Análisis 11-11: Memories Retold - El horror de la guerra y la belleza del arte, unidos

Hay que decir que podemos sentirnos defraudados si no sabemos exactamente a la clase de juego al que nos estamos enfrentando. Si esperamos una aventura gráfica típica, nos vamos a encontrar con un juego carente de opciones, de búsqueda y utilización de objetos y con una ausencia de personajes con los que hablar ni opciones para ello. Sin embargo, no estamos ante un juego de estilo Monkey Island, ni tampoco de uno similar a las aventuras de Telltale Games por ejemplo. El propio productor del juego la definió como una aventura estilo What Remains of Edith Finch en la que básicamente nos encontramos con una historia narrada desde los ojos de dos protagonistas distintos y con la que nuestras decisiones serán las que guíen su desenlace. Esto no quiere decir que no tengamos que hacer nada, ya que movemos a un personaje (dos en este caso) por un entorno en 3D, hablamos con personajes secundarios y tenemos que buscar y usar objetos, aunque todo esto no es más que una anécdota o excusa para poder contarnos la historia que quieren contarnos.

La propia historia en sí es la que realmente merece la pena. Dos personas totalmente distintas de dos bandos enfrentados se ven involucrados en una guerra (Primera Guerra Mundial) por dos razones que nada tiene que ver con enfrentarse entre sí o la defensa de ninguna bandera, por lo que sus situaciones personales serán las que nos ofrecen diferentes opciones para elegir qué hacer y cómo hacerlo. El juego tiene algunos momentos divertidos y otros más duros en diferentes situaciones, no solo en el frente de batalla, lo que también nos hace encariñarnos con los dos personajes a la vez y nos hacen partícipe de sus situaciones personales, algo que consigue a las mil maravillas. Aquí es donde reside el verdadero secreto de engancharnos y queremos conocer más y cómo acaba todo.

Hablamos de un tipo de aventura muy concreta donde controlaremos a dos personajes distintos que nos ofrecen dos puntos de vista diferentes de la misma historia en bandos contrarios. Está muy bien llevado todo, aunque a nivel jugable escasean las opciones, principalmente porque la idea es la de ofrecer un juego apto para cualquier tipo de jugador, incluso aquellos que no suelen jugar a videojuegos asiduamente. De esta forma, tendremos que buscar ciertos objetos para usarlos en ciertos puntos e interactuar con ciertas manivelas y puertas, pero resulta todo muy lineal. Personalmente nos hubiese gustado tener más opciones de juego a las que enfrentarnos en forma de minijuegos por ejemplo que dinamizaran más la historia.

Lo más destacado, sin duda, está en el hecho de que en muchas ocasiones tendremos que tomar ciertas decisiones que determinarán el desenlace de la aventura, lo cual también podría haber dado mucho más de sí, ya que no tenemos tanta variedad en las decisiones. La idea original es que según algunas de las decisiones, la historia irá en uno u otro sentido, gracias a lo cual tendremos más de 20 finales completamente distintos y que son pequeñas variaciones entre sí. A pesar de lo que se puede leer por ahí, no hay un final correcto o uno incorrecto y depende de lo que cada jugador decida hacer con estos personajes. Aún así, estas decisiones no son tan dramáticas o importantes y no sabremos cuando una decisión puede afectar al desenlace, lo que es importante para la narrativa pero no mientras estamos jugando, ya que no sabemos si lo que hemos hecho está o no bien.

Según cómo juguemos podemos encontrar una alta rejugabilidad. A pesar de tener muchos finales distintos, no es un juego que uno se termine y quiera volver a jugarlo para ver qué ocurre si tomamos decisiones distintas, pero sí que tenemos esa opción. Además, repartidos por los escenarios encontraremos diferentes notas y coleccionables que apoyan la historia y la ambientan aún más, y si queremos conseguirlos todos tendremos que prestar mucha atención porque no destacan de ninguna forma. Aún así, es una historia que no nos llevará más de 5 o 6 horas de juego finalizarla.

No estamos ante un juego innovador. Sus creadores han querido crear una aventura intimista que nos cuenta dos historias personales que tienen una ambientación en la Gran Guerra (no es una historia de la Primera Guerra Mundial, sino de dos personas que se ven involucrada en ella por razones distintas). Esto de por sí ya es un punto original a tener en cuenta, ya que hasta ahora la mayoría de los juegos que involucra algún conflicto de esta índole suelen ser juegos de disparos, violentos o con algún tipo de acción, y en este caso todo está abordado desde otro punto de vista diferente. La estética y el estilo artístico son otro de los puntos a destacar en cuanto a su originalidad, ya que hasta ahora no habíamos visto un juego que intente reflejar la melancolía de esta forma, tan bonito en momentos y crudo en otros, y que llega a sorprender.

Otros elementos que nos han gustado son, por ejemplo, el tener que controlar a un par de animales distintos. Puede parecer una tontería, pero se trata de la forma en la que los creadores han querido unir las dos historias personajes de los dos protagonistas, y la forma de hacerlo ha sido muy curiosa y cuidada, por lo que no solo es poder controlarlos sino lo que significa en cada momento. A nivel jugable no cuenta con demasiados elementos originales, pero como decimos, se trata de una historia personal contada de forma personal y con algunos elementos curiosos dignos de mención.

La compañía de animación Aardman Animations quería meterse en el mundo de los videojuegos, y esta puede ser una gran forma de hacerlo. Digixart (el nuevo estudio del creador de Beyond Good and Evil) les han ayudado a eso, y entre ambos han creado un espectáculo visual que consigue transmitir un montón de sensaciones, desde la melancolía, la tristeza, la alegría y el dolor de sus protagonistas. Para ello se han apoyado en los dos elementos técnicos como son unos gráficos que parecen sacados de una pintura impresionista y una banda sonora realmente impactante que nos guía en la historia de ambos personajes.

Se podría decir que a nivel técnico se le echa en falta algún que otro elemento, como una mejor animación de los personajes con algo más de fluidez al moverse todos ellos de forma tosca. No es que lo necesite ni mucho menos al tener un estilo de juego pausado centrado en la historia, pero detalles como estos son los que hacen destacar un juego del resto de juegos similares. El juego está traducido al español por lo que se puede seguir la historia sin ningún problema en todo momento a pesar de no saber inglés, y las voces (en inglés) están muy bien conseguidas gracias al apoyo de grandes actores como el propio Elijah Wood (El Señor de los Anillos, Wilfred) y, Sebastian Koch (Homeland, El puente de los espías), ambos en las voces de los protagonistas. La inocencia de uno y la preocupación del otro nos meten de lleno en sus papeles y, en esta ocasión y sin que sirva de precedente, preferimos las voces originales a doblajes en español.