acabar incluso saliendo de la pantalla? Realmente incomprensible, realmente lamentable.
Es una situación que nos acompañará en todas las carreras, en todos los modos. El control ha perdido el afinamiento y los coches no ofrecen verosimilitud en su comportamiento. Parecen demasiado ligeros, faltos de física, poco realistas (por mucho que el juego sea un festín de excesos en la conducción poco realista).
Por desgracia para los programadores, se percibe claramente cuál es el problema del desnivel en la conversión: la potencia de la
PSP no es suficiente para albergar un juego de estas características; no al menos si lo que se pretende es un traspaso perfecto o, cuanto menos, fiel.
PSP necesita de más tiempo para invertir en sus posibilidades y estudio.
Desarrollar el juego con tan obligada rapidez y falta de cuidado no podía traer más que un producto a medio pulir.
Se nota demasiado, afectando directamente a la jugabilidad con incluso alguna que otra ralentización. Una lástima.