Volvemos a la carga con una de nuestras secciones más originales, Una imagen vale más que 1000 palabras, donde repasamos algunos momentos muy emblemáticos de la historia del videojuego por su significado para el jugón, recordando los sentimientos que nos transmiten. Escenas emocionantes, tristes, dulces, sorprendentes... pero siempre inolvidables para todos los que vivimos ese título.
Con el furor que ha desatado el lanzamiento de Wrath of the Lich King (La Furia del Rey Lich) nos hemos decantado por buscar nuestra inspiración en Warcraft III, el juego que inspiró el mito online. A pesar de ser un título con una trama impresionante, tan cuidada como llena de giros y escenas épicas, la elección estaba clara; teníamos que hablar del auténtico punto álgido de la historia, la transformación del príncipe Arthas. Encendemos el condensador de fluzo nos subimos en nuestra máquina del tiempo virtual, y nos trasladamos a Julio de 2002 para disfrutar de una de las obras magnas de Blizzard, el ejemplo perfecto que como evolucionar un clásico a un mito. Encendemos nuestro PC y... ¡que comience el espectáculo!
Tras probar a los salvajes guerreros orcos nos tenemos que hacer con el control del príncipe Arthas, sin duda el héroe más ñoño de todo el juego ("Lucho por la Luz")... Eso sí, después de conocer - e ir multiplicando - las habilidades de nuestro príncipe, le vamos pillando cierto cariño por poderes tan útiles como la resurrección de nuestros hombres (y quizá porque está tan estereotipado que casi cae en la parodia). Sin embargo, todo cambia cuando tiene que sacrificar a 100 aldeanos para parar la plaga del Azote de los Muertos Vivientes; el derramar la sangre de tantos inocentes transtorna a Arthas (inolvidable su desesperado "¡Matádlos, Matádlos a todos!"), que empieza a buscar un arma con poder suficiente para destruir a su enemigo, el Señor del terror, Mal´Ganis.
Siguiendo al maligno ser hasta la tierra helada de Northrend, Arthas se alía con el valiente enano Muradin Bronzebeard y ambos se embarcan en la búsqueda de Frostmourne, una espada rúnica de increíble poder que puede ser la clave para la derrota de los Muertos Vivientes. Las matanzas del norte siguen endureciendo el corazón de Arthas, que cada vez está más desesperado por destruir a la oscuridad... sin darse cuenta de que ésta se está apoderando de su corazón.
El punto álgido en la transformación del personaje llegacuando Arthas alcanza la tumba helada donde se esconde Frostmourne... y descubre que la espada necesita un sacrificio para liberar su poder; nuestro héroe no dudará un segundo en entregarle a su amigo y aliado, el noble enano.
Con su humanidad completamente perdida, Arthas es poseído por los poderes que Ner'Zhul, el rey Lich, y se refugia en el manto de los Caballeros de la Muerte. Completamente enloquecido mata a su padre, el rey Terenas, reclama el trono de Lordaeron, la nación humana, y pasa a capitanear el Azote.
La historia del príncipe Arthas, ya convertido en Caballero de la Muerte, continúa en uno de los juegos más esperados de 2008, la expansión de World of Warcraft, Wrath of the Lich King, ya disponible - si tenéis suerte - en vuestra tienda especializada más cercana.