Cuantas veces os hemos hablado ya de las enormes pérdidas que una compañía como Square Enix ha tenido por culpa de su juego Final Fantasy XV; y es que hablamos de un juego que ha estado en producción por más de 10 años, con los costes que eso supone para una compañía en programadores, diseñadores y demás recursos.

Obviamente, ahora solo le queda intentar rentabilizarlo por todos los medios posibles, y uno de los cuales es meternos a estos personajes, esta historia y estos diseños en todos los sitios posibles, como una versión para móviles, una posible versión para la consola de moda (Switch), como personaje jugable para otros juegos de la misma compañía (Dissidia) y, como no, de otras compañías como es este caso.

Personalmente, no me parece una mala estrategia en absoluto, ya que por un lado refresca el lanzamiento de un juego aparecido en junio de 2017 con nuevos personajes, sacando también un poco de tajada del posible coste en el DLC que vaya a tener (algún ingreso tendrán por esto). Por supuesto, esto hará que otros jugadores a los que les guste este personaje en Tekken acaben interesándose por él y acaben haciéndose con alguna de las versiones de Final Fantasy XV, por lo que también tendrán ingresos por él. Por último, también consiguen cierta notoriedad con este personaje, que podría estar en un futuro próximo en cualquier otro juego de cualquier otra compañía, incluyendo futuros Final Fantasy (ya sea el XVI, o cualquier otro crossover de la compañía).

Como decimos, no es mala idea para ninguna de las dos compañías, pero quizás lo más interesante para los jugadores sea que esto podría servir también como antesala de colaboraciones entre ambas y que nos sirva para ver a otros personajes de Square Enix en otros juegos de Bandai Namco Games si la cosa funciona, y viceversa.

Al asistir a algunas de las ferias de videojuegos más comunes (como el E3) ya tuvimos la oportunidad de probar la versión para PS4 del juego, y tenemos que decir que nos gustó lo que probamos. Estamos hablando de un juego que se juega casi idéntico a entregas anteriores, y que cuenta con una velocidad de juego muy similar y una ejecución de movimientos prácticamente idéntica, lo que encantará a los aficionados que llevan tiempo sin echarle el guante a un nuevo Tekken.

Obviamente, el Unreal Engine 4 con el que está hecho el juego se nota sobre todo en los fondos del juego y en los efectos de luz, pero también en las numerosas escenas cinemáticas que veremos durante el desarrollo de un combate en el modo historia, incluso cortando un combate sin haber terminado un asalto cuando uno de los dos contrancantes haya hecho algo significativo para parlotear entre ellos, algo que resulta muy espectacular (si no queremos que pase esto, lo podemos pasar o simplemente seleccionar un modo sin historia).

Aparte de la historia, lo más significativo de lo que pudimos ver es la presencia de Akuma procedente como todos sabéis de la saga Street Fighter, y que puede controlarse de una forma muy similar al propio Akuma en Street Fighter (que a su vez se controla parecido a Ryu). La gracia estuvo en que todos los que jugaban al juego en la presentación quería seleccionar a este personaje, lo que significa que muchos quería ver como se controlaba, pero también querían probar con un personaje que tiene un sistema de control distinto a lo que es habitual en los anteriores Tekken (y que es muy fácil de controlar). Es una buena combinación y funciona muy bien.

Me parece genial que Tekken 7 venga ahora a preocuparse de la historia, pero después de entregas con dinosaurios, chicas-robots, muñecos de madera animados, osos panda luchadores... Y un sinfín de muertes y resurrecciones de Heihachi y Kazuya, el equipo de desarrollo llega tarde. Sería casi más interesante una nueva amenaza y nuevos personajes que esta absurda vuelta a los orígenes