Aunque ha tardado más de una década,
Ubisoft por fin ha escuchado las voces de los fans que pedían - a gritos - un
Assassin ambientado en el país del sol naciente. Y aunque ha llegado salpicado por la polémica, el título ha cumplido con creces con lo que esperábamos, siendo uno de los mejores títulos de la franquicia por méritos propios. Eso sí, y antes de ahondar más hay que resaltar lo que ya veíamos venir por los primeros vídeos: la presencia de
Yasuke, un
samurái negro de más de 2 metros tiene un impacto mucho más importante a nivel de gameplay que de historia. Que sí, que entendemos que fue un personaje histórico, pero hablamos de una rareza histórica que debería crear el caos, miedo y dudas entre los japoneses de a pie, y salvo muy contadas excepciones, no lo hace... Dejando como la auténtica protagonista de la trama a la ninja
Naoe.
El juego además tiene un gran acierto, y es que nos premia por ir variando entre ambos personajes, ya que el nivel de
búsqueda de los guardias va subiendo si todas las misiones las llevamos a cabo con uno de ellos; así se refresca el
gameplay de una forma orgánica y natural, y podemos divertirnos también dejando el sigilo a un lado y
liándola con el gigantesco samurái y sus destructivas armas. Otro punto sobresaliente es la puesta en escena, con localizaciones impresionantes, plagadas de detalles y elementos jugables, y muchas de las cuales responden también al paso de las estaciones. El resultado final es un título con muchísimas personalidad que brilla con luz propia dentro de la franquicia.