Treasure y SEGA vuelven a tomar
DS con las espectaculares batallas de los
Shinigamis contra las fuerzas del mal, sin arriesgar demasiado en la apuesta.
Dark Souls cumple todo lo que cabría esperar de una secuela: más personajes, mejoras jugables, un mayor equilibrio en los combates, gráficos aún más pulidos... y una preocupante falta de originalidad. La gran baza de esta entrega es que podremos manejar en momentos determinados a los
Hollows, o sea, jugar a ser los malos. Pero una vez superada la novedad - que no dura demasiado - volveremos a la acción con los
Ichigo, sus amigos y
shinigamis, y nos daremos cuenta de que no hay auténticas novedades jugables.
La mecánica de combate sigue siendo la misma que en
The Blade of Fate; a efectos prácticos el juego se controla como un título de lucha clásico, combinando cruceta y botones para lanzar espectaculares combos y ataques especiales. Las señas de identidad de la saga vienen
con el soporte para combates de 4 luchadores y la inclusión en la pantalla táctil de
cartas que mejoran las habilidades de los personajes (y que son todo un regalo para los fans).
Mención especial
merece el modo historia, el mayor atractivo para todos aquellos que van a jugar solos. Con una genial trama paralela
donde se intercalan combates nunca vistos en la serie con divertidos minijuegos que exprimen las posibilidades de la pantalla táctil - y a veces ponen a prueba nuestro grado de conocimiento de la serie - vamos a disfrutar de horas y horas de diversión, más que en muchos
RPGs de la portátil...
El apartado técnico del juego sigue siendo sobresaliente. Por una parte tenemos
un estupendo acabado gráfico 2D con geniales representaciones de los personajes clave de la serie y sus ataques especiales; incluso se ha mejorado la claridad del juego cambiando el color de los personajes cuando están golpeando con sus ataques especiales. Y con la inclusión de gigantescos
monstruos el juego le saca partido al sistema de
zoom. A pesar del excelente resultado no encontraremos ningún problema técnico importante, presentando combates vibrantes y tremendamente fluidos.
A nivel sonoro la cosa es igual de brillante, con una banda sonora sólida y conseguida que resulta todo un aliciente durante los combates... Y las voces - en inglés - tampoco desmerecen (salvo que seamos muy fans), ya que además de meter las de los 44 personajes protagonistas hay un buen montón para los secundarios invocados mediante cartas.
El único
pero es que, quizá al estar un poco más sobrecargado a nivel gráfico, el juego tiene más problemas de lag en el juego online. No es nada preocupante ni que haga la experiencia injugable, pero sí se nota si le hemos sacado jugo a la conexión
Wi-Fi con la entrega anterior.