Análisis Journey to the Savage Planet - El mejor Metroid Prime desde Metroid Prime 3, y también el único

Un juego perfecto en muchos aspectos. Es fácil de hacerse con los controles gracias a un sistema intuitivo y a añadir paulatinamente nuestros movimientos y habilidades. Es divertido también desde el principio por el sistema de exploración, el comportamiento de los enemigos, la ambientación o las posibilidades que tenemos a nuestra disposición incluyendo el juego cooperativo para dos jugadores online, al que le hubiese venido bien un matchmaking. Es fácil avanzar y no quedarse atrancado en ninguna parte, finalizar el juego en unas 8 horas (o incluso menos) y aún quedarnos otras tres o cuatro para poder desbloquear todas las habilidades y zonas. Por todo ello en su conjunto, Journey of the Savage Planet es un juego que realmente engancha de principio a fin hasta finalizarlo, e incluso más allá hasta conseguir todas las habilidades del personaje y comprobar hasta qué punto podemos llegar. Como buen metroidvania, también podemos intentar conseguirlas antes de finalizarlo, aunque también se puede hacer un poco más monótono y el final mucho más accesible al tener un personaje chetado.

Aún así no es un juego perfecto, y le vemos dos pequeños fallitos que lo afean un poco en este apartado, aunque no llegan a ser preocupante en ninguno de ellos. El primero es su historia, un tanto insulsa en la que simplemente nos envían a un planeta a explorarlo y nos piden que investiguemos y descubramos todo lo que hay oculto sin más. Un juego de estas características da para mucho más, pero parece que no han querido preocuparse en este sentido. El segundo de los puntos negativos está en su rejugabilidad, y es que una vez finalizado con el enemigo final vencido solo tendremos que buscar secretos y pasadizos escondidos, los cuales se encuentran ocultos sin nada más que hacer salvo abrir la puerta y coger el coleccionable u objeto, lo que hace que pierda gran parte del interés por finalizar al 100% todo. Le hubiese venido muy bien algo de contenido endgame o, incluso zonas nuevas que explorar con enemigos más difíciles.

Hablamos de un juego de acción que combina elementos de aventura, exploración, puzles de entorno o shooter en primera persona, y todos estos elementos están muy bien llevados incluso si no hemos jugado a ningún otro FPS, ya que es de lo que menos tiene. Tendremos que eliminar a algunos enemigos disparándoles en puntos concretos y tampoco tiene demasiada dificultad, por lo que no nos quedaremos atrancados por su culpa si tenemos cierta experiencia con los analógicos. La mayor parte del juego se centra en explorar las zonas, escanearlas para averiguar lo que debemos hacer y muchas zonas de plataformas en primera persona que nos recuerdan bastante a todo lo vivido en su momento en la saga Metroid Prime, donde Retro Studios demostró que se podían hacer juegos de plataformas en primera persona de forma extraordinaria.

A la hora de jugar es muy sencillo y directo, y desde el principio nos sentimos como en casa porque no cuenta con muchas opciones salvo la de empezar la partida, cargar una partida anterior o jugar en cooperativo para dos jugadores, una de las grandes bazas del juego. Podemos compartir toda nuestra partida con un amigo con el que explorar y eliminar a los enemigos y funciona bastante bien, aunque la lástima está en que no permita el matchmaking y tengamos que invitar a un amigo para que juegue con nosotros. Por lo demás, no cuenta con muchas más opciones, ni competitivo, quedando un juego ligeramente cojo en este aspecto, aunque por el precio al que ha salido a la venta es más que suficiente.

En los últimos años han proliferado una enorme cantidad de juegos de aventura, exploración, puzles y acción de estilo metroidvania, roguelike o una combinación de ambos, aunque ninguno se ha atrevido a hacerlo en primera persona como sí que lo hicieran Nintendo y Retro Studios en GameCube y Wii con la trilogía Metroid Prime. De hecho, la gran N fue una de las compañías pioneras en este género con el Metroid original (de ahí el nombre al subgénero), por lo que era posiblemente una de las pocas que podía innovar en la fórmula como así consiguió en GameCube en 2002. Casi 18 años después, Typhoon Studios ha cogido esta fórmula y le ha añadido su propio sello personal, impregnándola de un sentido del humor que los originales no contaban y que, dicho sea de paso, ningún otro juego del género se ha atrevido a intentar, y han creado un buen sucesor o como se les llama ahora, una carta de amor a los originales, añadiéndole sus propias criaturas, universo y demás.

Hemos tenido que esperar 13 años para poder jugar a algo similar a Metroid Prime, y desde luego no es que en Typhoon Studios hayan inventado la rueda ni mucho menos, pero sí que tiene sus elementos originales como los diferentes objetos que tenemos que usar con las criaturas, el comportamiento de estas, cómo creamos plataformas propias para acceder a zonas de otra forma imposible (o atajos), los anuncios al estilo de las pelis de Robocop con muchísimo sentido del humor (y en uno metiéndose de lleno con Electronic Arts sin nombrarlos...). Son muchos los pequeños elementos que hacen que el juego merezca y mucho la pena ser jugado y disfrutado y que le dan un aire muy fresco y nos harán disfrutarlo de principio a fin, aunque no se tarde mucho en terminarlo. Si además añadimos un cooperativo para dos jugadores de historia, lo hacen aún más vivo al poder disfrutar de todo esto con un amigo, explorar juntos, derrotar a los enemigos y disfrutar acompañados de toda la experiencia. Lo mejor de todo es que puede ser la primera parte de algo más grande y con más opciones, y la base de la que han partido es realmente buena.

El primer vistazo que le echamos a Journey to the Savage Planet es muy vistoso. Salimos en una zona nevada con muy poco detalle pero pronto entramos en otra distinta muy frondosa y plagada de vegetación, árboles y distintos tipo de vida que, por lo general, son pacíficas y simplemente están ahí para ambientar, conseguir algunos recursos o como forma para solucionar puzles. Tienen una IA muy simple y se comportan dando vueltas, reaccionando a nuestros disparos o comiendo si los alimentamos, por lo que en general están simplemente de adorno y para ambientar. Por su parte, los enemigos sí que tienen diferentes comportamientos dependiendo del tipo y aunque no hay de muchos tipos son bastante originales en su diseño, lo que también ayuda bastante a que todo lo que vemos a nuestro alrededor parezca fresco y nuevo.
El conjunto a nivel gráfico es bastante bueno, muy colorista y con muchas zonas diferentes y variadas, aunque también da la sensación desde el primer momento que estamos ante un juego independiente alejado de las grandes superproducciones, no solamente por su duración, sino también porque no pretende parecer realista, lo cual no es malo para nada. La idea parece estar en el sentido del humor del juego, en todo está tomado a broma, los diseños de los personajes, enemigos, armas, vídeos que vemos en el juego, y su ambientación y apartado técnico van en ese sentido. Y la banda sonora también, pero aquí sí que el resultado queda muy por debajo del resto mientras escuchamos una melodía ambiental que no solo no dice nada, sino que cambia muy poco cuando nos enfrentamos a los enemigos, lo cual hace que el resultado quede por debajo de lo que se podría esperar.