Acompáñanos en este especial sobre el juego, que se pone a la venta en Nintendo 3DS el 13 de Febrero.
La mecánica del tiempo
Uno de los puntos más conflictivos de The Legend of Zelda: Majora's Mask es el Sistema de Tiempo del juego. Cuando arranca The Legend of Zelda: Majora's Mask, Link se encuentra en la ciudad de Términa 3 días antes de un gran cataclismo, y para salvar la ciudad tendrá que manipular el curso del tiempo gracias a su ocarina y distintas máscaras mágicas.
La idea base del juego es que cada día tiene una duración real de unos 24 minutos (como si cada hora durase un minuto), tiempo que transcurre mientras exploramos, luchamos o interactuamos con otros personajes (no mientras hablamos / en secuencias de juego), y hay que aprovecharlo al máximo para ir avanzando. Cuando se esté acercando la hora del fin podremos retroceder en el tiempo, y seguir intentándolo con este tiempo extra... Por lo que a efectos prácticos el juego nos puede durar 20-30 horas, algo menos que Ocarina of Time.
Jugando con cuenta atrás
Uno de los problemas de la original mecánica de juego de The Legend of Zelda: Majora's Mask es la presión que añade el jugar contrarreloj, ya que no es especialmente divertido perder tiempo y que haya que repetir las cosas una y otra vez (esto lo veremos posteriormente con más detalle). De esta forma, se añade una especie de Cuenta Atrás que actúa incluso en las mazmorras o batallas contra los enemigos finales...
Así, aunque no haya un peligro real de Game Over (tras un triste final siempre volveremos al principio del primer día en caso de que se agoten nuestras horas) en ocasiones puede resultar muy molesto no tener el mismo tiempo que perder que en otros juegos de la saga, aún teniendo en cuenta que podremos aprender a ralentizar el paso del tiempo o hacerlo saltar hacia delante y atrás.
Perdiendo nuestro avance
El tiempo funciona de una forma extraña en Majora's Mask, así que retroceder hasta el primer día tiene un curioso castigo, el hacernos perder parte de nuestro avance. Así, todos los personajes que nos conocían dejarán de reconocernos, perderemos todos los items consumibles (por ejemplo, las flechas o bombas)... Incluso podremos perder las rupias, si no estamos atentos a los bancos.
Sin embargo, el avance en las mazmorras, los corazones o las máscaras que consigamos sí que se trasladarán con nosotros saltando en el tiempo (de otra forma sería imposible completar el juego). Esto nos llevará a tener que repetir determinadas acciones muchas veces, algo que puede exasperar a los jugadores menos pacientes.
El Sistema para Guardar
A diferencia de otros juegos de la saga en los que podemos guardar casi cuando queramos, en Majora's Mask el sistema de paso de tiempo también afecta a la forma de salvar partida. Así, no nos bastará con entrar al menú de juego o completar un objetivo concreto, para salvar en un punto concreto tendremos que buscar una de las escasas estatuas de búho repartidas por el mapa.
La gracia de estas estatuas es que realmente su guardar es solo temporal, y al estilo de un quick-save, la partida se termina al grabar, y la guarda se destruye al cargarla, por lo que no podremos utilizarlas para experimentar. Cuando queramos grabar de verdad tendremos que volver a viajar en el tiempo al primer día de juego. Otro punto conflictivo que no gustará a todos los jugones...
¿Solo cuatro mazmorras?
Uno de los puntos más celebrados por los fans de The Legend of Zelda: Majora's Mask son las mazmorras del juego, ya que suelen ser una excelente mezcla de puzles, acción, desafíos, sorpresas... The Legend of Zelda: Majora's Mask, a efectos prácticos, solo cuenta con 4, y además 3 están vinculadas a las habilidades especiales de Link y las máscaras.
En el lado positivo, las mazmorras están muy elaboradas, y cuentan con subjefes y colosales jefes muy bien animados (e interesantes de matar). También hay que tener en cuenta que en este título se apuesta mucho por las misiones secundarias, pero... Aún así, hablamos de la mitad de mazmorras que Ocarina of Time.
Una agenda muy apretada
Como ya hemos dicho, en The Legend of Zelda: Majora's Mask vamos a encontrar muchos más retos y más misiones secundarias como una parte fundamental del juego, y esto incluye multitud de eventos que se llevan a cabo solo en determinados momentos de un día concreto, y si no estamos allí (y muchas veces con una máscara determinada)... Nos los perderemos. Y recordad, al viajar en el tiempo nos olvidarán...
De esta forma, si queremos completar determinadas sidequest vamos a tener que hacer uso de una prodigiosa memoria o de una agenda, de lo contrario... Este aspecto del juego nos da una gran sensación de recompensa al completar eventos, pero también perjudica a los jugadores que solo puedan disfrutar intermitentemente del juego.
¿No controlo a Link?
Quizá os haya llamado la atención distintos pantallazos de The Legend of Zelda: Majora's Mask en los que no parecemos estar controlando a Link, si no a una criatura oscura de enormes ojos (un Dekku), un Zora o un Goron. Efectivamente, para avanzar en la aventura no dejaremos de controlar a nuestro héroe, pero sí tendremos que transformarlo gracias al poder de las máscaras en distintas versiones de sí mismo.
Por supuesto, estas transformaciones también afectan al sistema de control y la jugabilidad, ya que cambian nuestro repertorio de ataques... Y aunque a efectos prácticos refrescan las mecánicas de la saga, también nos obligan a jugar con apariencias distintas y bastante menos heroicas gran parte de la aventura. Esto puede resultar muy divertido... O no.
¿Sin armas ni objetos nuevos?
Uno de los puntos que refresca la jugabilidad en cada nuevo Zelda son los objetos especiales, ya que incorporan nuevos desafíos y puzles, algunos realmente sorprendentes. Otro de los puntos grises de Majora es la falta de nuevos objetos. No solo repiten los típicos espada, escudo, bombas, gancho y arco (con 3 tipos de flechas), si no que desaparecen algunos de los objetos especiales de Ocarina, como el bumerán.
Afortunadamente sí que hay cambios y diferencias, y además de más peso para conseguir nuevas espadas las transformaciones y las máscaras son las que abren aquí nuevas opciones de juego y más variedad a la acción, y las habilidades especiales de nuestra forma Zora, Dekku o Goron sustituyen en parte a nuestro inventario.
Demasiado reaprovechamiento
Otro punto conflictivo en The Legend of Zelda: Majora's Mask es el aprovechamiento de gran parte del contenido jugable y visual de The Legend of Zelda: Ocarina of Time. Es cierto que el título comenzó a ser desarrollado como una especie de versión especial y distinta - Gaiden - del juego, pero hay elementos que resultan evidentemente reutilizados, desde personajes idénticos (jugando un papel muy similar, como Epona) a enemigos y puzles reutilizados directamente. Esto se justifica en parte al ser una continuación directa de la trama, pero no hace menos evidente el reciclado
Si bien esto no es nada malo (la mecánica de juego es la misma, pero es que era - y sigue siendo - genial) tampoco hay demasiado lugar para la sorpresa, e incluso en ocasiones vamos a detectar cierta pereza (o demasiada prisa) al vivir situaciones muy parecidas a las que ya vivimos en Ocarina con personajes clónicos. Afortunadamente no siempre es así... Y estos son quizá los momentos más brillantes del juego.
Una estética distinta
Para bien o para mal, The Legend of Zelda: Majora's Mask es la entrega más adulta y oscura de la saga. Desde su inicio - en el que Link llega con el corazón roto intentando superar la pérdida de un ser muy querido - hasta el final malo, que acaba con toda la ciudad borrada del mapa, el juego nos va a mostrar algunas de las escenas más terribles de la franquicia, incluyendo a los monstruos más siniestros.
Detalles como los gritos de Link al ponerse la máscara, que estas pertenezcan a fallecidos, la siniestra cara de la luna, las tristes frases de algunos de los personajes secundarios... Hay muchos aspectos oscuros en el juego, y sin entrar en detalles ni spoilers podemos decir sin dudas que hablamos de una entrega realmente angustiosa en determinados momentos... Y aunque traer la luz será todavía más agradable, los jugadores más sensibles pueden pasar por momentos delicados.
Una banda sonora diferente
Vaya por delante que Ocarina of Time cuenta con una de las mejores bandas sonoras de la historia del videjuego, composiciones simplemente magistrales. Por eso, el listón estaba muy alto para Majora's Mask, lo que Nintendo sumase a Toru Minegishi a las composiciones de Koji Kondo, y que el equipo se decidiese a remasterizar determinados temas del juego original. El resultado final es una banda sonora convincente, pero que está claramente un paso por debajo en variedad, cantidad y calidad de temas.
Así, aunque hay algunas piezas absolutamente espectaculares (como la pegadiza canción de Términa), en general la banda sonora es mucho más ambiental y con piezas más oscuras... Para gustos, colores.