Como siempre, la
magia de
Mario Party está en disfrutar de la experiencia con amigos, y aquí
Nintendo ha apostado fuerte por el multijugador con un solo cartucho, algo que agradecerán nuestros bolsillos. Además, hay un buen número de modos de juego para experimentar y buscar nuestra experiencia; el problema es que parece primar la cantidad sobre la calidad, y hay algunos demasiado
tontorrones (como el
Mariogammon) en contraste con otros más elaborados (como la
Maratón Monetaria). Además, en demasiadas ocasiones la suerte influirá más que la habilidad... Algo que no gustará a todos los jugadores.
Aunque esté un paso por detrás de la experiencia multi, hay que reconocer (y valorar) el esfuerzo para conseguir
un modo divertido para un jugador, un detalle muy de agradecer. Esta vez es mucho más divertido enfrentarnos a los personajes controlados por la CPU, y jugando en dificultades altas algunos desafíos y minijuegos se convierten en todo un reto. No sustituye a un buen soporte online, pero se agradece...