Dos fueron los grandes juegos de la presentación de Bethesda en el E3 2017, y ambos son secuelas de juegos anteriores de la compañía que vienen para quedarse y hacer más grandes a sus respectivas franquicias. Hablamos de The Evil Within 2, y el otro es el regreso de uno de los más icónicos personajes del mundo de los videojuegos, B.J. Blazkowicz en la segunda parte del FPS Wolfenstein: The New Order: Wolfenstein II: The New Colossus. Lo que pudimos jugar nos gustó bastante, y se nota mucho la filosofía de sus creadores en MachineGames en ofrecer la mejor experiencia posible a nivel de un jugador, con una gran historia olvidándose de los elementos multijugador.
Al igual que la primera parte, volveremos a controlar a B.J. Blazkowicz, y el juego se sitúa justo al final de The New Order, dejando los eventos sucedidos en New Blood de lado. Para no hacer ningún spoiler (o el menos posible), veremos a nuestro protagonista despertar de un coma después de varios meses, lo que le harán no poder moverse (literalmente) de la cama. A las pocas horas, podrá levantarse y moverse, pero no sin la ayuda de una silla de ruedas, y tendrá que ponerse manos a la obra justo después tras ser perseguido por un grupo de nazis que le buscan para acabar con su vida.
Aquí es donde comenzaremos nuestra partida, en silla de ruedas y teniendo que mover a nuestro personajes por una base subterránea oculta que ha sido invadida por cientos de soldados nazis que nos buscan para matarnos, y por consiguiente, nuestros movimientos serán lentos y torpes por tener que movernos en la silla de ruedas. De hecho, se han cuidado muchos detalles en la jugabilidad de esta parte, como que mientras nos movemos con la silla no podremos disparar (tenemos las manos ocupadas con las ruedas), y si apuntamos nuestra arma, tardará unas décimas de segundo en responder (lo que tarda en coger el arma puesta en nuestras piernas).
Como decimos, la historia es un elemento que está muy conseguido, y puede que las dos últimas entregas de Wolfenstein sean de los mejores shooters en este sentido, aunque eso nos obligará a haber jugado a los episodios anteriores (no es imprescindible, pero sí muy recomendable). Veremos a muchos personajes conocidos de los que no sabremos la historia, como por ejemplo a Anya Oliwa, a quien veremos tras los primeros minutos de juego y que tiene una relación especial con nuestro protagonista, y de la que no sabremos nada a menos que hayamos jugado a The New Order.
También encontraremos nuevos elementos con respecto a los anteriores. Por ejemplo, muchos elementos interactivos en el escenario. Tras los primeros minutos, encontraremos zonas que podremos electrificar activando unos interruptores situados en la pared, electrocutando a los enemigos que se encuentren cerca. Esto puede ser muy útil, pero también muy peligroso, ya que algunos de estos interruptores activarán zonas cercanas a las que estamos, pero no seremos conscientes de ello hasta que pasemos por allí y nos friamos nosotros literalmente al pasar por ellas, por lo que añade un componente de peligro a estas zonas (pero también muy divertido).
Como decimos, es muy recomendable haber jugado a The New Order para conocer y entender todo lo que ocurre en Wolfenstein II: The New Colossus, aunque no sea necesario para poder jugar y disfrutar desde el primer minuto. Aún así, todos los elementos que vemos en el juego, sentido del humor, dificultad (muy alta, lo decimos desde ya al igual que los anteriores), personajes, estilo de juego (ahora contamos con la posibilidad de usar dos armas simultáneas de cualquier tipo a diferencia de las anteriores entregas)... Todo es realmente parecido, y si te gustaron los dos anteriores no es nada malo, aunque también se le pueden echar de menos otros elementos, como un online (cooperativo o competitivo) o los clásicos elementos sobrenaturales (que sí fueron incluidos en Old Blood). Las expectativas son muy buenas.