Alone in The Dark es uno de los Survival Horror con más solera del género - además de uno de sus padres -, y tras una convincente cuarta entrega por fin le toca dar el salto a la nueva generación de consolas; en esta entrega,
Edward Carnby vuelve para luchar con las fuerzas oscuras, un mal antiguo y poderoso que amenaza con destruirnos a todos?
Tras fascinarnos con las múltiples posibilidades del juego, los chicos de
Eden Games nos han dejado un regusto agridulce con la versión definitiva del juego,
que muestra enormes aciertos pero también fallos de libro? Acompáñanos en nuestro completo análisis para descubrir pros y contras de esta aventura.
Alone in the Dark arranca como un
survival horror normal (tras una fase-tutorial un poco lenta) y pronto empiezan las novedades;
podemos pasar libremente de la primera persona a la tercera, más cómoda para la exploración y el combate directo (con armas contundentes utilizaremos el analógico derecho, un tipo de control que nos ha parecido mejorable).
Es una pena que no se haya provechado más esta libertad a la hora de disparar a los enemigos y dejarnos machacarlos en sus puntos débiles, ya que no tiene demasiada importancia donde apuntemos ( como en un survival cualquiera,
Resident Evil p.e.).
Otro punto original es
la posibilidad de unir objetos (aunque no se pueda hacer con todos, sí encontraremos muchas combinaciones), como poner sangre sobre una bomba para atraer a los enemigos,
o que todo nuestro inventario esté realmente metido en la chaqueta de Carnby; esto actúa muy favorablemente sobre la inmersión en la aventura (todo parece más natural), pero lamentablemente también hace tareas comunes (como curarnos) pesadas y tediosas?
Con
sólo una decena de horas de juego, la quinta entrega de la saga es también la más sencilla y fácil de terminar. La idea de construir el juego por capítulos accesibles en cualquier momento,
aunque interesante no tiene demasiado sentido práctico; lo lógico sería que hubiese que completar un porcentaje de cada escenario antes de acceder al siguiente o que esta opción ? al estilo de guía de capítulos de un DVD ? se liberase al terminar la aventura, no que podamos terminar el juego a los pocos minutos de haberlo comprado? Los impacientes no durarán ni un segundo en ?dar el salto? a esta estructura, acortando considerablemente la vida de un título que, ya de por sí, no es demasiado largo.
Más allá de la acción está la etapa de exploración, y aquí hay detalles realmente sorprendentes e interesantes, incluso ?puzzles? para matar a los enemigos (que tenemos que intentar que ardan, la forma ?definitiva de matarlos). Desgracidamente
muchos de ellos tienen soluciones forzadas que limitan las posibilidades del jugador (y la tan ?cacareada? libertad de acción), afectando claramente a la rejugabilidad del título?
Poder coger un coche, hacer rápel, vivir el derrumbamiento de un edificio, ser engullido por las
grietas? incluso aprovecharnos de poderes oscuros para detectar a las personas ?infectadas? cerrando los ojos. Si hay un problema en el género de los
survival horror es que su mecánica está muy encorsetada, y este
Alone in the Dark resulta, en muchos aspectos, un soplo de aire fresco. Con todo, no hablamos de nada revolucionario, más bien una interesante sucesión de aciertos.
A nivel técnico, luces y sombras; el punto más sobresaliente del título es
su espectacular banda sonora, a cargo de
Olivier Deriviere (que los aficionados reconocerán por sus composiciones en
ObsCure y su secuela). También encontraremos un estupendo coro femenino,
The Mystery of Bulgarian Voices. Esto, unido a un buen doblaje (en inglés) y a unos FX configuran lo mejor del apartado.
Gráficamente hablamos de un título con
algunos elementos excelentes, y otros que deslucen gravemente el conjunto; por un lado tenemos
unos estupendos modelados para el personaje y efectos muy convincentes para, por ejemplo, el fuego, escenarios muy elaborados y algunos detalles de lujo (como los líquidos o la sangre). Desgraciadamente los enemigos secundarios, las secciones abiertas o las etapas de conducción no son tan espectaculares? El desarrollo es un poco ?montaña rusa?, y ver como - al igual que se curan nuestras heridas - se ?regenera? nuestra ropa utilizando un
spray de primeros auxilios echa por tierra otros logros del juego.
Pero sin duda lo que
?estropea? la experiencia, afectando a la jugabilidad y adicción son los bugs; en nuestras partidas hemos detectado más de una docena, que van desde pequeños ? pero molestos ? fallitos hasta enormes problemas (fuego que se enciende solo, cosas que no arden, grietas que aparecen de la nada? incluso hemos muerto durante una secuencia). Lo peor es que
el equipo de desarrollo era consciente de estos errores y lo único que pudieron hacer para arreglarlos ? siempre sin barajar el retrasar el juego ? fue
condensar los puntos de grabado cerca de las áreas más conflictivas? muy triste.