Los 2 analógicos y algún que otro botón bastarán para dar cuenta de todos los monos. La cámara nos dará más de un quebradero de cabeza.
La mecánica básica de juego no ha cambiado en esta entrega;
mientras nuestro personaje se mueve con el stick derecho, el izquierdo nos servirá para utilizar distintas armas y herramientas: la porra aturdidora, la red caza-monos, el coche de radio control, la catapulta... Todas ellas responden a la perfección al toque del stick y al especial sistema de control; además,
para dar cuenta de todos los monos es necesario alternar entre distintos ?gadgets?: aturdir a un mono con la porra o el coche radio control y luego capturarlo rápidamente con la red. Para alternar las armas utilizaremos los 4 botones principales, y gatillos nos servirán para saltar y andar sigilosamente, y para ?intentar centrar las cámaras?. Entonces, ¿no hay cámara manual?
Aquí es donde encontramos
el mayor pinchazo de Ape Escape 3: las cámaras. Tenemos la posibilidad de centrarlas con un botón, y de intentar manejarlas con la cruceta digital, pero el resultado no es demasiado bueno. Además de ser un control poco intuitivo (todos estamos acostumbrados al segundo stick para estos menesteres) los monos se mueven con muchísima rapidez, lo que hace que la cámara pegue bandazos y dificulta el saber qué está pasando y hacia dónde nos movemos.
En el lado positivo tenemos suculentas novedades;
ahora podremos elegir entre 2 personajes (chico y chica, cada uno con sus ventajas; él maneja mejor la red, y ella puede cantar para acercarse a los monos. Lástima no poder alternarlos),
y tenemos un nuevo artilugio que nos permite ?disfrazarnos? y ganar nuevas habilidades. Así, el ?Caballero heroico? tiene un escudo que para las llamas y un ataque especial que deja a los monos aturdidos, el ?ninja? nos hace más sigilosos y letales a la hora de derribar enemigos... Eso sí, los efectos de los 8 disfraces son temporales y necesitaremos estar re-cargando su barra de energía continuamente. Aún así, uno de los mayores aciertos de esta entrega, disparando las posibilidades jugables.