Todos los años nos quejamos que desde Modern Warfare 2 (o Black Ops 1), las compañías desarrolladoras de los Call of Duty no añaden casi nunca nada nuevo a la franquicia, lo que suele ser uno de sus problemas (generalmente, el mayor de todos ellos). Este año 2015 al menos hay que decir que
Treyarch lo ha intentado y conseguido a medias, añadiendo un modo cooperativo para cuatro jugadores al modo historia (que no es perfecto, pero sí muy resultón y divertido de jugar), además de haber aportado las mejoras tecnológicas a los personajes para permitirles correr por las paredes, planear, atacar a robots a distancia, controlar drones o hackearlos, así como otro buen puñado de elementos que, si los utilizamos correctamente, nos darán muchas más posibilidades de juego. Puede que esto nos haga pensar que estamos ante otro juego distinto (lo que podría ser, perfectamente, Titanfall), pero ni tan siquiera en 2014 con Advanced Warfare tuvimos este nivel de libertad en los escenarios ni posibilidades de juego. Siempre habrá jugadores que no utilicen todas sus posibilidades, y vean como todo este intento sea en vano y tengamos entre manos otro
Call of duty más, sin ningún añadido extra ni casi mejoras con respecto a otros años, pero al menos hay que darles el mérito del intento y de ofrecernos algo distinto. Aparte de estos elementos, también hemos visto algunas cosas
curiosas dentro del desarrollo, como en la fase donde las olas del mar pueden ahogarnos y tendremos que anclarnos en el suelo cada vez que vengan, detalles que si bien no reinventan la rueda sí que aporta algo que dinamiza un poco el desarrollo. El esfuerzo, en definitiva, ha merecido la pena.