Análisis Halo Infinite - Un gran regreso, ahora sí, del Jefe Maestro

La verdad es que me he divertido mucho, tanto con el modo campaña como con el multijugador. Me ha recordado mucho al primero de los Halo, incluso aunque gran parte de su desarrollo sea en un mundo abierto. Las fases al aire libre del primer Halo de Xbox original eran bastante grandes, y ahora la sensación que se tiene en Infinite es la de estar en algo parecido pero mucho más grande y donde tenemos libertad para elegir algunos de nuestros próximos objetivos, o bien ir derechos al que nos encomienda el juego y pasar de los secundarios. Como en cualquier juego de mundo abierto, el mapa está lleno de pequeños lugares que podemos explorar, bien para conseguir núcleos de mejora (que hay más de la cuenta y al final sobran muchísimos), bien para conseguir personalizaciones para el multijugador. Si no queremos entretenernos, podemos ir a por los enemigos duros que nos proporcionan mejora en las armas, o simplemente irnos a los objetivos que el juego nos marca como principales. Si hacemos esto último, el juego nos puede durar unas 12 horas de juego, aunque también depende de la dificultad que asignes (de las cuatro disponibles), y si te entretienes en recoger los coleccionables, puede acercarse a las 16 o 17 horas más o menos. Se podría decir que no es un juego demasiado largo para ser un juego de mundo abierto, pero es que no da la sensación de serlo. Como digo, parece que estemos ante el primer Halo en el que las zonas al aire libre son mucho más grandes, y tienen enemigos y bases que conquistar, por lo que los fans más acérrimos se van a sentir como en casa.

El multijugador también responde bastante bien con lo que se podría esperar de él. Como ocurría en los primeros Halo, los modos multijugador son muy accesibles, y casi cualquiera puede echar sus primeras partidas y hacer algunas bajas, lo que lo hace ideal para poder empezar en esto de los FPS multijugador. El hecho además de poder bajarlo gratuitamente sin necesitar el gamepass también hará de este Halo uno de los más jugados de siempre, por encima de los grandes clásicos como Reach o Halo 3. También está disponible desde el primer día en PC, lo que aumentará aún más las descargas y el éxito que va a tener el juego. Además es bastante merecido, porque a diferencia de otros muchos juegos de Game Pass, Infinite tiene calidad sobrada en todos sus aspectos, y es lo suficientemente divertido como para ser uno de esos juegos que nos mantenga enganchados durante años, al menos, hasta que aparezca la siguiente entrega que ya esperamos con impaciencia.

He querido hablar por separado de la historia, porque probablemente sea uno de los elementos más importantes de cualquier Halo en su modo campaña, y que fue en parte lo que no terminó de cuajar en Halo 4, y que se rompía por completo con factor de enganche nulo en Halo 5: Guardians. Como también he comentado anteriormente, lo que Microsoft ha pretendido (convencido totalmente que ha sido por la intervención de Microsoft más que de la propia 343 Industries) con Infinite es una vuelta al pasado, a los orígenes de la saga, y con la historia también lo ha hecho, aunque para ello se haya tenido que inventar algunos personajes nuevos, como el piloto del Pelican que vimos en el primer vídeo del juego, y que consigue darle un toque emocional a toda la historia, o la nueva IA del Jefe Maestro, bautizada como El arma, y que al igual que con Cortana en su momento, es la auténtica protagonista de todo el juego con mucho más carisma que la del propio Jefe, que tiene el carisma de una rebanada de pan de molde. En todo momento queremos saber más de lo que está sucediendo, hacia dónde va la historia, y qué va a suceder con sus protagonistas, todos ellos, y aunque me hubiese gustado un poquito más de peso a los malos del juego, que pasa un poco sin pena ni gloria, el global es más que sobresaliente y consigue enganchar por completo hasta que te lo terminas, dejándote incluso con ganas de más, máxime con ese final que tiene que es la antesala de la siguiente entrega del Jefe Maestro.

Uno de los detalles que caracterizan a los cinco primeros juegos de la saga Halo (la principal, sin contar los dos últimos hasta ahora) es la facilidad en sus mecánicas. Controlamos al Jefe Maestro como en cualquier shooter en primera persona, pero tanto en el multijugador como en modo historia, es fácil avanzar sin complicarse mucho la vida. El motivo era (y es) el diseño de sus escenarios y sus enemigos, y especialmente sus armas, algo que se perdió un poco en las dos últimas entregas, especialmente en Guardians. En Infinite, el juego se ha vuelto nuevamente accesible, y aunque se han añadido nuevas armas, vehículos y enemigos, parece que la premisa ha sido la de crear una experiencia lo más parecida a los juegos de Bungie como fuese posible, y lo han logrado también en sus mecánicas de juego.

Probablemente, el cambio más significativo de todo el juego está en el gancho, el típico de la mayoría de juegos de mundo abierto, y que tiene un funcionamiento muy similar también en Halo Infinite. Sin embargo, el tiempo de refresco es muy inferior aquí, lo que permite no solo usarlo más veces, sino también usarlo de otras formas que en otros juegos, como para escalar por paredes verticales (el juego está llena de estas) y llegar a zonas de otra forma imposible. Es más; es tan divertido usarlo que incluso a veces no usas los vehículos para llegar al siguiente punto al que quieres ir, Ghost, Warthog, y demás,y lo haces pegando saltitos con el gancho. Este es solo uno de los cuatro gadgets que tenemos a nuestra disposición, y probablemente el único que vamos a utilizar. El motivo es que no se han implementado de forma correcta la forma de usarlos, ni tampoco su utilidad. A nuestra disposición tenemos un escudo de energía, que solo detiene un par de balas enemigas, un escáner de enemigos que potencia el que ya tenemos automático (parte inferior izquierda del mapa) siempre que estemos cerca porque hay que lanzarlo, y un propulsor que nos permite movernos rápidamente en cualquier dirección dos veces. La sensación es la de que estos gadgets se han diseñado con el multijugador en mente, por lo que el gancho será lo único que usemos (casi siempre) en el modo campaña. De hecho, para el multi hay algunos gadgets más, y todos son mucho más útiles que en el modo para un jugador.

El punto más flojo del juego sin duda es su originalidad, porque no se ha intentado hacer nada que no exista, ni nada no visto hasta ahora. De hecho, en muchas compañías de desarrollo de videojuegos se ve un patrón realmente curioso que todas siguen a rajatabla, que es que cuando su saga de juegos comienza a caer un poco en la monotonía, lo pasan a mundo abierto, y así pueden decir que es algo muy original no visto hasta la fecha. Como también se ha comentado, Halo Infinite es un juego de mundo abierto que no da la sensación de ser de mundo abierto, sino más bien una evolución de Halo 1, donde las fases al aire libre eran grandes, y a parte, contaba con muchas fases de interior. Pues Infinite es igual, pero las fases al aire libre son mucho más grandes y con diferentes objetivos a cumplir, principales y secundarios, y también cuenta con fases lineales de interior similares a las vistas en todos los juegos anteriores de la saga, con esas enormes estructuras Forerunner y enfrentamientos contra algunos de los jefes finales a los que hay que enfrentarse.

Se podría decir que el cambio a mundo abierto le ha sentado muy bien, pero quizás lo más original de todo el planteamiento esté en lo más intrínseco del juego, como son sus armas, los gadgets del Jefe Maestro (especialmente el gancho), o los enemigos a los que nos vamos a enfrentar, muchos de ellos rescatados de anteriores juegos, otros sacados de Destiny 2 (o lo parecen), y algunos originales no vistos hasta ahora, a los que también se les podía haber dado mucho más peso, más enfrentamientos contra ellos, y más historia de fondo o lore, que nos contaran de donde vienen o sus verdaderos objetivos.

El resto de elementos son realmente parecidos a cualquier otro juego de la saga, y por ende a cualquier otro FPS del mercado, especialmente como digo de mundo abierto. Bases que conquistar para poder tener viajes rápidos, enemigos duros en ciertas zonas que desbloquean armas especiales, o cientos de coleccionables repartidos por todos lados que nos van a mantener entretenidos muchas horas incluso después de terminar la campaña principal. En el multijugador, tres cuartos de lo mismo, y la verdad es que en este sentido no me parece mal en absoluto. Venimos de una entrega bastante pobre, que le ha hecho mucho daño a la franquicia Halo y a su principal protagonista, el Jefe Maestro, y el multijugador se salvaba ligeramente por algunos elementos, por lo que hacer algo sencillo, que guste a la mayor parte de fans posibles, y además hacerlo gratis para todos los jugadores, es una forma de volver a atraer a todo ese público que se ha ido yendo con el paso de los años. En conjunto, creo que este puede ser un buen punto de partida para próximas entregas que la saga, que espero sinceramente que no tarden tanto en llegar, pero sí hay que pedirle mucho más a nivel de originalidad, porque además se pueden hacer muchas cosas que le aporten, como añadir diferentes trajes para el Jefe con diferentes condiciones, incluso volar o planear en ciertas condiciones especiales, diferentes gadgets con más utilidad que los creados para esta entrega, mejoras en las armas, o un árbol de habilidades que nos permita especializar al Jefe de una forma más concreta. Se pueden añadir muchos más elementos que enriquezcan la narrativa y las mecánicas de juego sin tener que innovar nada, pero que permitirían también un juego con más opciones, más enemigos, más situaciones diferentes, tener que disparar a diferentes objetivos en un cierto momento mientras combatimos contra ciertos enemigos. No hace falta inventar la rueda, pero sí que no sea tan lineal ni típico, y que pueda sorprender a cada paso. Como punto de partida, Halo Infinite está muy bien, así que ahora hay que hacerlo crecer.

Aún recuerdo el anuncio original a mediados de 2020, cuando Microsoft pretendía lanzar el juego completo, incluyendo el cooperativo y el modo Forja que no están en el juego definitivo, con su Xbox Series como gran juego para esta nueva consola. Lo que se vio en ese tráiler era técnicamente muy pobre, especialmente porque cuando se presenta una nueva consola, esta debe mostrar su verdadero potencial, al menos como juego bandera de su primer año, como sí que hizo PS5. Un año más tarde, tras el retraso, Halo Infinite muestra una mejor cara, con una mejora considerable en la distancia de dibujado, mucho más detalle en el terreno, muchos más efectos en pantalla, y modelos de los personajes y enemigos mucho más detallados. Estoy convencido de que sigue muy lejos de lo que esta consola puede hacer, pero ya sí que parece un juego que podría, perfectamente, haber salido de lanzamiento con una nueva consola más potente que la anterior generación. Los escenarios son muy grandes y estables, y la velocidad de movimiento es muy buena, sin ralentizaciones, muy fluida, así como que han desaparecido los fallos que se veían en los primeros vídeos, esos de generación de escenarios en el horizonte, o modelos de personajes de pasadas generaciones.

Todavía hay mucho que se puede hacer, y aunque este retraso de un año le ha sentado bien, hemos visto algunos errores, incluso en una ocasión bloqueada la consola por completo hasta el punto de tener que desconectarla por detrás. Después de muchas horas solo ha sucedido una vez, así que no parece un gran fallo a tener en cuenta porque puede haberse producido por múltiples factores. En consola cuenta con dos configuraciones diferentes, ya típicas en esta generación de consolas, como son la configuración de Rendimiento, para una mayor fluidez en la tasa de imágenes por segundo a espaldas de su resolución, y otra Gráfica con 4K que reduce la tasa de frames a los 30 FPS. En ambas la calidad es muy similar, y tampoco se nota tanto la diferencia de frames, aunque sí que se nota algo más de calidad en las texturas y en algunos efectos. Aún así, tampoco vemos efectos de nueva generación, como el RTX por ejemplo, algo que parece que las compañías que desarrollan en consolas han decidido no utilizar por tener que optimizar demasiado los juegos, y prefieren simplemente conseguir frames constantes con más o menos resolución gráfica. Por supuesto decir que el juego está en completo español, voces y textos, y con un doblaje muy bueno a la altura de los mejores vistos en cualquier juego, acompañada de una banda sonora que también está a la altura, y que como el resto del juego, vuelve al pasado para melodías que combinan percusión tribal con las típicas voces de Halo y la orquesta, para dar aún más énfasis al regreso a sus orígenes que se pretende en todo momento.