A nivel jugable,
Blood and Truth es un shooter con un claro enfoque cinematográfico (aprovechando el soporte VR), pero que sabe sacarle partido a las grandes ideas del FPS - como la acción en tiempo bala, la cobertura o los elementos destructibles - al tiempo que apuesta sin reservas por el control por movimiento (aunque también hay soporte para el mando tradicional, el gran olvidado ha sido el periférico
AIM, el rifle virtual). La respuesta, salvo algún momento puntual, es sorprendentemente buena y precisa, más que satisfactoria.
Un punto que nos ha encantado en el título es la posibilidad de ir con un arma potente o dos ligeras. La primera tiene algunas ventajas adicionales, como la opción de mejorar la puntería cogiéndola a dos manos, o utilizar mirillas para apuntar con más precisión (el resultado es brillante, gracias al VR), mientras que la segunda es ideal para jugar de un modo más
caótico. Dada la baja IA de los enemigos del juego - uno de los puntos más mejorables - viene bien tener distintas aproximaciones para experimentar, mientras esperamos algún parche que arregle un poco este
punto negro.