24: El juego

Prácticamente todos los aficionados a las aventuras del agente de la UAT Jack Bauer nos hemos estado preguntando durante años cómo podría funcionar una adaptación al videojuego de la genial 24. Si bien la serie cuenta con suficientes elementos que son perfectamente traspasables a las consolas, lo cierto es que estos no son por sí mismos especialmente novedosos, sino que es la arriesgada y trepidante estructura temporal lo que hace único a 24 y lo que resulta extremadamente complicado de trasmitir a las plataformas consoleras. Sony (y en concreto su estudio en Cambridge) da respuesta a estas preguntas y pone a la venta para su Playstation 2 el videojuego de 24, cuya primeras impresiones dimos hace algunos días.



Con respecto al elemento temporal del que hablaba, Sony ha trabajado codo con codo con Joel Surnow, y Robert Cochran y el resto de creadores de la serie de televisión para desarrollar un argumento que no sólo contradiga lo visto en las pantallas, sino que además resulte suficientemente sólido e incluya varios giros que mantengan el nivel que los aficionados esperan. La trama se sitúa en algún punto entre la segunda y la tercera temporada, y aunque ello elimine en cierta medida el elemento sorpresa, los programadores saben hacer uso de esta situación para atar muchos de los más interesantes cabos sueltos que se quedaron cojos en el salto que se produjo entre ambas temporadas. Así, durante la intensa trama del videojuego se nos responden muchas dudas que o bien quedaron abruptamente truncadas al final de la segunda temporada (como el intento de asesinato de David Palmer, imperdonablemente resuelto al año siguiente en un par de líneas de diálogo) o, a modo de precuela, presentar por primera vez a personajes capitales como Chase Edmunds y cómo comenzó a trabajar para Jack Bauer, o los aparentemente absurdos motivos que llevan a Kim Bauer a encontrar currito en la UAT.

Si te gusta la serie, te engancharás irremediablemente a la trama; además, no siempre se tiene la oportunidad de manejar a tus personajes favoritos. Si no conoces el original, ve olvidándote.

La calificación de este apartado depende fundamentalmente de lo aficionado que seas al producto televisivo. La variedad de géneros, como se ha probado en otros casos similares en el pasado, aunque consiguen mantener el interés por saber qué vendrá después, no es suficiente como para justificar demasiadas horas de juego.

Los puzzles y minijuegos son otra historia, la verdadera salsa del asunto. Hay de todo, y por más simples que resulten, son del todo adictivos y bastante imaginativos (en algún sitio tenía que estar la creatividad, ¿no?). Intercalados con las fases de acción y de conducción, nos encontraremos con pequeñas delicias como interrogatorios en los que, con un sencillo manejo de tres botones, la actitud que desarrollemos será fundamental para conseguir la información que deseamos.



También habrá tiempo para abrir cerraduras de puertas, derribar un helicóptero, descifrar códigos en discos duros, desactivar bombas o incluso hacer las veces de francotirador (esto último no resulta especialmente brillante, pero es un refresco agradecido y no lo suficientemente largo como para hacerse pesado). Eso sí, hay que recordar que por muy entretenidos que resulten los minijuegos y puzzles, que no son más que divertimentos menores, después de todo.

Dicho esto, repito que la adicción al videojuego está esencialmente fundamentada en el grado de interés que despierte en ti la trama o los personajes de 24. Si te encuentras dentro de ese grupo, disfrutarás viendo (y manejando) a tus personajes favoritos e interactuando en una trama que, aunque algo más liviana, cuenta con todos los elementos que hacen a 24 una experiencia extraordinaria. Puede que muchos tomen estas últimas líneas como un cumplido, aunque su sentido sea más bien el contrario, si tenemos en cuenta que la adicción a un videojuego debería estar fundamentada en la experiencia ?real? de juego, y no en los elementos accesorios o meramente circunstanciales, como es el caso que nos ocupa

A pesar del sencillo manejo y de mezclar numerosos géneros, lo más destacable son las etapas transitorias y pequeños puzzles

La jugabilidad es el terreno más pantanoso a la hora de adaptar un producto tan especial como 24. Los chicos de Sony salvan el escollo ?temporal? estructurando el juego en 24 capítulos de 1 hora, que corresponden a las 24 fases (algunas de ellas subdivididas en dos o tres minijuegos), y cuyo avance irá acompañado de recordatorios del tiempo conforme pasemos por determinados puntos. Con ello, la sensación de tiempo real está de lo más conseguido, por muy tramposa que sea. En cuanto al género por el que se ha optado a la hora de desarrollar el juego, en Sony han decidido que lo mejor era optar por combinar una amalgama de estilos para intentar acrecentar la sensación de que todo puede pasar e ir sorprendiendo pantalla a pantalla. Siendo esa su principal baza, lo cierto es que en ese intento por abarcarlo todo los programadores de Cambridge caen en una mediocridad de la que sólo ciertos aspectos o detallitos consiguen destacar.
Como decía antes, la mecánica del jugo oscila entre los puzzles, la acción/infiltración y las fases de conducción, todo ello aderezado con pequeños minijuegos que son los que personalmente más he disfrutado. En cuanto al control de los personajes, aunque como es lógico el principal motor de la acción será el propio Jack Bauer, también tendremos la ocasión de controlar a otros personajes como Chase Edmunds, Tony Almeida o incluso hasta Michell Dressler o la petarda de Kim Bauer.

Analizándolos uno a uno, las fases de infiltración son de lo más arquetípicas y esquemáticas que podáis imaginaros. Las funciones y movimientos son los mínimos requeridos por el género, y el desarrollo (excesivamente lineal) es extremadamente aburrido y repetitivo, con algunas honrosas excepciones como alguna escena de persecución bastante lograda. El control es fácil, por simple, y a favor del juego hay que decir que la inclusión de comandos de voz (?¡Alto!¡UAT!? o ?¡Suelten las armas!?) al presionar R2 consiguen al menos llamar la atención. Insuficiente, si además tenemos en cuenta que la torpísima cámara hará las delicias de las empresas farmacéuticas de aspirinas para el dolor de cabeza galopante tras pocos minutos de juego.

Las fases de conducción son posiblemente lo más vergonzoso del juego. Es en estas pocas fases donde el motor gráfico deja ver sus carencias más elementales, a lo que desde luego el control pesado y rígido o la lentitud desesperante no ayudan. Todos los coches son prácticamente iguales, el control del coche es malísimo (lo único remotamente curioso es el control para los derrapes), y el desarrollo es lento y tosco. En definitiva, una vergüenza teniendo en cuenta las maravillas técnicas que en el género existen en la actualidad.

Dejamos el análisis de minijuegos para el siguiente apartado, ya que son merecen atención aparte.

En cuanto a la jugabilidad ?per se? del juego, el sistema de controles es extremadamente fácil e intuitivo, y un completo sistema de tutorial guía nuestros pasos y nos apunta en la dirección correcta al principio de cada fase.

Originalidad: La simpleza y la repetición de géneros manidos no consigue eclipsar del todo lo extraordinario y fascinante que resulta el formato de 24.

Sony lo tenía bien fácil en este aspecto. 24 es un producto tremendamente original. Su innovadora (cuando se creara hace 5 años, claro) propuesta narrativa, sus intensísimas tramas, sus imposibles giros argumentales y el carisma de los personajes son elementos definitorios que han sido todos fielmente trasladados a su contrapartida consolera.
Los programadores de Cambridge han trabajado codo con codo con los guionistas de la serie de televisión para poner en escena otro capítulo más en la vida de Jack Bauer y sus compañeros de la CIA. Aunque el punto de partida es el intento de asesinato del vicepresidente de los Estados Unidos, la trama pronto se hace mucho mayor y los giros son constantes.



No resulta tan intensa u original como las temporadas ?oficiales, seguramente por las necesidades del formato o por el hecho de que los acontecimientos que pueden pasar aquí están argumentalmente limitados, decía que esto lo aprovechan los guionistas para atar los cabos sueltos y ofrecer respuestas a asuntos que ya llevaban cierto tiempo rondando.
Lamentablemente, no dice mucho del juego el hecho de que el apartado de originalidad lo cope una serie de características que poco o nada tienen que ver con el formato en sí. En ese sentido, el juego peca de dispersarse demasiado sin conseguir llegar a ser brillante en ningún momento.

El excelente modelado de los personajes, la recreación en general del mundo de 24 y las voces en español de los dobladores harán las delicias de los fans, pero no evita las lamentables carencias a la hora de jugar

El apartado gráfico del juego es uno de los aspectos más destacables del juego junto con el excelente aspecto musical. ¿Para qué arreglar algo que no está roto?, debieron preguntarse los programadores a la hora de representar gráficamente las andanzas de los agentes de la UAT. Teniendo en cuenta que en el grupo de aficionados más leales a la serie de televisión es donde cuentan con el grueso potencial de jugones que se acercarán a este título, el respeto absoluto ha sido la máxima que ha guiado a la hora de reconstruir todos los elementos que hacen reconocibles y único al producto en el que se basan: la estética de la serie, con colores pálidos y austeros, movimientos nerviosos de cámara, cámaras múltiples, y ese particular esquema narrativo a la hora de contar los acontecimientos, todo ello está presente en el dvd de Sony. Pero es que además, para modelar a los personajes (y prácticamente todos están presentes), con resultados francamente destacables. Pero es que además los actores principales han prestado sus voces, no sólo en el original sino también en la versión que Sony pone a la venta en nuestro país. Un enorme punto a favor para el juego, que con estos pequeños elementos consiguen darle mucho más empaque y oficialidad a un producto que podría suponerse marginal en un principio.

Hablaba también del apartado musical, y es que en este sentido se sigue la misma pauta marcada para la recreación del mundo de 24, pues se incluyen todas las melodías originales que caracterizan a la serie (compuestas por Sean Callery ), incluyendo los entrañables y características melodías para los teléfonos de la UAT o los utilizados para el reloj digital que marca el ritmo.
Si hablamos del motor gráfico empleado para las fases ?de juego? propiamente dichas, la cosa ya varía un poco más
Buscando sorprender al jugador en todo momento, los creadores del videojuego han querido añadir toda una amalgama de estilos y géneros (oscilando fundamentalmente entre sencillos puzzles de diferente índole, acción en tercera persona con elementos de espionaje y fases de conducción) , intentando recrear de algún modo la sensación de que todo puede pasar y evitar la monotonía o el aburrimiento. Una de las víctimas de este intento malogrado ha sido lamentablemente el apartado gráfico. Aunque no les falte formalismo, en realidad el entorno gráfico resulta ciertamente pobre y mediocre en prácticamente todos las fases. No hay nada que no hayamos visto mil veces mejor antes, y en algunos casos como las fases de conducción, el resultado es imperdonablemente pobre, y eso que pasamos por alto los escenarios vacíos y monótonos o la repetición incesantes de matones impersonales con la inteligencia artificial de un colibrí.