No es nada nuevo encontrarnos con un FPS en una ambientación post-nuclear en un Moscú futurista, ya que tuvimos la oportunidad con Stalker y sus secuelas. Lo que ahora los chicos de
4A Games y
THQ Games nos traen es algo que va en un camino distinto, aunque en un universo muy similar ambientado en la novela de
Dmitry Glukhovsky del mismo nombre. Eso sí, la experiencia de este
Metro 2033 es muy distinta, no sólo a estos títulos, si no a prácticamente cualquier otro FPS del mercado, para bien o para mal. Y es que no nos vamos a encontrar a algo similar a Halo, Call of Duty, o cualquier otro juego de disparos en primera persona, si no a una experiencia cinemática que nos hará sentir en todo momento lo mismo que siente el protagonista del juego,
Artyom, lo cual es extremadamente bueno. Esto quiere decir que la mayoría de los juegos que jugamos, el jugador suele tener mucha más información y herramientas a su disposición que el protagonista, con lo que la forma de contar la historia en estos casos se vuelve a veces hasta absurda, intentado hacernos ver lo que el protagonista sufre, siente y padece, pero no así el jugador que ve cómo avanza sin problemas. En Metro 2033, la ambientación está tan lograda que en todo momento haremos lo que haríamos en las situaciones en las que el protagonista se encuentra, ahorrando munición, intentado mejorar nuestro equipo con lo que encontramos por el suelo, buscándolo de forma activa para sobrevivir, ocultándonos entre las sombras para no ser vistos, etc.
A nivel jugable encontraremos algunas cosas bastante novedosas que harán que la experiencia de juego evolucione desde principio a fin. Por ejemplo, en lugar de utilizarse escenas cinemáticas CG para contarnos la historia, tendremos numerosas zonas en las que seremos meros espectadores de la situación en primera persona, lo que hará que nos metamos más en el papel. Estas se entremezclarán con otras de exploración en un entorno más o menos abierto (en realidad no lo está, pero lo parece y nos hace sentirlo así), algunas zonas donde tendremos que enfrentarnos a gran cantidad de enemigos, otras donde podremos relajarnos y hablar con los que nos rodean y comprar armas y munición, y otras donde deberemos intentar pasar desapercibidos como si de un juego de infiltración se tratase. También encontraremos algunas plataformas y puzles que deberemos superar, aunque estos serán los menos en el juego, lo que no quita que dinamice el juego cuando estemos en ellas.
Siguiendo con la jugabilidad, hay otro elemento que también nos hará sentirnos como que realmente estamos allí, y es el del armamento a nuestra disposición. Aquí no encontraremos cañones de plasma o lanza-cohetes, si no que contaremos con armas que han sido fabricadas a mano utilizando los restos de las que existían antes del desastre nuclear, como por ejemplo las
armas neumáticas, las cuales tendremos que recargar a mano utilizando una bomba para darles potencia, y que tendremos que revisar cada poco tiempo ya que se descarga con el uso. La munición es otro elemento a tener en cuenta, ya que escasea bastante, lo que hará que la busquemos por todos los rincones y la ahorremos siempre que podamos. Todo esto genera un conjunto bastante original en el género, y que funciona bastante bien, sobretodo en el sentido de estar agobiados ante la presión de no saber qué está ocurriendo a nuestro alrededor, la gran cantidad de sucesos que ocurren y que no nos explican, o todo el sistema de juego que nos vamos encontrando a cada paso.
Eso sí, a pesar de todo lo dicho, que es positivo y mucho, Metro 2033 no está exento de problemas. Para empezar,
la curva de dificultad puede ser un poco elevada para los que no tienen mucha práctica con este género, sobre todo por lo que hemos comentado de no saber lo que está pasando, e incluso avanzar en ocasiones sin saber muy bien qué hacer. Aparte, encontraremos un par de zonas en las que será imprescindible infiltrarse para no toparse con una enorme cantidad de enemigos, pero el sistema utilizado para ello no funciona demasiado bien, por lo que tarde o temprano tendremos que pasar a la acción. Aquí no tendremos ningún indicador de qué enemigo nos está mirando, quien nos ve ni un mapa de la situación, y sólo contamos con una pequeña luz en nuestra muñeca izquierda que cambiará de color del verde (estamos bien ocultos) al rojo (estamos al descubierto), pasando por el amarillo (la mayoría de las ocasiones) que significa que pueden estar viéndonos, pero no quien, ni cómo, ni dónde.
Otro problema que le hemos visto es la duración del juego. De los tres niveles de juego, en nivel normal (el intermedio) puede dar a los más expertos del juego unas 7-8 horas, que puede llegar a las 10 si exploramos todos los rincones exhaustivamente e intentamos conseguir los logros, la munición y las recargas disponibles en el escenario. El caso es que Metro 2033 no cuenta con modo multijugador alguno, ni cooperativo, y tampoco es que se haga muy re-jugable, ya que aunque los escenarios dan para hacer el juego una vez, y luego volver a jugarlo,
la historia es tan guiada y sumamente lineal que no tendremos ganas de volver a ponernos con él, ni tan siquiera en un modo más difícil, ya que no aparecerá nada que no hayamos visto la primera vez. Por ello, lo más aconsejable es jugarlo una sola vez y prestarle el máximo de atención a los detalles y escenarios para poder estar tranquilos y decir ´
ya no lo tengo que volver a jugar´. Y es una lástima, porque el juego tiene suficientes elementos distintos para poder extenderse sin problemas como 7 u 8 horas más, simplemente volviendo a utilizar lo que ya se ha usado en alguna otra parte, u ofrecer otro punto de vista aunque el libro original no lo tenga.
A nivel técnico, el juego cuenta con un excelente acabado en los personajes, aunque encontramos pocos modelos distintos. Esto se puede ver claramente en sus rostros, que parecen muy similares entre sí, o cómo los niños que vemos en diferentes partes son siempre iguales. También hay que destacar los escenarios interiores, con gran cantidad de detalles por todas partes que consiguen en todo momento una excelente atmósfera. Quizás los escenarios exteriores, sin ser nada malos, parecen no haber sido igual de cuidados y son más propios de un juego de hace unos años, al igual que los enemigos mutantes y la animación de estos. Hemos visto cómo un puñado nos atacaba al unísono todos con la misma animación, y aún siendo animales parecer un ejército coordinado de forma síncrona, quedando un efecto muy ridículo en pantalla. El doblaje al español es bueno, sin destacar en ningún punto, pero si sois de los que vais a jugar por segunda vez al juego, os aconsejamos que pongáis subtítulos en español y voces en ruso.
La conclusión sería que si sois fans del géneros de los FPS, merece mucho la pena que le deis una oportunidad a este Metro 2033 tanto en PC, como 360. La experiencia de juego merece mucho la pena por su narrativa, ambientación, y sobre todo por la sensación que consigue crear en el jugador. Quizás, Metro 2034 consiga corregir algunos de los problemas que hacen que este primer juego no pueda ser considerado como uno de los grandes del género, pero este primera paso ha ido en la dirección correcta.