Los veteranos héroes de acción de la saga
Resident Evil, Jill y Chris, con nuevos compañeros en la lucha contra los
B.O.W.S., (terroríficos monstruos creados como armas biológicas) asaltan
Nintendo 3DS con Resident Evil Revelations, sin duda alguna
el cartucho más espectacular que hemos puesto en la portátil desde su lanzamiento el pasado año;
Capcom ha conseguido llevar toda la experiencia jugable de la multimillonaria saga a la palma de nuestra mano sin perder ni un ápice de intensidad, e incluso ha
dado un pasito atrás volviendo a sus orígenes y potenciando la idea de
survival horror con la que nació la franquicia.
Revelations mantiene un interesante equilibrio entre los juegos clásicos y las últimas entregas - orientadas directamente a la acción - y nos permite apuntar a los enemigos y buscar sus puntos débiles, pero dejándonos quietos y vulnerables mientras lo hacemos (y multiplicando la sensación de
agobio); tenemos un buen arsenal a nuestra disposición (con la cruceta para cambiar rápidamente de arma), pero el
arma más novedosa es un
scaner que nos permite buscar objetos ocultos o sacar información genética de los enemigos abatidos.
Un punto interesante es
la aparición de elementos para mejorar nuestras armas, una serie de potenciadores (daño, velocidad de disparo, cargador...) que iremos encontrando durante la aventura. El sistema no es tan versátil como el de
RE4, pero ayuda a mantenernos interesados examinando a fondo los exquisitos escenarios.
La historia de
Terragrigia y
Veltro (una organización bio-terrorista que aprovecha las creaciones de
Umbrella junto a nuevas criaturas) funciona muy bien en líneas generales, aunque tiene algunos altibajos; el guión de
Dai Sato - responsable de
Ghost in the Shell o Cowboy Bebop - tiene momentos brillantes, sorpresas interesantes y algún giro inesperado, pero
ni se aprovecha el carisma de Jill y Chris ni se consigue igualar
el delicioso aroma de serie B de los primeros títulos, quizá buscando un desarrollo más ambicioso. Aún así
el título puede presumir de ser muy cinematográfico, con impactantes escenas CG para contar la trama y
un desarrollo por capítulos que permite a diseñadores y artistas llevarnos de parte a parte del mundo. Mención especial merece en
Queen Zenobia, lujoso crucero que sirve de escenario principal y que recuerda a las
mansiones más inolvidables de la saga.
Cuando terminamos la aventura principal (su duración depende mucho de nuestra forma de explorar, pero podemos estimar una media de 10 horas, 12 si somos exahustivos investigando) tenemos dos opciones principales de juego:
- Misiones: Son
retos específicos para el modo historia que nos piden cumplir un objetivo determinado (matar a un número de enemigos, completar el juego en un nivel de dificultad/con unas condiciones...) y a cambio nos dan interesantes recompensas, como
armas especiales o mejoras para las que ya tenemos. Como podéis imaginar, este modo
multiplica la rejugabilidad del título y pone a prueba nuestra habilidad como
supervimientes. Además de los que iremos desbloqueando al jugar, podremos conseguir más vía
StreetPass.
- Modo Raid: Aunque la aventura principal es sólo para un jugador, esta
modalidad nos permite jugar con un compañero en determinados escenarios, bien sea en red local (2 consolas/2 cartuchos) o a través de online. El resultado es muy, muy bueno, tanto que uno se pregunta por qué no se han
atrevido a lanzar el multijugador en toda la aventura.
Ya para terminar, muchos posibles compradores quizá se
estén preguntando si merece la pena hacerse también con el Circle Pad Pro, el analógico adicional para el juego; en nuestra opinión,
el gasto no está justificado. Con este mando podremos disparar con el gatillo adicional y, sobre todo,
movernos mientras apuntamos utilizando los dos analógicos a la vez; así, el título baja su dificultad en algunos momentos, pero a cambio
sacrificamos la comodidad de las cámaras automáticas explorando, y el desarrollo de los niveles se hace más cansado. Puede ser una inversión si planeamos hacernos con alguno de los próximos títulos que usarán el periférico (como
Metal Gear o Monster Hunter), pero en nuestra experiencia de juego no ha sido realmente necesario.