Fue en 2021 cuando tuvimos la confirmación oficial del lanzamiento de la secuela de uno de los mejores juegos de 2019. Un action-rpg de corte soulsborne en el sistema de combate aunque con mucha más historia y desarrollo de personajes, guión y basado en la saga más popular que existe, La Guerra de las Galaxias, y con el buen hacer de los chicos de Respawn Entertainment (Titanfall 1 y 2, APEX,...). A finales de mayo hemos tenido el anuncio de su nombre oficial, Star Wars Jedi: Survivor, que llegará en 2023, y que viene de camino solo en las consolas de nueva generación además de PC, esto es, Xbox Series y PS5, dejando de lado las que vieron el título original, PS4 y Xbox One.
Esto quiere decir muchas cosas, y en realidad es algo bueno por un lado y no tanto por otro, especialmente para el público que aún no se ha actualizado a las nuevas consolas así como también para aquel que aún cuenta con una tarjeta gráfica para PC de no demasiada potencia. Como hemos dicho muchas veces, el abandono por parte de las compañías de la anterior generación de consolas suele ser algo que se considera como normal en la industria, no solo en los videojuegos, sino en cualquier industria tecnológica, y la más popular actualmente de los móviles es solo un ejemplo. El hacer todos los dispositivos compatibles con el sistema operativo nos hace pensar que todo va a funcionar perfectamente en todos ellos, independientemente de si son Android (Google) o iOS (Apple), y lo que suele pasar es que este paso suele ser muy gradual haciendo aplicaciones y juegos que poco a poco no van todo lo bien que debiesen, hasta que algún fabricante decide no dar soporte y, literalmente, no permitir ni que el juego arranque.
¿Pero qué significa todo esto para los videojuegos? Poniéndolo en contexto, la primera parte de Star Wars Jedi, Fallen Order, ha vendido más de veinte millones de unidades en todo el mundo, y una gran parte de estos han sido jugados en la nueva generación, y aún así, la inmensa mayoría lo ha jugado en PS4 y Xbox One, No hay que olvidar que hablamos de un juego que lleva más de un año en Game Pass, y que también se ha vendido muy bien en las consolas de Sony. Esto nos hace ver que esta secuela va a tener menos ventas a buen seguro, e incluso aunque con el tiempo también acabe en Game Pass (y en PlayStation Plus a buen seguro a pesar de no tener EA Play). Pero entonces, ¿por qué no lo lanzan en estas consolas y a quién beneficia esto?
Por un lado, ya hace casi dos años que las compañías fabricantes de hardware quieren que sus nuevas consolas sean las que más vendan, dejando un pequeño remanente de consolas de anterior generación para aquellos que quieran disfrutar de sus miles de títulos a un precio muy bajo. Sin embargo, a mediados de 2022, aún es complicado hacerse con una Xbox Series X o una PS5, pero ya empieza a no ser tan difícil en muchas superficies donde empiezan a haber unidades, especialmente de la consola de Microsoft de la que desde el primer día siempre ha sido algo más fácil (también hay menos demanda). 2022 es un año completamente de transición, y por ello muchos juegos van a seguir siendo intergeneracionales, por lo que los veremos en todas las consolas, pero 2023 se espera que sea el año del despegue de la nueva generación, y por ello muchos lanzamientos, incluyendo exclusivos y first parties, van a ir dirigidos a las nuevas consolas específicamente. Especialmente Sony, pero también Microsoft, querían que 2022 fuese el año del despegue de sus nuevas consolas, aunque sus estimaciones se han movido hasta 2023 por esta carencia de componentes, y sus estimaciones para este año son mucho más halagüeñas incluso con la crisis que aún se nos viene encima.
Por eso un juego como Star Wars Jedi: Survivor ha sido diseñado para estas consolas y PC más potentes, pero también para poder reducir ligeramente el coste de producción de tener que hacer tantas versiones. A día de hoy, la inmensa mayoría de juegos siguen siendo intergeneracionales, lo que significa diseñar para PS4, quitarle algo de detalle o resolución en Xbox One (o que pegue tirones como sigue pasando), y añadirle efectos, frames y detalles en consolas superiores y PC, y todo esto hace que haya que hacer dos versiones diferentes según las características de cada hardware. Que las compañías comiencen a decidir no lanzar versiones para estas generaciones significa reducir ligeramente el coste (no mucho), pero sí que pueden optimizar mejor a nivel técnico, tener mejor IA los personajes enemigos y aliados así como un mayor número, estructuras de escenarios más complejas, grandes y abiertas, más enemigos y elementos en pantalla, o una física también más avanzada, todo ello contando además con un mejor acabado visual. A nivel de mecánicas de juego también podemos tener mejoras con cosas que no se han atrevido hasta ahora en hacer por no saber cómo. Hemos visto muchos ejemplos de desarrolladores que no han hecho algo con el hardware actual y sí intentarlo en máquinas más potentes, intentando simularlo de alguna forma o incluso eliminándolo por completo, y eso no es algo de pequeñas compañías sino incluso de las más grandes, con más talento, y también con más recursos.
Por eso tener un cambio de generación debe ser bueno si queremos tener experiencias más complejas y diferentes, y siempre tendremos muchos juegos que no los van a necesitar porque sus acabado técnicos o sus mecánicas no lo necesita, o juegos independientes que van a seguir avanzando en nuevas y originales mecánicas sin necesitar grandes alardes gráficos y sonoros, por lo que todavía vamos a tener aún un par de años o tres (2024 o 2025) con más juegos de generaciones anteriores, no así los AAA que es como sabemos lo que hace en gran medida que la industria del videojuego siga avanzando. Esta última frase puede sonar polémica a tenor de lo visto durante las últimas semanas con ciertos medios (entre los que estamos nosotros en Ultimagame) diciendo que a Game Pass le faltan de este tipo de juegos y a los que les han llovido las críticas, pero basta con mirar las listas de los juegos más vendidos en prácticamente todo momento y todos los soportes para saber que la mayoría de juegos que se venden son, precisamente, triple-A, y y son creados con sagas y nombres populares (Star Wars por poner un ejemplo), lo que también consigue que incluso se despierte aún más el interés por parte de muchos fans. Por nombrar otro ejemplo más actual, Elden Ring ha tenido un éxito sin precedentes, y una buena parte de los que se lo han comprado lo han hecho movidos por el nombre de George R. R. Martin, creador de Juego de Tronos, quien ha estado involucrado en el desarrollo de la historia y lore del juego.