Imaginaos un juego como Dark Souls donde los personajes se mueven realmente rápidos y ágiles, tanto el protagonista como los enemigos, combinando muchos de los elementos de Ninja Gaiden como sus armas, el estilo de los movimientos, las técnicas o los enfrentamientos contra los jefes finales. Eso es NioH, tanto el primero como el segundo, ya que esta segunda parte reutiliza enemigos, armas, personajes, estilos de juego y sistemas en su mayoría a los que añade una nueva historia y algunos otros elementos jugables que enriquecen aún más la fórmula y que debemos aprendernos para tener ciertas posibilidades de éxito. Se puede decir que, por ello, es un juego más difícil aún que su primera parte, mucho más incluso, dependiendo de cómo queramos jugar.
Si llamamos a uno o dos amigos (o desconocidos vía matchmaking) en cada misión, el juego se hará mucho más fácil puesto que la dificultad de los enemigos se mantiene, y si decidimos jugar solos o simplemente con las tumbas benevolentes (un compañero IA al que podemos llamar), el juego tiene la misma dificultad o un poquito más difícil de lo que era el primero, que ya sabemos que de por sí era uno de los juegos más difíciles que existen. Y el problema que tiene es tener que aprenderse todos esos elementos, los ataques que podemos hacer, cómo cubrirnos contra según qué enemigo, hacer los contraataques, los esquivos, o estar pendiente del medidor de ki para hacer un pulso de ki (básicamente, verlo disminuir y pulsar un botón en el momento apropiado para no agotarnos). Son demasiadas cosas para aquellos a los que les gusta los juegos de acción y están incluso acostumbrados a ellos, más incluso que en los Dark Souls, lo que lo hace aún más restrictivo a menos que llamemos a dos ayudantes y pasarnos el juego casi con la gorra.
La historia también ha perdido un pequeño puntito con respecto a la primera parte. Como decíamos en su momento, la de juegos como Dark Souls es demasiado confusa y difícil se seguir mediante el lore o la historia de objetos y armas mientras que en NioH teníamos una fácil de seguir con personajes que nos la contaban y que nos interesaba saber cómo seguía. Ahora creamos un personaje de la nada y lo metemos en una situación de
guerra entre clanes en pleno siglo XVI donde Ieyasu Tokugawa intenta unificar Japón luchando contra todos aquellos señores feudales que siguen interesados en sus propias tierras y su poder. De esta forma, es como si de una especie de ?Forrest Gump? se tratase viendo cómo se desarrolla la historia japonesa a nuestro alrededor mientras que nosotros exploramos y luchamos contra todas estas criaturas y vamos ayudando a según qué bando en cada momento. A pesar de ser un apasionado de la historia japonesa creo que pierde un poco el interés del jugador en muchos momentos al no estar involucrado de ninguna forma en ella y ser un mero espectador que se dedica a luchar contra demonios y yokais.