¿Recordáis
Banjo y Kazooie, el genial plataformas 3D de
Nintendo 64 capaz de rivalizar con el todopoderoso Mario 64? ¿Tenéis ganas de una nueva aventura plataformera con el carismático dúo oso-pájaro? Si habéis respondido
¡sí! podemos haceros felices... a medias; y es que, aunque hay nueva aventura, en esta ocasión las plataformas pasan a un segundo plano...
La idea es conducir uno de estos extraños
cachivaches (son muy sencillos de guiar, marcha atrás y adelante y armas cuando las vayamos incluyendo) y hacer frente a distintas pruebas; desafíos contrarreloj, de llegar a una posición portando un objeto, de buscar algo por el mapa, vencer a otro corredor... Con los desafíos principales de cada mundo (que suelen ser vencer a la bruja) conseguiremos piezas especiales que nos abrirán el acceso a nuevas zonas; vamos, como ocurría con los poderes de
Kazooie - Tootie en las entregas anteriores... Y por supuesto, la cosa se enriquece con
nuevos tipos de vehículo, como lanchas o aviones,
y sobre todo, con el completo editor de cachivaches, cuyo límite es nuestra imaginación (y las piezas que vayamos consiguiendo). Podemos usar dos motores, varias ruedas, un cañón... incluso crear mini-vehículos que salgan despedido. Las posibilidades para los jugadores creativos (con tiempo y ganas de experimentar) son enormes, y como la física no es del todo real (si pones 2 motores correrás el doble), ser un genio con los LEGO puede ser un aliciente...
¿El problema? Que al dejarnos usar nuestras propias creaciones para afrontar los retos
estos desaparecen al rato. Imaginad un
Mario 64 en el que
el fontanero corriese cada vez más rápido y saltase más alto al avanzar en el juego... Muchísimos retos desaparecerían como tales.
Otro punto que nos ha parecido mal llevado ha sido la presencia de los - extraños - enemigos del juego, una especie de bolas pegajosas que nos atacan y fastidian en casi todas las misiones... Resulta difícil entender su existencia - porque, ciertamente, no hacen falta - y lo aleatorio de su ferocidad hará que, más de una vez, tengamos que repetir misiones que iban bien encaminadas por su culpa. Incomprensible.
Donde sí brilla
Baches y Cachivaches es en el apartado de originalidad, por dos razones bien distintas:
- El sentido del humor;
Rare no se toma en serio ni sus propias franquicias (ni antiguas ni nuevas, no se salva ni
Viva Piñata) y nos presenta un título que ironiza sobre el mundillo del videojuego sin hacer prisioneros. Las carcajadas (y sorpresas) están casi garantizadas.
- El valor demostrado a la hora de transformar y renovar una franquicia consagrada. Estamos seguros de que muchos jugadores veteranos van a sentirse decepcionados con las - poquísimas - zonas de plataformeo del juego, pero también que los que superen esa decepción van a encontrarse una refrescante bocanada de aire fresco en el catálogo de
Xbox 360.
Si esta nueva aventura de
Banjo y Kazooie no tuviese modo online hubiéramos sido bastante más duros calificándola. Cuando uno apuesta por algo nuevo - en este caso, el completo (y complejo) editor del juego - es muy difícil encontrar gente con lo que compartirlo en nuestro entorno; es mucho más fácil reunir cuatro jugadores para
Mario Kart que un segundo ingeniero-corredor para probar el modo versus... menos mal que
Xbox Live acude a nuestro rescate
y no sólo nos permitirá competir con otros jugadores, también descargar los planos que ellos decidan compartir, donde podremos descifrar los
secretos de sus locos cacharros.
A nivel técnico nos encontramos con un juego sobresaliente, colorista y espectacular, creado con muchísimo gusto y en el que hay que destacar la estupenda ambientación de las fases; detalles como el mundo que se desarrolla dentro de una
Xbox 720 no tiene precio... Y como no podía ser de otra forma, el motor físico que evalúa a los vehículos es una auténtica gozada (aunque a veces encontremos algo
rarito y no sea completamente real) y alienta la creatividad del jugador.
En el apartado negativo las cargas pueden ser abusivas (sobre todo al cambiar de zonas) y aunque la cosa mejora muy mucho al tirar de instalación, no todo el mundo puede aprovecharse de esta función...
La banda sonora, muy a la altura, y la falta de voces no le pasa factura gracias a unos más que convincentes
FX para nuestros héroes.