La idea de Nintendo de dejar algunas de sus franquicias más importantes en manos de estudios externos multiplica el número de títulos con estos personajes como protagonistas, pero hace mucho más inconstante la calidad de los mismos.
En este caso la responsabilidad del título cae en Suzak, que si bien hizo un excelente trabajo en F-Zero Climax para GBA no ha conseguido en este caso un título demasiado brillante.
Pero veámoslo con todo lujo de detalles
Sistema de Juego
Esta nueva entrega de Wario mezcla el control con cruceta y el táctil; nos moveremos, saltaremos y nos agacharemos con la cruceta (o los botones derechos, si somos zurdos), y el stylus nos servirá para todo lo demás: abrir puertas, cofres, golpear a los enemigos o la base del juego, transformarnos con distintos disfraces.
El problema es que el desarrollo lento y pausado del juego hace pesadas las continuas transformaciones del personaje; por ejemplo, para cruzar un trozo de pantalla tendremos que transformarnos en Wario astronauta, disparar y abrir una puerta. Vuelta a transformarnos al Wario ladrón, que es el que tiene un salto decente… ¿no llega? Pues nos transformamos en Wario pintor, pintamos un bloque y nos destransformamos, porque este personaje no se puede mover…
Si bien la idea del juego es buena, a lo largo de las fases se acaba convirtiendo en algo un poco pesado, potenciado por el problema que tiene el juego para reconocer algunos de nuestros dibujos (con la consecuente frustración del jugador).
No sólo de plataformas vive el hombre…
Pues no, en este caso la otra gran novedad es la forma de abrir los cofres, punto básico para completar el juego y conseguir los tesoros. Cada cofre que abramos tendrá asociado un minijuego que tendremos que completar, entre más de una decena disponibles; colorear, unir puntos, mover figuras… Este detalle ayudaría a darle más variedad a la acción si estos minijuegos no fueran tan pesados a la larga, sobre todo cuando lo que se esconde tras los cofres son recompensas prácticamente inútiles (como dinero).
Además de no ser brillantes como en otras entregas, el nivel de dificultad de los minijuegos está muy descompensado; hay algunos casi instantáneos y otros que nos mantendrán un buen rato jugando… Y después se irán repitiendo sin ton ni son.
Si se hubieran limitado a los cofres especiales, que esconden nuevas transformaciones de Wario, sería más perdonable, pero así… resulta un fastidio abrir cofres cuando hay varios en la misma habitación.
Historia
Poco más que una excusa para justificar el juego, la trama de Wario – Master of Disguise nos llevará a un gigantesco barco que esconde un tremendo tesoro: una piedra capaz de conceder deseos, y enfrentará a Wario con un nuevo rival, el ladrón plateado.
Wario se hace con el mejor arma de este ladrón legendario, un báculo que le permite disfrazarse y ganar nuevos poderes, imprescindibles para avanzar en la aventura.
Estructurando la aventura en forma de capítulos (al fin y al cabo Wario se mete en un show televisivo) el juego se queda a medio camino entre un plataformas lineal y un juego de exploración estilo Metroid. Eso sí, al menos se nota que la trama se ha cuidado.
A nivel técnico…
Aunque el acabado de las fases es aparente, el juego no consigue reflejar el colorido y originalidad de otros títulos del personaje, dando incluso la impresión de que Wario se encuentra fuera de lugar. La paleta es muy apagada, los enemigos (finales y normales) muy simplones y sin demasiadas animaciones…
Todo va a peor según avanzamos en la aventura, ya que los escenarios se hacen muy repetitivos; sabemos que gran parte de la acción transcurre dentro de un barco, ¿pero es necesario que las zonas sean tan parecidas?
Otro fallo importante es el uso de la pantalla táctil, ya que tenemos que ser muy precisos para dibujar determinados disfraces y objetos, o Wario se pone a golpear a lo tonto… Y la pantalla superior tampoco sirve de mucho (para mostrar un mapa).
Por último, el apartado musical no pasa del mediocre, con melodías pausadas para la exploración
Conclusión
El nuevo enfoque de Wario no ha terminado de convencernos; como plataformas, pobre. Como juego de aventura, mediocre. Los minijuegos, mejorables. Técnicamente, justito. No hay multijugador ni Wi-Fi.
En el amplio catálogo de Nintendo DS es fácil encontrar títulos mucho más completos, tanto plataformas en general como títulos del barrigudo enemigo de Mario en particular. Sin ir más lejos, las entregas de GBA son mucho más completas.
En fin, vamos a dedicarle más horas al título para ver si hay una mejora sensible en las últimas fases. Os lo contaremos todo en el análisis definitivo.