Análisis It takes two - Mucha cooperación para un divertido plataformas

Tenía mis reticencias a la hora de jugar a este It Takes Two, especialmente después de haber jugado al anterior juego de la compañía que, sin ser malo en absoluto, era más una experiencia compartida que un videojuego propiamente dicha. Sin embargo, aquí los chicos de Hazelight Studios han hecho un trabajo soberbio creando no solo un videojuego, sino muchos diferentes dentro de éste, de distintos géneros incluso, y en muchas situaciones diversas que nos van a llevar desde el shooter en tercera persona, las plataformas 2D y 3D, juegos de habilidad, de conducción o juegos de puzles, pasando incluso por un pequeño juego de lucha 2D que sorprende sobremanera cuando lo ves por cómo se desarrolla e incluso dónde lo hace. Una de las claves para este juego está en lo variado que resulta, lo original de sus situaciones, y lo bien resueltas que están en casi todas ellas. Es complicado hablar solo de una de ellas, porque son decenas, y en cada fase se van mezclando entre ellas para conseguir una evolución de sus mecánicas realmente innovadora y divertida. Lo único quizás es que muchas de ellas resultan demasiado sencillas, triviales incluso, para los que estamos más acostumbrados a jugar a videojuegos, y si juegan personas que no están tan acostumbradas se van a encontrar con un serio problema porque muchas de ellas utilizan una lógica utilizada tantas veces en otros juegos que parece evidente, pero que no lo es en absoluto no has jugado mucho. Esto podría parecer algo evidente y que ocurre en todos los juegos a día de hoy y, sin embargo, It Takes Two parece diseñado para jugar en pareja de verdad, y puede que alguno de los dos no esté tan acostumbrado a jugar a videojuegos, resultando frustrantemente difícil para él o ella y tremendamente sencillo para el resto.

En cuanto a su duración, no solo no nos vamos a quejar sino que incluso vamos a alabar el gran trabajo de sus creadores. Una partida normal puede suponer entre 18 y 20 horas, pero es que además se puede volver a jugar desde el otro punto de vista, ya que cada personaje tiene una labor dentro de cada una de las situaciones, puzles, plataformas o de disparos, por lo que resulta que tenemos dos juegos por el precio de uno. Puede que para la segunda partida ya sepas qué y cómo tienes que hacerlo, pero aún así las acciones serán totalmente diferentes, y si en la primera partida disparas puede que en la segunda debas controlar un vehículo, estallar recursos del primer jugador, o mantener sus plataformas en el aire para que el primero no caiga. De esta forma, si queremos vamos a tener un juego enorme de más de 30 horas al jugar una segunda vuelta, y aún así no lo habremos visto todo. A esto hay que añadir que con el pase de amigo que incluye el juego podemos jugar en cooperativo online con tan solo una copia del juego, por lo que es aún mucha mejor idea para compartir con alguien incluso si no vivimos con esa persona.

A pesar de tener un concepto similar hay una enorme diferencia entre el primer juego de esta compañía, Hazelight Studios, con respecto a este segundo. A Way Out tiene un concepto realmente bueno, original e interesante, y lleva a dos jugadores a escaparse de una cárcel y tener que buscarse la vida para acabar con quien les metió en ella, y aun teniendo un concepto similar está muy limitado en mecánicas de juego. Afortunadamente, este It Takes Two ha sabido solventar los problemas y añadir un buen puñado de mecánicas de juego que, en su mayoría, son muy divertidas y están muy bien integradas. Cuenta con algunas que parecen sacadas de juegos como Mario Sunshine o incluso Galaxy y otros muchos plataformas y juegos de acción en tercera persona, a los que se les añade ese toque cooperativo en donde uno de los jugadores tiene que usar y/o hacer algo de una forma que por sí solos no consiguen nada sin que el otro jugador les hagan ?algo?, usen o disparen, para conseguir el objetivo adecuado.
Pero no todo queda aquí, ya que además hay algunas zonas donde uno de los jugadores debe mover la plataforma controlando un vehículo esquivando peligros mientras que el otro debe disparar, o luchar de alguna forma contra los enemigos que nos atacan y que también aporta mucha variedad a cada una de las situaciones que vamos a vivir, y que posiblemente resulten lo más interesante de todo el juego. Y es que cada vez que superamos una de las zonas y nos metemos de lleno en la siguiente estamos deseosos de cómo vamos a tener que cooperar en dicha situación, con un trabajo que generalmente es a media entre ambos jugadores, y que incluso te da la posibilidad de rejugar todo el juego controlando al otro personaje para conseguir una experiencia completamente distinta, lo cual es algo casi imposible de ver en casi ningún juego de ningún tipo, menos aún cooperativo.

Juegos cooperativos hay muchos en el mercado. Los que seguís a Ultimagame sabéis que somos grandes aficionados y apasionados de estos, y aún así sabemos que en muchas ocasiones los juegos cooperativos son simples excusas para poder jugar dos, tres, o cuatro amigos al mismo juego y que ha sido diseñado pensando en que si juegan varios será algo más fácil, o bien algo más difícil porque el juego se nivela según sus jugadores, pero que la experiencia será la misma. Por eso, It Takes Two es una experiencia más que recomendable para cualquier que quiera jugar con alguien, ya que ofrece algo que no habíamos visto hasta ahora en videojuegos, ni tan siquiera en el anterior juego de la misma compañía, A Way Out, donde el concepto de juego cooperativo es el mismo pero no está tan bien planteado. Mientras que la mayoría de juegos crean una idea, plataformas, puzles, aventura, y la van evolucionando poco a poco añadiendo variaciones a las mecánicas iniciales, aquí vamos a encontrar muchas y diferentes mecánicas que en ocasiones se combinan entre sí y en otras son completamente nuevas y frescas. Ninguna de ellas posiblemente sea totalmente original porque se han visto en otros muchos juegos, pero sí que son totalmente originales la forma en las que son presentadas.

Podemos poner muchos ejemplos, pero la verdad es que lo ideal es que vayáis descubriéndolas por vosotros mismos para disfrutar de toda la experiencia completa y que cada situación sea verdaderamente sorprendente. La idea en casi todas estas situaciones es la misma, esta es, coger algo que hemos visto en otros juegos y que generalmente hace un único jugador y dividirla en dos partes, uno apunta y el otro dispara, uno salta y el otro mueve o mantiene la plataforma, uno controla la dirección y el otro lucha, a las cuales además se les suele añadir algún otro toque adicional para hacerlas aún más imaginativas. Como digo, el resultado es realmente sorprendente en muchas ocasiones, y en las que no lo son, al funcionar muy bien como en cualquier otro videojuego, aquí también lo hacen y nos animan a seguir disfrutando de ellas. Es un juego que merece la pena ser experimentado, tanto si puedes jugar en la misma consola/PC como si juegas online, máxime contando con el Pase de amigo que nos permite jugar a dos jugadores con un solo juego, algo que también de por sí hay que considerarlo como novedoso por no estar demasiado extendido en el mercado actual.

Sin ser el mejor apartado del juego, el acabado técnico también está a una gran altura. La idea es que los personajes se convierten en pequeñas reproducciones de sí mismas, como en la película Cariño, he encogido a los niños, por lo que nos vamos a meter por debajo de la casa, en el interior de un árbol, o en zonas donde todo se ha ampliado muchísimo, y que usaremos justo como nos vamos a imaginar que lo haríamos si tuviésemos ese tamaño. De esta forma, los entornos están realizados de forma muy lograda, con mucho mimo y mucho nivel de detalle en los personajes, enemigos y en la mayoría de los escenarios, aunque también vamos a encontrar otros algo más vacíos. Sin embargo, el juego se mueve siempre con mucha soltura y suavidad, máxime si tenemos en cuenta que en todo momento vamos a tener la pantalla partida por la mitad mostrando a los dos personajes, incluso si jugamos online, lo que en la mayoría de las situaciones es bueno porque podemos ver dos perspectivas de la misma situación que nos ayuda en los saltos más complicados, por ejemplo. Sin embargo, también tiene un contrapunto esto de tener las dos pantallas a la vez todo el rato excepto en las escenas cinemáticas.

En un juego como A Way Out, al ser mucho más pausado, con escenas de sigilo y alguna que otra persecución, es más fácil fijarse en la pantalla propia, por lo que no es tan fácil morir. En It Takes Two hay más acción, más escenas de disparos y muchas más escenas de plataformas por ser el género predominante, y es sencillo quedarse mirando la pantalla del otro personaje, confundirse, y moverse hacia donde no se debe, muriendo en muchas ocasiones. En este caso no hay demasiado problema porque no hay vidas ni penalizaciones por morir, pero como tantas otras veces decimos, cuando uno muere en un juego, aunque no suponga un enorme contratiempo, llega frustrar cuando no eres el culpable o cuando es por algo aleatorio, y aunque en este caso sí que el jugador es el culpable, es lógico pensar que se podría haber eliminado una de las pantallas cuando se juega online, o incluso que hubiese alguna opción para hacerlo de forma temporal para sentirse más cómodo en situaciones en las que cada jugador debe hacer algo completamente diferente. No es que sea un fallo grave, ni mucho menos, y se puede pasar por alto, pero sí que en un juego de estas características hubiese venido bien dar algo más de opción al jugador, algún tipo de indicador en la pantalla que indique cuál es la tuya (en el online por ejemplo) y que nos haga focalizar más en nuestro entorno.