Los chicos de Epic Games y
People Can Fly intentaron repetir la fórmula de Gears of War, con un juego cuyos personajes eran los típicos anti-héroes y con algunas situaciones muy similares en planteamiento, aunque en primera persona en lugar de tercera. Sin embargo, ni consiguieron el mismo carisma, ni la misma jugabilidad al eliminar el sistema de cobertura o el cooperativo para dos jugadores, ni en opciones multijugador. El resultado fue un juego que solo se apoyaba en dos puntos, ambos originales, como el tener que avanzar haciendo combos con un látigo que coge enemigos y los lanza por los aire en cámara lenta. Esto no se ha visto (al menos así) en ningún videojuego, y podría parecer una combinación entre un Devil May Cry (por el tema de acabar con los enemigos con estilo) y el uso del gancho de otros juegos de acción en tercera persona.
El otro elemento en el que se basa el juego es el desarrollo de algunas fases, como la que nos persigue una enorme rueda gigante (escenario interactivo), o la que nos persigue una enorme criatura a la que no le ha hecho gracia que molestemos a sus crías. Quizás, aquí es donde está la parte que más llama la atención en el juego, ya que en la mayoría de los escenarios encontraremos partes con las que podremos interactuar y nos entretendremos un buen rato en hacerlo, lo que combinado con el látigo le da mucha frescura en muchas ocasiones, pero no siempre.
Haber añadido a Duke Nukem como personaje protagonista en esta versión (como DLC) también le da cierta gracia, sustituyendo a Grayson Hunt como protagonista, lo que también le da cierto toque gracioso al remake, y cierto aliciente para aquellos que jugaron originalmente.