Hay una discusión curiosa en la comunidad, redes sociales y foros, sobre que Microsoft esté gastando muchos recursos, dinero y tiempo, en hacer mejor la retrocompatibilidad pero que no veamos juegos nuevos para su nueva consola. Aunque ambas partes, defensores y detractores, tengan parte de razón, no le veo ningún sentido a la misma porque los diseñadores y programadores que se están encargando de estas mejoras no son de ningún equipo de desarrollo que se encuentre haciendo juegos, y es una mejora muy buena para aquel que quiera jugar a algún juego de alguna consola anterior y pueda disfrutarlo ligeramente mejorado, como también pasaba con la mejora en resolución de otros juegos como Halo por ejemplo.
Sin embargo, personalmente no veo un servicio que vaya a utilizar el gran público por un motivo principal. Aunque no sea un buen ejemplo, pienso que si ya he jugado a un juego como, por ejemplo, Sniper Elite 4, al que le he dedicado más de 60 horas con el modo en solitario, repetirlo en cooperativo, misiones de vigilancia y probar el competitivo, ahora volver a jugar solo porque vaya más suave no tendría el más mínimo sentido. Sé de gente que vuelve a jugar al mismo juego una vez finalizado y pasado algún tiempo para intentar hacerlo en otro nivel de dificultad, volver a disfrutar de la historia o intentar conseguirse aquellos logros y trofeos que no consiguieron en la primera partida, pero no creo que haya muchos jugadores especialmente teniendo en cuenta lo accesible que están los juegos nuevos a día de hoy, máxime en Xbox con el Game Pass por ejemplo.
A pesar de esto, creo que es un gran servicio el añadir algunas opciones para que tanto desarrolladores como la propia Microsoft puedan mejorar ligeramente el rendimiento de algunos juegos con los que poder seguir disfrutando tanto si hemos jugado como si no, y es que coger un juego como Far Cry 4 (muy muy bueno y recomendable), colocarlo a 4K y a 120 FPS y jugarlo a pantalla partida es toda una gozada, especialmente si no lo hemos jugado y tenemos a algún amigo que quiera picarse con nosotros y recorrer Kyrat. Si no lo era ya, que lo era, Xbox Series se convierte en la opción ideal para disfrutar de todo el catálogo de Microsoft desde su primera consola, y aunque le siguen faltando no solo que tenga más juegos originales, nuevos y exclusivos, sino además anuncios de otros muchos juegos nuevos que haga pensar a los que aún no se han comprado una consola de nueva generación, que además de disfrutar de todo este enorme catálogo retrocompatible van a tener muchos otros nuevos juegos que llevarse a la boca.
Como ya hemos dicho otras veces, Microsoft aún no conoce a su público ni a la comunidad de jugadores, porque algo así se anuncia con un par de títulos esperados y hubiese sido más llamativo, contentando a los que esperan nuevos servicios como a los que quieren nuevos juegos. Aún sin saber demasiado bien lo que hacen, siguen dando buenos pasos en la dirección correcta para conseguir vender más del doble de Xbox Series que de Xbox One.
Hemos perdido la cuenta de las veces que parecen haberse filtrado este tipo de datos y especificaciones con respecto a PS5 y Xbox Series X. Las primeras filtraciones hablaban de una potencia muy superior de Xbox con respecto a PS5, y nosotros no creíamos que fuesen ciertas. Más tarde, otras filtraciones aseguraban que PS5 sería más potente que Xbox, y tampoco creemos que sean ciertas. El motivo es muy simple.
A día de hoy, a falta de 8 meses para el lanzamiento de estas dos nuevas consolas, ninguna de las especificaciones son finales para ninguno de los dos fabricantes. Microsoft ha asegurado que su máquina será la más potente del mercado porque están convencidos de que fue el problema principal de Xbox One y por el que no llegaron a convencer a sus fans a la hora de salir al mercado con menos potencia (lo cual es, como ya hemos dicho en muchas ocasiones, totalmente falso). Mientras, Sony guarda silencio y se dedica a enviar kits de desarrollo no finales a las compañías para que comiencen el desarrollo de los próximos juegos, y estos son precisamente los que algunos analistas y publicaciones utilizan para indagar la potencia final de estas consolas.
La historia nos demuestra que estos kits no solo no son definitivos, sino que suelen variar muchísimo en potencia y características hasta que, al menos, la compañía anuncia el modelo oficialmente y su lanzamiento es casi inminente. Esta es la forma en la que las compañías de desarrollo de juegos pueden comenzar a desarrollar con unas especificaciones en mente y cuyo desarrollo suele comenzar en PC genéricos con tarjetas gráficas de última generación, para después ser adaptadas a las versiones con los kits de desarrollo finales. Por ejemplo, los kits de desarrollo finales de PS4 no estuvieron en manos de las desarrolladoras hasta pocas semanas antes del lanzamiento de la consola al mercado, por lo que nos podemos hacer una idea de la fiabilidad de estos datos.
Como decimos; a día de hoy, febrero de 2020, y con más de 8 meses aún para que estas consolas salgan al mercado, ambas compañías siguen jugando al gato y al ratón con la competencia, enseñando poquito a poco sin desvelar demasiado para no dar pistas de cuales van a ser sus movimientos futuros. Es más, incluso están aún a tiempo de modificar sus especificaciones finales antes de que comience la producción en cadena de las consolas, por lo que aún falta para que sepamos qué potencia tendrán cada una. Lo que sí está más que claro es que ambas tendrán características muy similares, ya que ninguna de las dos quiere quedarse atrás en atractivo visual en sus juegos, a pesar de que la inmensa mayoría de los juegos actuales de PS4 y Xbox One no aprovechan ni de lejos la potencia de estas máquinas y tampoco lo harán en las nuevas, pero esto ya es otro cantar.
Ya lo he comentado en varias ocasiones. Xbox One fue anunciada como una consola sobremensa con la que podías ver la tele, grabar tus programas de cualquier tipo, usar la cámara Kinect para muchas cosas, y obligar a sus usuarios a pagar más de una vez por el mismo juego. Ninguno de sus seguidores quería algo así, máxime si además tiene que pagar 100 euros más por una cámara que, a todas luces, era una gran estafa como ya se había visto en la generación anterior en la que vendieron Kinect por separado. Si a esto le añadimos que los gilipollas como yo pagamos 500 euros por una consola que nos decían que era imposible quitarle el Kinect y un mes más tarde hacen una actualización de software y la venden sin él por 100 euros menos, su público más fiel que nos gastamos los cuartos nos sentimos aún más estafados y con cara de idiota.
Es muy fácil echarle la culpa a otros, o como algunos youtubers o streamers fanboys totales de ciertas marcas nos quieren hacer ver, la culpa fue de Sony por meterse con ellos, o por perder dinero y vender una consola por debajo de su coste, o por tantas otras excusas, pero la verdad es que los juegos exclusivos de PS4 en su lanzamiento eran peores que los de Xbox One, pero su futuro era mucho más brillante antes incluso de su lanzamiento, y es que hay que recordar que el público que compra una consola durante los primeros meses de su lanzamiento, generalmente, es público hardcore que sabe a qué quiere jugar y cuales son los lanzamientos próximos que quiere comprarse.
Ahora mismo, a finales de 2019, se puede decir que tanto Xbox One como Phil Spencer están haciendo los deberes, consiguiendo compañías que les hagan en un futuro próximo juegos exclusivos de calidad, con una consola más barata que la competencia y con una estrategia muy agresiva con el Game Pass que está funcionando muy bien, además de que su futura consola Scarlett será más potencia que PS5 a todas luces. El futuro para Xbox es muy prometedor, aunque para ello haya que haber fracasado en una estrategia anterior y haber aprendido de sus errores, pero desde luego el problema no fue haber lanzado una consola menos potente al mercado ni más cara, porque a día de hoy Switch tiene menos potencia y es más cara que Xbox One, y en número de ventas se la está merendando.