Tras la última presentación de la máquina, más centrada en el hardware en sí que en los juegos, Microsoft tenía una oportunidad ideal para ponernos los dientes largos, y enseñarnos por qué deberíamos empezar a ahorrar para pillar su nueva máquina de lanzamiento. Había que mostrar lanzamientos a corto plazo para competir - competir realmente - con PS5, y los jugadores esperaban gameplay y sorpresas. Desgraciadamente Microsoft se ha quedado a medias, y aunque ha mostrado cosas interesantes, lo que había tangible estaba también previsto para la generación actual. Y esto es un precedente realmente peligroso para el lanzamiento de la consola. Si con un catálogo exclusivo claramente superior, One perdió en su lanzamiento con PS4, hay que ser muy optimista para pensar que ahora va a pasar algo diferente, incluso aunque el precio de la máquina fuese un poco menor...

Parece que Microsoft se ha enrocado en una guerra a largo plazo que no parece nada fácil de ganar con su planteamiento, y aunque intentan sacarle partido a su mejor arma - el GamePass, que ha conseguido llevarse a parte de la legión de admiradores de Sony a sus filas - en un evento de este calibre hace falta más para imponerse a un rival del calibre de Playstation. Y cerrar el evento con una CG de un juego que parece estar en pañales no es el camino...

Para mí ha faltado impacto, garra, ganas de sorprendernos. Las inversiones en estudios propios no han dado los frutos esperados (al menos, todavía), y me ha faltado un auténtico aliciente para pasar por caja estas Navidades. Porque no, los 120 fps de Ori no lo valen, al igual que la mayor resolución del nuevo Halo o las mejoras de State of Decay. Y para el resto de títulos que quiero jugar - como Everwild, Fable o Medium - todavía falta más de un año. ¿Por qué hacer la inversión ahora, cuando todo apunta a que luego llegarán rebajas?

No hay sido una gran maravilla eso está claro, pero el Xbox Games Showcase 2020 celebrado hoy 23 de julio sigue marcando los pasos a seguir. En la presentación de mayo empezamos ver que Microsoft se estaba poniendo las pilas, y hoy aún sin tenerlas puestas del todo se puede ver que sigue dando pequeños pasos para conseguir que Xbox sea lo que sus responsables y fans quieren que sea. Hemos visto luces y sombras, cosas buenas y cosas malas, juegos que esperamos con impaciencia echarles el guante y otros que podríamos pasar de ellos y no pasaría nada.

Por ejemplo, tenía ganas de ver Halo Infinite, y si bien me ha gustado lo que he visto a nivel jugable tengo que reconocer que me ha dejado muy frío a nivel técnico, principalmente porque es el juego abanderado de una nueva generación de consolas y que va a acompañar el lanzamiento de Series X y no demuestra que a nivel técnico sea una consola más potente. Ya lo dijimos en nuestra anterior opinión sobre hacer juegos que se puedan jugar en One, One X y Series X y éste es el mejor ejemplo. Aún así, a nivel jugable sí que tengo ganas de probarlo por parecerse más a los primeros Halo pero en mundo abierto, y quiero ver de lo que han sido capaces los chicos de 343 Industries tras cagarla monumentalmente con Halo 5.

Un buen ejemplo de lo que sí hay que fomentar son juegos como The Medium, en el que poder renderizar dos juegos a la vez en paralelo solo es posible gracias a los discos rápidos SSD y a la enorme potencia de la consola. Eso sí; si sale en PC no todos tienen estos discos por lo que muy probablemente habrán tenido que buscar atajos técnicos para poder hacer esto. También juegos como Darktide (Vermintide ambientado en Warhammer 40,000), The Gunk por su original estética y apuesta jugable o Stalker 2, saga que hasta ahora había sido exclusiva en PC y que ahora también van a poder jugar los usuarios de Xbox y quiero ver de qué son capaces los chicos de GSC Game World. Por último, el humo que veníamos demandando en los pasados E3 de Microsoft y que sí que hemos tenido en esta ocasión con anuncios como el nuevo Fable, State of Decay 3 o Avowed son pequeños ejemplos que sí hay que enseñarle a tu público para que se sienta interesado por el futuro de tu producto aunque no se vea nada de lo que va a ser el juego (y para los que, en ocasiones, no hay nada de nada hecho).

Cosas sin sentido también hemos tenido como la versión especial de Ori a 120 FPS. Posiblemente sea la forma más tonta de vender un juego que ya está en el mercado diciendo que lo vas a poder jugar más suave y a 4K que, de hecho, ya era jugable a 4K y 60 FPS en One X. Es como decirle a tus usuarios que se han gastado más de trescientos euros en poder jugar a Ori en 4K, recuerdo que es uno de los pocos exclusivos de la consola, que ahora se tienen que gastar más dinero aún para jugar a lo mismo y al doble de frames, con lo que se te tiene que quedar la cara de idiota varios días. Tampoco le he visto personalmente mucho sentido al DLC de The Outer Worlds cuando, además, es multiplataforma y sí que sale en PS4, hecho que han aprovechado los community de Sony para mostrarlo hasta en la sopa.

Podría resumir la presentación como iniciando la senda del éxito y mostrando el futuro de la consola, pero no su futuro más inmediato porque muchos de los juegos no los vamos a ver hasta dentro de uno año o más. Nada realmente espectacular pero sí cosas muy interesantes a las que hay ganas de echarle el guante. El inicio del camino que hay que seguir para próximas presentaciones aunque aún falten más cosas espectaculares que mostrar y que haga pensar a la mayoría de los jugadores que tienen otras consolas que necesitan imperiosamente tener esta entre sus manos.

Todavía hay muchos que se preguntan por qué Sony aún no ha desvelado nada de su PS5 mientras que Microsoft sigue desvelando, poquito a poco, detalles de su estrategia y potencia de su nueva consola. Ya lo hemos dicho en otras ocasiones, y es que aún faltan varios meses en los que poder seguir vendiendo PS4, que no lo está haciendo nada mal aunque hayan caído en ventas con respecto a años anteriores. Pero quizás el detalle más importante es el de una estrategia de marketing muy conservadora (por llamarla de forma suave) en la que pueden ver cómo la competencia va desgranando su estrategia, medir la respuesta de mercados, analistas y usuarios, y poder así tomar decisiones sobre su próxima estrategia (básicamente, copiar lo bueno y mejorar lo malo). No sería la primera vez ni será la última, y mientras les funcione sin arriesgar como lo ha hecho durante muchos años atrás nada va a cambiar.

Está claro que Sony sabe desde hace muchos meses la potencia de la consola de la competencia, y ahora que se ha hecho oficial aunque de forma provisional tienen incluso más margen para la modificación de sus especificaciones. Phil Spencer confirma los 12 Teraflops mientras que extraoficialmente se hablaba de un número ligeramente inferior a ese, y aquellas compañías que ya tienen kits de desarrollo de PS5 hablan de una potencia ligeramente superior a nivel de capacidad de proceso, algo que no se va a notar en ningún juego ni aplicación salvo por aquellos a los que les gusta comparar números para sentirse bien. Con esto podrían aumentar la potencia, mantenerla cambiando algún que otro componente, o incluso sacrificarla para hacerla más asequible; todo es posible hasta que no comienza la producción en masa de las consolas.

Microsoft está en el punto en el que debe demostrar a todos (jugadores, aficionados, analistas, accionistas...) que van a ser líderes en esta generación y que quieren ir delante, por lo que su estrategia debe ser agresiva, y aún así tampoco lo está siendo demasiado a expensas de lo que haga Sony. Y es que si os dais cuenta no hemos visto juegos en movimiento, ni precios, ni fechas definitivas, ni más características técnicas ni de funcionalidad de las que se anunciaron hace ya algunas semanas solo que ahora oficialmente. Mientras tanto, Sony sigue callada, esperando hasta ver qué más averiguan, con qué más pueden jugar para que consola parta con ventaja en el lanzamiento en un intento por dar un golpe de efecto y que cuando presenten su consola lo hagan de una forma muy vaga en datos técnicos, mostrando alguno de los juegos que podrían acompañar a la consola en los primeros meses de vida, momento en el que comenzará el baile para ambas compañías y la diversión para sus seguidores.

La conferencia de Microsoft E3 2018 pasó, y muy grandes son los juegos que hemos visto en ella con muchas ganas de pillarlos. Sin embargo, y salvo contadas excepciones, no era lo que se esperaba de ella cuando anunciaron a bombo y platillo que tendríamos un buen puñado de exclusivas en ella. La mayoría se vieron el año pasado, otras han sido DLCs y el resto son juegos multiplataforma, algo que estaría bien si el objetivo de la compañía hubiese sido enseñar que todos los juegos van a acabar en su consola tarde o temprano. Por todo ello, la presentación podría haber sido perfectamente la de cualquier compañía desarrolladora de software más que la de una compañía que pretende vendernos su hardware y que, repetimos, hemos visto grandes joyas que todos queremos jugar pero muy poco que nos haga plantearnos querer comprarnos una Xbox One si ya tenemos otro soporte para jugar (PC o PS4).

Por ello, se sale de aquí con un sabor agridulce después de haber visto juegos como Devil May Cry 5, Cyberpunk 2077 o Sekiro Shadows Die Twice, juegos que saldrán multiplataforma, o haber visto un poquito de Gears 5 o Halo Infinite, cuyas últimas entregas fueron peor de lo esperado. Distinto hubiese sido si cualquiera de los juegos anteriormente nombrados (o una combinación de ellos) hubiesen sido exclusivo.

Por ello, la sensación que nos queda es la de que ha sido una conferencia dirigida al público que actualmente tiene ya una Xbox One o X (que no se ha nombrado ni una sola vez en las dos horas de show), para tranquilizarles sobre el futuro de su consola y decirles que siguen trabajando para que no se queden sin sus juegos, algo que repetimos está bien pero que no es lo que Microsoft tenía que haber hecho si lo que pretende es remontar en unidades vendidas con respecto a PS4. ¿Está apostando todo al futuro?

Microsoft no partía de la mejor situación en el E3 2017. Falta de juegos \'de impacto\' para los próximos meses, un exceso de lanzamientos third party, las sorpresas justas... Su gran baza era Project Scorpio, anunciada a los cuatro vientos como la consola más potente del mercado. Pero después de la tibia acogida de PS4 Pro, ¿era suficiente un rediseño más potente?...

Sony arriesgó muy poco con Pro, quiso mantener un precio atractivo y se quedó en tierra de nadie. Para muchos de nosotros Microsoft tenía que haber arriesgado más y haber presentado la máquina definitiva que lo hiciera funcionar todo en 4K y a 60FPS, pero... Claro, esto hubiera supuesto un incremento mucho mayor en el precio, que se hubiera disparado por encima de los 500 euros. Aquí se ha querido ser más conservador y quedarse en un punto intermedio; One X duplica el precio de la Xbox One actual, y permitirá jugar a 4K (aunque nativos y a 60FPS ya os avanzamos que no, al menos en la mayoría de títulos).

El riesgo que corre ahora la compañía de Redmond es que la mayoría de los fans decidan, como con PS4 Pro, que esta diferencia no les compensa, que 500 dólares / euros para un rendimiento un poco mayor no les vale... Porque claro, Sony volvería a tener la sartén por el mango para adelantarse con su PS5. Veremos el juego real que da Xbox One X y cómo juega sus cartas Microsoft para intentar que nos hagamos con ella, porque por lo visto en su conferencia de este año, todavía hay que sacar mucha artillería pesada.

Desde la presentación de ambas máquinas, tengo la sensación de que Microsoft desaprovecha el E3. Es su gran feria, juega en casa y puede dejar a su rival directa sin aliento con buenos y potentes golpes, pero parece que le cuesta muchísimo sacarle partido a sus mejores armas.

El año pasado el problema fue querer dividir la artillería entre E3 y GamesCom, y dejar que Sony vendiese sus proyectos a largo plazo como inmediatos, haciendo que muchos fans picasen con la compra pensando en proyectos muy lejanos, como Final Fantasy VII Remake o Shenmue III, mientras se olvidaban de promesas más tangibles (como Halo 5 o Rise of the Tomb Raider). Este año no parecen haberse contenido y hemos tenido una lluvia de juegos... El problema es que ya conocíamos la mayoría de lanzamientos, y han faltado sorpresas de peso - exclusivas, y te miro a ti, Dead Rising 4 - y un golpe sobre la mesa. Ideas realmente sorprendentes y rompedoras, como un servicio de suscripción de descarga de juegos al estilo Netflix (aunque solo fuera con juegos de Microsoft, o clásicos de Xbox 360), o un valor diferenciador por tener los juegos multiplataforma en Xbox One en lugar de en PS4. Y no, ese valor no es que también estén para PC, porque si tienes un ordenador potente y a la altura, ¿realmente necesitas la consola?

Desde mi punto de vista, un punto que ha pasado factura en la conferencia ha sido la traición third party. Las compañías han estado ahí, pero no han apoyado especialmente a la máquina, ni han ofrecido nada a sus usuarios. ¿Final Fantasy XV? Ya sabíamos que salía, esperábamos algún extra o bonus, o el anuncio de más juegos para la máquina de Microsoft de Square Enix Japón. ¿Battlefield 1 con un tráiler repetido? Si Call of Duty y Destiny van a tener un buen hueco en la conferencia de Sony, Microsoft tenía que haber apostado más por el juego de EA (al igual que por Titanfall 2, que la primera entrega funcionó muy bien) y haber añadido alguna pincelada, algún extra. Algún arma de Halo en plan prototipo para el multijugador, un traje de Jefe Maestro para divertirnos, un monstruo especial... Lo que decía, valor de diferenciación. Quizá ahora sea el momento de establecer alianzas con compañías muy creativas en bajos momentos (como Konami) y sorprender a los jugadores con el golpe de efecto del que hablábamos. Un remake de Metal Gear 4 o un nuevo episodio exclusivo de Silent Hill podían haber marcado la diferencia, y añadir muchos usuarios nuevos a la máquina...

Este año, aún a la espera de ver lo que hace Sony, el listón vuelve a estar un poco bajo y es fácil de saltar. Y, una vez más, intuyo que las navidades volverán a ser mejores para la máquina de Microsoft gracias a sus exclusividades, aunque esto no se refleje directamente en las ventas. El que no aprende de su historia está condenado a repetirla...

Intensa y al turrón, la conferencia de Microsoft no puede ser calificada de sorprendente, y salvo que seamos amantes acérrimos de alguna saga concreta - como Halo - no ha tenido un anuncio que nos haga saltar de la butaca... Pero sí ha cumplido con creces presentando lo que vamos a tener este año en la consola (que no es demasiado) y dejándonos echar un ojo a lo que veremos en 2015 (y siguientes). Había ritmo, mucho contenido y títulos de primera fila... Aunque personalmente me ha cansado mucho la etiqueta de DLC primero en Xbox One, como si fuera una auténtica maravilla saber que ya están preparando cómo exprimirme más los bolsillos con lanzamientos que aún no han salido.

He echado en falta un hueco para títulos como Quantum Break, pero creo que se han cumplido los objetivos, e incluso ha habido hueco para todo tipo de jugadores (desde el creativo Spark, ahora con la presencia de Conquer, al proyecto de Kamiya y Platinum Games).

Me quedo con buen sabor de boca y la idea de que es la mejor conferencia de la compañía en años... Pero también con las ganas de un poco más.

Apenas un aperitivo, la conferencia de Microsoft me ha sabido a muy poco; básicamente me ha resumido que ellos ya han abandonado completamente Xbox 360, que este año apenas voy a tener juegos exclusivos para la consola y que todos sus esfuerzos los están llevando al próximo año (y consecuentes).

Me han faltado juegos por todos lados, y sorpresas (pero sorpresas de verdad, no un vídeo de un juego de Platinum Games genérico que no voy a ver hasta 2016). De hecho, lo que personalmente más me ha llamado la atención del show ha sido Rise of Tomb Raider, y no se ha mostrado NADA (más allá de un vídeo increíble).

Si esta es la idea de Microsoft de un show para venderme la consola, puedo decir que con lo visto hoy me lo pensaría... Me pensaría hacerlo a partir de 2015, cuando estén en las tiendas los mejores títulos que he visto hoy.

Microsoft por fin ha entrado en razón, y le ha dado una alegría a los fans y a todos los jugadores que querían seguir fieles a la marca (y mantener sus logros). Por mucho que se predicara una mayor flexibilidad y \'ventajas\' para el jugador, la política de la segunda mano y la obligación de estar siempre conectados no había convencido a la mayor parte de los futuros compradores, algo que hemos podido vivir en primera persona en el E3 y que ahora empezaba a notarse en las reservas de la máquina...

Afortunadamente, y como dijimos en su momento, Microsoft estaba a tiempo de rectificar y lo ha hecho, apuntándose un tanto (e incluso lavando su imagen con la declaración de que \'escuchan a sus fans\'). Con todo la consola tiene todavía mucho trabajo por delante...

Los 100 euros que la separan de PS4 en su lanzamiento, y una potencia un poco menor de la máquina de Sony (una diferencia mínima, pero que está ahí) son también altibajos que la compañía tendrá que compensar; es cierto que la inclusión del nuevo Kinect puede ser un reclamo para algunos jugadores, pero para la gran mayoría puede ser un handicap, más con la difícil situación económica del mercado... Pero bueno, una competencia reñida es justo lo que necesitamos los jugadores, que compitan por nuestros euros.