La primera sensación con el anuncio original de Starlink: Battle for Atlas fue la de estar ante un juego de corte muy infantil, casi de para los más peques de la casa, debido a la estética colorista y gráficos desenfadados que estábamos viendo. Sin embargo, cuando echamos los primeros minutos podemos apreciar una jugabilidad más compleja, con muchos elementos a tener en cuenta, y que puede ser tan sencillo o tan complejo como el jugador quiera.
Hablamos de un simulador de combate que se desarrolla en un mundo abierto y que nos permite controlar a una nave que construimos nosotros mismos, el jugador, pero fuera del propio juego. La idea es enganchar en el mando de la consola (Xbox One, PS4 o Switch) una nave que está formada en base a piezas intercambiales, y dependiendo de la pieza que le pongamos (parte delantera y ambos frontales, y además se pueden combinar entre sí como queramos), crearemos una nave con diferentes posibilidades. Tenemos armas que congelan al enemigo, otras que lanzan rayos eléctricos, o impactos de fuego... Dependiendo del tipo de enemigo al que tengamos que enfrentarnos, lo ideal es ir cambiando las armas hasta dar con la que los hace más débiles. También hay diferentes naves con características distintas, por lo que las combinaciones a experimentar son muchas.
Esto funciona muy bien porque a aquellos a los que no les guste combinar las armas también pueden jugar sin problemas con la nave estándar aunque les costará más trabajo vencer a ciertos enemigos. Sin embargo, a los coleccionistas que les guste comprar toda clase de piezas independientes (hablamos de comprar con dinero) e ir combinándolas entre sí para ver sus diferentes efectos también podrán hacerla. Cada una de las naves tiene dos armas activas en todo momento, una en cada lateral, y la combinación de ambas serán la que nos permite experimentar los distintos efectos contra los enemigos.
En cuanto al mundo en sí, también funciona de forma muy curiosa. Como si de un No Man Sky se tratase (y alejándose de los Star Fox divididos por fases), el juego se desarrolla en un mundo abierto (o universo abierto, según se vea) en el que estaremos en medio del espacio con nuestra nave y veremos los planetas a nuestro alrededor. Iremos recibiendo misiones de la historia que nos permiten explorar todo el entorno así como misiones secundarias que nos darán mayor libertad de movimiento. En cualquier momento, podremos entrar dentro de cualquier planeta sin ningún tipo de carga y en tiempo real, y en su superficie en muchas ocasiones realizaremos las misiones, experimentando, buscando ciertos recursos y acabando con los enemigos que encontremos (pequeños y más grandes que tienen distintos tipos de comportamientos como enemigos finales).
En la superficie de los planetas podremos seguir volando con total libertad definiendo la altura a la que volamos y si queremos movernos en todas direcciones, pero también podremos "aterrizar" en la superficie, lo que nos permitirá mover nuestra nave solo en cuatro direcciones (adelante, atrás, izquierda y derecha, obviamente con libertad de movimientos), así como saltar con un botón que nos permitirá esquivar ciertos ataques enemigos. Es así como el juego se comporta como si de un Star Fox se tratase, pudiendo explorar también con libertad el planeta pero sin definir la altura a la que volamos.
Como veis, Starlink: Battle for Atlas tiene más complejidad de la que inicialmente pueda parecer por las imágenes y los vídeos. La construcción de la nave con diferentes combinaciones le da un toque muy original (si queremos) para poder vencer mejor a los enemigos. Al principio nos parecerán todos ellos más complicados de vencer hasta que aprendamos qué tipo de arma o munición es más útil para cada uno de ellos. La estructura de mundo abierto y el tipo de misiones a realizar también añade un grado más a los juegos de este estilo al ser uno de los primeros que se juegan así (algo así como un No Man Sky, pero más sencillo, directo y con mucha más acción).
La versión para Nintendo Switch se comporta también muy bien, con una calidad técnica muy similar a la de PS4 (pequeños jaggies por culpa de la menor resolución de pantalla cuando se juega con la televisión). Eso sí, cuenta con la enorme ventaja de poder montar tu propio Star Fox gracias a añadir el Air Wing como nave (aunque esta no se puede configurar como el resto de naves). Cuando estemos controlando el Air Wing, los personajes del juego variarán y veremos a Fox McCloud, Peppy, Falco y compañía, los héroes de la saga de juegos de Nintendo, por lo que al público de Nintendo les gustará tener por fin una nueva entrega de la saga, aunque no sea real.
El problema principal que le vemos es su estética. Un juego de este estilo suele ser rechazado por los usuarios más adultos que buscan una experiencia más realista, y puede que el público más joven sí que se vea atraído pero que vea demasiada demasiado difícil todo lo que se puede hacer en el juego. Muy bien lo tiene que hacer Ubisoft para convencer a ambos tipos de público (los más jóvenes y los más adultos) para que quieran probarlo, porque Starlink: Battle for Atlas se queda justo en medio (y a día de hoy, no posicionarse es un gran error).
Nuestras impresiones iniciales han sido muy buenas, y nos ha gustado mucho lo que hemos jugado. Tenemos ganas de ver qué es lo que nos ofrecen en la versión final del juego y si no se acaban haciendo monótonas las misiones que tengamos que realizar.