Xbox Series X y S de Xbox Series (X y S)

Microsoft sigue en sus trece de seguir de cerca el modelo de móviles en cuanto a sus consolas de refiere. Con Xbox One X establecieron este modelo, y ahora lo continúan con su Xbox Series, lanzando el modelo top de la gama, Series X, y uno más barato con el que acercarse a los usuarios menos pudientes o que necesiten menos. En los móviles, la teoría suele estar en comprarse siempre el modelo más caro de la generación anterior, y que en este caso sería Xbox One X. Nosotros os vamos a comentar los cinco puntos a favor y los cinco en contra que tiene el modelo de características inferior de Xbox Series, por si os ayuda a decidir qué comprar cuando estén en el mercado a partir del 10 de noviembre de 2020.

Lo que mola de Xbox Series S

Su precio es imbatible
Es realmente bueno. 299,99 € como precio oficial es suficientemente barato como para atraer a muchos jugadores que pueden aprovecharse de una oferta con el Game Pass y tener potencia y juegos a un excelente precio. Si miramos el de las actuales consolas de Microsoft, la única que tiene ese precio es Xbox One S, una consola ligerísimamente superior en potencia de cálculo a la Xbox One tradicional con 1,40 TFLOPS. Eso hace del cambio al mismo precio un gran salto cualitativo.

Porder jugar a todos los juegos de Xbox
La estrategia de Microsoft es que todos los juegos que salgan al mercado sigan siendo compatibles con todas las consolas. La ventaja de esta nueva generación es que sabemos que incluso si esa política varía y se hacen juegos exclusivos para la nueva generación seguiremos disfrutando de ellos a un precio realmente bajo. Y si además nos aseguramos que también son compatibles los de Xbox, 360 y One, tenemos todo el catálogo completo de la compañía.



Tamaño muy reducido
El primer modelo de PS3 era conocido en España por muchos nombres más allá del de la propia consola. Tocha, gorda o barbacoa solo son algunos de los que más sonaban. La nueva generación, PS5 y Xbox Series X, traen consigo unas consolas descomunales que, reconozcámoslo, no todos tenemos el espacio para tenerlas, máxime si tenemos más consolas y/o PC para jugar, o una habitación pequeña. Haciendo una pequeña comparativa (alto, ancho, profundidad):
Dimensiones Xbox Series X: 15,1 cm × 15,1 cm × 30,1 cm
Dimensiones PS5: 47,6 cm x 38,2 cm x 12,6 cm
Dimensiones Xbox Series S: aunque no han sido desveladas todavía, es un 60% más pequeña que Series X, y tiene un tamaño realmente pequeñito para poder ponerla en cualquier parte.

Menor consumo de luz
Puede parecer una tontería, pero los que tenemos PCs potentes sabemos que la batería necesaria para tener una tarjeta gráfica de última generación, micro y mucha memoria suele ser muy grande, y esta gasta más incluso que el aire acondicionado o la nevera, lo cual es un pasote. Una consolita como esta no debería tener demasiado consumo, lo que nos ahorra en la factura de la luz lo suficiente como para compensar su compra si jugamos mucho. No es una tontería tener este detalle en cuenta, sobre todo si ya pagas una pasta de luz al mes (quién no, ¿verdad?).

Mejoramos en el futuro
Todos sabemos que la primera tanda de consolas no suele salir demasiado bien. Rieles que se rompen con facilidad, las malditas luces rojas o amarillas de la muerte, lectores que hacen mucho ruido, y tantas otras cosas que les pasa a todas las consolas recién salidas al mercado. Si no nos hemos comprado una Xbox One X o no hemos cambiado de consola recientemente es más que probable que estemos deseando que salgan las nuevas para comprarnos una nueva, y Series S es la mejor opción para gastarse poco, disfrutar de la nueva generación con calidad y esperar a que los modelos más caros bajen de precio y se hagan más estables.

Lo que NO mola de Xbox Series S

Potencia de cálculo
Lo hemos dicho muchas veces: Los teraflops no son una buena medida para absolutamente nada en el mundo de los videojuegos. Consolas con poca potencia son capaces de hacer grandes maravillas, incluso gráficas. Sin embargo, que una consola nueva que se supone de nueva generación y que viene a cubrir el segmento barato de la llamada consola más potente del mercado no debería estar por debajo de un modelo que lleva vendiéndose 3 años, como es Xbox One X, una consola que salió al mercado en 2017 y que tiene bastante más potencia que esta consola que sale en 2020.

Retrocompatibilidad de inferior calidad
Una de las armas con las que Microsoft pretende competir con la competencia es la retrocompatibilidad, es decir, poder correr juegos de Xbox, 360 y One en la nueva generación sin problemas. Esto en Series S es posible sin problemas, pero sí que no vamos a ver esas mejoras que son capaces en consolas más potentes y con más memoria como One X o Series X. De esta forma, los 4K y los 60FPS no van a ser posible en Series S.



No tener 4K reales en los juegos de nueva generación
La potencia puede no ser suficiente para que algunos juegos de nueva generación no se vean ni parecido a lo que su consola más potente puede. Es lógico, pero cuando los 4K ahora sí que se han convertido en un estándar para la industria y los usuarios, y tanto la competencia como sus modelos anteriores y su consola más potente sí que pueden llegar a los 60 FPS y 4K en muchos de sus juegos (quizás no todos), tener una consola que "solo" llegue a los 1440p parece insuficiente y puede que se quede algo corto. Muy probablemente la suavidad (los 60 FPS) la vamos a tener, pero los desarrolladores tendrán que decidir si quieren en esta consola calidad gráfica o suavidad, y Microsoft apuesta por lo segundo. Incluso puede que aquellos juegos más demandantes de la generación anterior y que en Series X se vean a 120 FPS no lleguen a dicha tasa de frames por segundo en Series S. Los primeros sí y están confirmados por ejemplo , o Gears of War 5, pero quizás no todos.

La gran desventaja de los PCs con respecto a las consolas
Esto no es exclusivo de Series S ni tan poco su culpa. Más bien, desde que Microsoft decidiera seguir la estrategia de mercado de los móviles sacando diferentes modelos tenemos ese problema, y con Series S se va a agravar mucho más para todos, no solo los usuarios sino también las compañías desarrolladoras. Si tienes un PC tienes cientos de miles de opciones de configuración en la calidad, distancia de dibujado, resolución, detalle, y tantas otras opciones. Ahora, con la salida de dos modelos compatibles entre sí, Series X y Series S, y que además de ser compatible con la primera One lanzada en 2013 lo es con Xbox One S y One X (la actual generación), las consolas (al menos las de Microsoft) se acercan mucho más a la complejidad de los PCs, haciendo un verdadero lío saber qué consola comprarse si quieres disfrutar de tu recién estrenada televisión 4K o si quieres jugar de la mejor forma posible a los juegos online con las mismas posibilidades que tus amigos (recordar que mejor tasa de frames puede darte ventajas online). Las desarrolladoras también tendrán que tomar decisiones, tanto de optimización en sus juegos como a la hora de pensar qué se muestra y cómo según la consola. Esto es más trabajo para ellos aunque ya tengan estas opciones en su versión para PC, pero nunca más trabajo es bueno para nadie si son los desarrolladores quienes tienen que decidir.

Disco duro ridículo
Actualmente aún se están vendiendo modelos de consola (PS4 o One) con 512Mb de almacenamiento, y sabemos que esto es insuficiente para muchos jugadores, quizás incluso la mayoría. Si eres de los que se instalan un par de juegos y solo juegan a esos no tendrás problema, pero éste suele ser el menor de los casos. Entre los juegos mensuales del Gold, el Game Pass y los amigos que tienen juegos a los que jugar "de vez en cuando", un disco de 1TB se hace el mínimo indispensable para no tener que estar instalando y desinstalando cada poco tiempo. Además hay que recordar que de esos 512Mb casi 100 son para el sistema, así que tenemos para unos 3 o 4 juegos máximo y depende de cuales. Siempre se puede ampliar la capacidad, pero entonces no sale tan baratita la consola.