Que el periodo navideño venga plagado de películas de animación de corte infantil es algo que a estas alturas no sorprenderá a nadie; que algunas de ellas vayan más allá del mero entretenimiento de los niños si es algo más reseñable. Es el caso de
Arthur y los Minimoys, la nueva película de
Luc Besson que nos llevará a un fantástico mundo poblado por unas diminutas criaturas mágicas: los
Minimoys. Mezclando actores reales y una espectacular animación 3D la película nos cuenta la historia de
Arthur, un valiente chaval que encontrará la forma de adentrarse en el extraño mundo de los
Minimoys para encontrar un tesoro que pueda salvar a su familia de la ruina.
Como podéis imaginar, la adaptación al videojuego no se ha hecho esperar; de la mano de
Etranges Libellules, que ya nos sorprendieron con
Asterix y Obélix XXL y bajo el sello de
Atari el juego se presenta como una sólida apuesta para los más pequeños en su carta a los reyes magos. Pero? ¿estamos ante un título recomendable? Y si es así, ¿sólo para los más peques de la casa? ¿O todos deberíamos darle una oportunidad?
A nivel jugable,
Arthur y los Minimoys presenta una fórmula simple y adictiva;
estamos ante un plataformas de los de toda la vida, pero bien rematado con algunas ideas curiosas. En las fases normales alternaremos el control de los 3 protagonistas de la película, cada uno con sus habilidades características, y tendremos que ir solucionando puzzles que implicarán cambiar de personaje o dando cuenta de numerosos enemigos. El control es más que correcto, con un buen número de movimientos para cada personaje.
Sin duda, el fallo más sonoro del juego es su duración, unas pocas horas. Si a esto añadimos una preocupante falta de extras (más allá de algunos contenidos desbloqueables que harán las delicias de los fans de la película) ya sabemos dónde cojea el juego. Por si fuera poco, se abusa un poco de la mecánica de los puzzles, que acaban siendo bastante repetitivos, y solo algunas notas de color (como las fases aéreas a lomos de libélulas) ayudan a romper esta peligrosa monotonía.
No podemos decir que haya nada realmente innovador en
Arthur y los Minimoys, aunque también es cierto que la mezcla de géneros y un desarrollo que alterna puzzles y acción le dan al juego una personalidad propia. Destacar el buen hacer a la hora de adaptar el mundo creado en la película (creado originalmente por
Céline García y luego adaptado en varios libros escritos por el propio
Luc Besson) con un buen montón de detalles curiosos que muestran el buen hacer del equipo de programación.
Técnicamente el juego cumple con nota.
El apartado gráfico es una grata sorpresa, una prueba más de que los programadores van dominando el hardware de
PS2. Hay que destacar el tamaño y nivel de detalle de los escenarios (aunque se echa en falta algo más de variedad) y sobre todo la calidad de los modelados y animación de los 3 protagonistas. El engine también es bastante sólido, y sólo encontraremos algunos problemillas puntuales con el juego de cámaras.
Y a nivel sonoro, la cosa no desmerece;
un excelente doblaje al castellano y una banda sonora de lujo ayudan a que este apartado sea brillante. Lástima de la falta de selector y del enorme espacio que el juego necesita para grabar (más de 600Kb), un fallo que viene por la conversión casi directa del original de PC.