Ni
remake ni remaster, el director de
NieR Replicant lo ha definido como una revisión (o actualización) del juego original de Xbox 360 y PS3 que analizamos hace 11 años, aprovechando en parte el potencial de máquinas más actuales. ¿Y por qué decimos
en parte? Pues primero, porque no hay una versión realmente creada para aprovechar las tarjetas de PCs de última generación, ni siquiera PS5 o Xbox Series X, no hay extras para ellas. El salto se ha hecho tomando como partida PS4/Xbox One, y está lejos de otras propuestas de corte similar, como
Demon's Souls... La parte positiva es que
el título funciona de forma realmente fluida a 60FPS, se han arreglado los principales problemas de cámara del original, tenemos lo diseños de Replicant (más bonitos y
nipones que los de
Gestalt, que fue el que recibimos), incluso las partes de juego que no se pudieron incluir en el lanzamiento original. Y todo
rebosa personalidad, hay detalles que crean un mundo más vivo y que ayudan a hacer la experiencia inolvidable.
Y si bien el motor gráfico no es uno de los baluartes del título, la banda sonora juega en otra liga. Las composiciones de
Keiichi Okabe - a la cabeza del estudio
Head of Monaca, junto al talento de
Kakeru Ishihama, Keigo Hoashi y Takafumi Nishimura han dado como resultado una increíble variedad y calidad de temas, una de esas bandas sonoras de videojuegos que uno no se cansa de escuchar, con temazos que acabaréis tarareando.
Y es que la banda sonora ha sido remasterizada y regrabada, al igual que el doblaje, que incluye más frases. Por cierto, en versión PAL lo tenemos con opción para elegir entre inglés y japonés, con una sobresaliente traducción al castellano.