Análisis Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition - Soñando con el remaster perfecto

Terminar Chrono Cross nos llevará en torno a las 35-40 horas en nuestra primera partida, sin demasiados picos de dificultad, en una partida en la que gran parte del plantel de personajes estará ajustada a nuestras preferencias y decisiones; elegir a determinados héroes nos dejará sin la opción de reclutar a otros, y algunas misiones secundarias cambiarán según nuestro equipo. Esto hace que la aventura sea tremendamente rejugable, y que haya que terminar el juego varias veces (al menos, 3), para completar el plantel completo de personajes y ver todo lo que tiene que ofrecernos, así como llegar a ver todos los finales. Para hacerlo todo más jugable tenemos el New Game +, que nos permite volver a empezar la aventura manteniendo la experiencia y parte del poder que habíamos conseguido, lo que unido a la opción de acelerar la velocidad de juego es una combinación ganadora.

Más allá de las horas de juego de Chrono Cross tenemos la aventura conversacional Radical Dreamers que añade otras 3-4 horas de juego, y nos permite conocer más sobre algunos de los protagonistas del juego (aunque no esperéis enormes revelaciones ni grandes lazos con los Chrono). Aún así, es un extra muy de agradecer, y más llegando traducido al castellano.

El sistema de juego base de Chrono Cross apuesta por el combate por turnos, pero enriqueciendo la mecánica habitual con un sistema que limita los movimientos y ataques que podemos lanzar con puntos de vigor para golpes de distinta intensidad (y ratio de éxito), y además para las magias se enriquece con distintas áreas para el campo de batalla. Estas áreas se ven modificadas por un elemento, y si conseguimos adelantarnos a los movimientos de los enemigos con un poco de estrategia podremos multiplicar el poder de los ataques de un tipo concreto, incluso conseguir increíbles invocaciones. El punto más negativo está en los golpes dobles (y triples), que se vuelven mucho más difíciles de hacer y menos útiles que en Chrono Trigger, habiendo menos de una docena con más de 40 personajes en escena...

La otra parte del juego, la que protagoniza Radical Dreamers, se queda en una visual novel con algunas (pocas) decisiones que irán haciendo progresar la historia. Esta parte es muy de agraceder para los fans (estaba inédita hasta la fecha fuera de Japón), pero tiene un peso mínimo a nivel jugable.

Para nosotros, el punto más flojo de Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition es lo que ha aportado su adaptación; por supuesto, es maravilloso que el juego por fin haya llegado a nuestro país, porque es uno de los grandes RPGs de la generación de los 32 bits y además lo disfrutamos traducido, pero desgraciadamente llega bastante tarde y en una conversión muy básica en la que se echan de menos muchos elementos que hemos visto en otras remasterizaciones. Incluso Chrono Trigger estrenó una mazmorra inédita y un final especial en su versión para Nintendo DS... La idea de los diseños remasterizados y mejoras era buena en el papel, pero a la hora de la verdad apenas se nota, y el único extra es la inclusión de Radical Dreamers.

Valorando ya el juego en sí mismo, Chrono Cross tiene grandes luces, pero también importantes sombras; el incluir un plantel tan enorme de personajes hace que la mayoría de secundarios del juego apenas tengan historia (incluso con los más importantes, su trama se diluye en una misión de un par de horas y no vuelven a tener impacto), y se queden en la inclusión de solo unos pocos golpes especiales en la batalla (además, el número de ataques dobles y triples es bajísimo). Otro punto conflictivo es cómo incorpora la trama de Chrono Trigger, ya que durante los primeros 2/3 del juego se olvida completamente de ellos, para luego ser fundamental tener ciertos conocimientos a la hora de afrontar el final...

A nivel visual, Chrono Cross: The Radical Dreamers Edition sigue la misma directriz que otros lanzamientos de Square-Enix, un lavado de cara que disimule un poco el paso de los años (23, en este caso) y lo actualice un poco. En este caso es cierto que hay una notable mejora en el modelado de los personajes - y su nitidez -, aunque esto contrasta con la de los fondos (que como ya pasaba con juegos como FFIX, se ven borrosos), los vídeos de baja calidad, y sobre todo una preocupante falta de rendimiento. Bien optimizado y aprovechando las consolas actuales el título debería funcionar a 60FPS sin problemas, pero no se ha perseguido este objetivo, y seguimos con el mismo framerate variable del original, que en los momentos más forzados baja a menos de 15... Se agradecen detalles como el redibujado (muy sutil) de los diseños y portarretratos de los personajes, pero hubiera sido mucho más de agradecer tratar de actualizar mejor el motor del juego.

La banda sonora sí es harina de otro costal, con composiciones increíbles de Yasunori Mitsuda que nos alucinarán desde la impresionante intro hasta el emocionante final (e igualmente, ambientarán a la perfección los textos Radical Dreamers). Todo es mucho más fácil de disfrutar gracias a una traducción al castellano.