Análisis Famicom Detective Club - Detective en tierras lejanas

La duración de los dos títulos incluidos en Famicom Detective Club - The Girl Who Stands Behind y The Missing Heir anda en torno a las 6-8 horas de duración cada uno, lo que nos da una duración combinada de unas 12-16 horas (o más, dependiendo de lo que nos atranquemos en puntos concretos, así como nuestro nivel de inglés y velocidad lectora). Dado que en el juego no hay ni Game Over ni forma de morir o fallar, al final es solo cuestión de instinto y paciencia dar con la tecla para llegar hasta el final (que sobre todo en la primera aventura es bastante impactante).

Enamorados de las novelas de detectives y los misterios digitales, la aventura nos ha enganchado de principio a fin (en ambos casos), pero es cierto que no hay extras de peso ni ningún elemento que añada rejugabilidad a la experiencia, una vez terminado... es muy difícil que volvamos a por más.

A nivel jugable, Famicom Detective Club es una apuesta por la mecánica de Visual Novel que tan de moda se está poniendo últimamente, pero con un fuerte espíritu detectivesco. Metidos en la piel de un joven detective amnésico tendremos que aprovechar nuestra habilidad en los interrogatorios, instinto e intuición para resolver 2 grandes misterios, y para ello nuestra mayor arma será nuestra capacidad para leer en inglés. La historia avanza principalmente consiguiendo pistas en las conversaciones, bien presionando sobre temas concretos o bien enseñando pruebas o dando datos a los testigos para refrescarles la memoria.

La mecánica funciona más o menos bien, pero tiene un desarrollo algo monótono a veces (presionar y presionar para ver qué pasa), junto a algunos momentos poco intuitivos, y no el juego no es especialmente flexible ni se adapta a nosotros soltando alguna pista que nos permita avanzar. Si nos quedamos atrancados - que no es nada difícil que ocurra, especialmente en el segundo episodio - la mejor forma de avanzar es probar todas las combinaciones de conversaciones que tengamos (junto a los objetos), algo que a estas alturas es difícil de tragar. Curiosamente en este sentido funciona mejor el primer capítulo, The Girl Who Stands Behind, con el protagonista reflexionando en su mente y dándonos alguna indicación adicional...

Traer a la vida Famicom Detective Club en sus dos capítulos, The Girl Who Stands Behind y The Missing Heir, es una de las ideas más sorprendentes de Nintendo en los últimos años. Tras acercarnos franquicias que parecían perdidas en oriente, como Fire Emblem, la Gran N ha apostado por revitalizar la duología de NES, que los fans de los juegos de detectives reconocerán claramente como la semilla de producciones posteriores, como la saga Ace Atorney o incluso el genial Hotel Dusk. Nos vamos así hasta la raíz de la investigación por interrogatorios, la búsqueda de más información en nuestros testigos, el examinar con cuidado los escenarios en busca de pistas... Vamos, elementos que hoy nos parecen lo más normal del mundo, pero que en 1988-89 no lo eran tanto.

La historia es el gran valor de las dos aventuras de Famicom Detective Club, con el genial Yoshio Sakamoto (la mente maestra detrás de la dirección de Metroid) al frente del proyecto. Así, se nos presentan 2 aventuras totalmente únicas, intensas y muy interesantes, con personajes típicos, un gran misterior (que iremos desvelando muy poco a poco) y que además se atreve incluso a jugar con lo paranormal. Sin entrar en spoilers hay que destacar el gran nivel de ambos guiones, que bien podrían adaptarse como películas animadas. En el primero, The Girl Who Stands Behind, hay que destacar un genial final de juego con giros de lo más inesperado, mientras que The Girld Who Stands Behind es más intenso y emocionante, pero su último tramo no nos ha parecido tan brillante. Una pena que se quede fuera el tercer capítulo de la saga, diseñado para Stellaview y que nunca ha visto la luz fuera de Japón.

A nivel visual, Famicom Detective Club es una adaptación de dos visual novels con más de 30 años a sus espaldas, y para su salto a Switch se ha apostado por un estilo muy clásico, con una marcada estética anime (un tanto genérica) y pequeños efectos de movimiento en los fondos para añadir dinamismo. Aunque se ve muy bien - sobre todo en modo portátil - tiene un apartado visual muy limitado y justito, más de libro / cómic interactivo que de videojuego... Eso sí, no hay problemas de rendimiento de ningún tipo.

Como suele ocurrir con estos revival el apartado sonoro sí ha envejecido mejor, con las estupendas composiciones de Kenji Yamamoto como protagonistas junto a un sólido y cuidado doblaje japonés. Tirón de orejas para Nintendo por no traducir los textos al castellano, haciendo mucho más complicado disfrutar de la aventura a no ser que tengamos un nivel de inglés alto.