El negocio de la guerra siempre ha sido uno provechoso. Traficantes de armas, buscadores de fortuna y políticos ansiosos de poder son tan sólo algunas de las piezas que se aprovechan de este juego bélico para su propio beneficio. De un modo naturalmente más sano y menos solemne,
la industria del videojuego tiene en el campo de batalla uno de sus más populares filones, siendo en esta última ocasión Electronic Arts y DICE quienes lanzan para Xbox 360 y Playstation 3 la última entrega de la saga Battlefield con
muchas papeletas de alistarse en la juegoteca de gran parte de los jugadores.
Ajustándose al dedillo al género de la acción en primera persona, este título nos pone en la piel de Preston Marlowe, un novato asignado a la Bad Company que da título al juego, un
comando de cuatro descastados que asumen su papel en un ficticio conflicto bélico contra rusos como modo de expiación involuntaria por pecados del pasado.
La trama mezcla el oro, reflexiones algo simplistas sobre la guerra y una peligrosa y misteriosa facción paramilitar en un
desarrollo algo insulso y genérico. Afortunadamente, el carisma, sentido del humor y mala leche de los protagonistas consiguen empatizar con el jugón, en un trabajo de inmersión y caracterización destacable. Ayuda a ello sustantivamente el
excelente trabajo de localización de Electronic Arts para nuestro país, dirigiendo un fantástico trabajo de doblaje al castellano. Las voces y la cinematográfica realización del juego se fusionan así para crear una
atmósfera envolvente y hollywoodiense sólo comparable a los mejores títulos del género.
Con ello enlazamos directamente a las cuestiones más técnicas. En líneas generales, el
apartado gráfico nos ha parecido bueno y gratificante. Los escenarios cuentan con una superficie enorme (y cierta libertad para explorarla, como veremos más adelante), con
muchos elementos plenamente interactivos; así, árboles, estructuras, barricadas, e inclusos fachadas de edificios reaccionarán explosivamente de forma realista a nuestros ataques y bombardeos. Hay un número razonable de armas a nuestra disposición, la iluminación es buena, y el motor es suave y, ante todo, estable. La IA de los enemigos se acomodará al nivel de dificultad que escojamos y nuestros compañeros, aunque estén configurados para dejarte el peso de la acción a ti, ayudan a crear atmósfera y aportan credibilidad.
Pese a esta percepción favorable, es también razonable que atendamos a los puntos negros con los que nos hemos topado en este apartado: los escenarios presentan todos una
geografía muy similar y entornos y objetivos demasiado repetitivos, con un
número de modelados insuficiente, tanto de enemigos como de elementos adyacentes. Hemos detectado asimismo
algún problemilla con el v-sync y, en líneas generales y poniéndonos exigentes, nos queda la impresión de que el nivel de detalle y aspecto visual podría haberse explotado más, pues hay ya en el mercado precedentes directamente comparables superiores en este campo.
En cuanto al
multijugador, pese a no poder jugar la campaña en modo cooperativo desde la misma consola,
se trata sin duda del principal peso sobre el que recae la rejugabilidad del título, si bien en nuestra opinión se queda algo corto. Con soporte de hasta 24 jugadores en red y sin excesivos problemas durante el juego una vez superado cualquier trance en la conectividad,
el único modo de juego disponible cuando hicimos el análisis era el de ?búsqueda del oro? . Un vídeo de aproximadamente dos minutos nos hacía las veces de tutorial, explicando cómo nos dividiríamos en dos equipos cuyas funciones serían defender cofres de oro o robarlos, respectivamente. Con una barra de energía que computa las muertes y cofres confiscados, perderá el equipo que la vacíe antes. El sistema es divertido y al menos ofrece alguna nota de originalidad, si bien estimamos es insuficiente, a la espera del modo ?conquista?, que DICE asegura estará disponible para descargar gratuitamente bien pronto. Los recientes trofeos, rangos y comparativas de puntuaciones no salvaguardan el hecho de que no podemos jugar la aventura principal en modo cooperativo, ni en la misma consola ni online.
La jugabilidad añade un elemento novedoso al desarrollo generalista de otros shooter del estilo. En este Bad Company, aunque el guión nos lo dosifica los objetivos que tenemos que ir cumpliendo, el juego nos da una
gran libertad para completarlos en el orden que prefiramos y con
la estrategia que más nos plazca. Para ello, tendremos que recorrer grandes distancias cuyo transcurrir variará drásticamente en función de la metodología que escojamos. Ya sea a bordo de diversos vehículos, a lo cafre o meditando nuestros pasos, el título de DICE proporciona una
?ilusión de libertad? que supone un soplo de aire fresco frente a los ?recorrepasillos? habituales del género. El desarrollo, eso sí, es algo monótono, siendo el acto del helicóptero y el descubrimiento de nuevas aplicaciones armamentísticas los principales giros de tuerca en ese sentido.
Con 6 grandes capítulos de aproximadamente una hora de duración, insistimos para finalizar en que la principal baza de este juego la proporciona su modo multijugador, que con una amplia comunidad y soporte apropiado alargan sensiblemente la vida de un producto que, de otra manera, nos habría resultado excesivamente breve e incluso algo repetitivo.