Yamayura, un pueblo en la frontera noreste del continente. Un joven moribundo fue traído por una niña llamada Eruruu. A pesar de que sufrió heridas graves, ella lo cuidó hasta que recuperó la salud, pero había perdido todo recuerdo de sí mismo. El joven se llamaba Hakuoro. Sus heridas sanaron y se acostumbraron a vivir en el pueblo. Tiene que soportar la carga de no saber el mismo de donde procede, y aún así Hakuoro decide poner de su parte para ayudar al desarrollo del pueblo.
Todos en el pueblo pronto confían en Hakuoro, que tiene una personalidad naturalmente tranquila y diligente. La temporada de cosecha finalmente llega. Los esfuerzos de los aldeanos dieron fruto y su cosecha fue inesperadamente abundante. Sin embargo, el chisme llegó a los oídos del señor feudal. Para apoderarse de su cosecha, envía sus tropas a Yamayura.