Everybody's Gone to the Rapture

Una experiencia más que un juego. Casi parece una película narrada de forma no lineal en la que una historia muy rica en matices y profunda como pocas, con un montón de personajes con lineas de diálogo que nos estremecerán en más de una ocasión, pero que ni tan siquiera veremos, ya que la forma en la que los chicos de The Chinese Room nos cuentan esta historia es magistral y solo veremos como luces de un pasado que ocurrió en diferentes zonas, y que será lo que tengamos que buscar en el juego. A todo esto lo acompañan un apartado gráfico magnífico gracias al desaprovechado CryEngine (Crysis), con una grandiosa banda sonora de coros, voces y orquesta que nos hará derramar alguna que otra lagrimita.

Sin embargo, Everybody's Gone to the Rapture tiene dos problemas que lo hacen no estar en el olimpo de los videojuegos. Por un lado, un desarrollo demasiado lento en el que no tendremos que hacer prácticamente nada, tan solo buscar estelas de luz que nos guían en nuestro camino y escuchar (y ver) lo que ocurrió en dicha zona. Por otro lado, estamos hablando de un juego de entre 3 y 4 horas de duración, que pueden convertirse en alguna más si escuchamos todas las grabaciones, todas las radios y todos los teléfonos, pero aún así se le echa en falta algo más de interactividad, ya que casi estamos hablando de una película interactiva (con mucha emotividad, y estupendo guión y un acabado técnico brillante).

Si tenéis la oportunidad de probarlo y os gustan las cosas distintas, echarle un ojo (si lo pilláis barato, mucho mejor) porque merece y mucho la pena, aunque no esperéis un videojuego. Es otra cosa, y un excelente punto de partida para los chicos de The Chinese Room a quienes habrá que seguir con mucho interés en sus siguientes trabajos.