La idea de partida de Bound By Flame es muy buena (estar dominado por un demonio de fuego, la invasión de un ejército de demonios de hielo), pero el problema que arrastra es que no termina de explotar sus propios puntos fuertes. Convertirnos en un auténtico monstruo solo afecta realmente a nuestra apariencia, y podemos seguir
ligando incluso. Los personajes secundarios, muchas veces mejor escritos que nuestro héroe, son también un aliciente, pero no hemos logrado profundizar en nuestra relación con ellos tanto como queríamos. También nos ha faltado más
evolución del personaje, sentirnos realmente
poderosos al final del juego. El juego brilla especialmente en PS4, donde no tiene competencia directa. En el resto de máquinas... Hay apuestas más interesantes.