Desde que Square Enix confirmase que el juego no llegará subtitulado al español (solo inglés y francés), se han sucedido las críticas a la compañía por parte del público español que esperaba poder disfrutar del juego en castellano (en su mayoría). La compañía siempre se excusa por el número de unidades vendidas, y es cierto ya que las anteriores entregas de la saga nunca han tenido una gran repercusión en nuestro país, lo que hace que el coste de la traducción sea mayor que los posibles beneficios que se obtienen con su venta.
Sin embargo, una compañía con este nombre (Square Enix, que se dice pronto, pero es la que ha creado sagas tan populares como Final Fantasy y lleva con nosotros desde los años 80...) se debe a su público, y por pocos que seamos en España, sí que sería más que interesante cuidarlos, ya que serán los que apoyen el lanzamiento de sus futuros juegos. Una buena estrategia cuidando a los usuarios de los juegos de rol \'estilo japonés\' llevará a que haya muchos más en un futuro, y así lo único que conseguirán es que cada vez las ventas sean menores. Obviamente, nadie dejará de comprarse Final Fantasy VII Remake o FF XV, ya que estos sí que estarán traducidos al perfecto castellano (y porque a muchos nos dará igual), pero tratar tan mal a un buen puñado de miles de usuarios que quieren comprar tu producto no es la mejor de las estrategias.
Parece que Square Enix ha descubierto algo que Nintendo lleva explotando ya varios meses; sus fans más acérrimos están fritos por conseguir material de sus juegos. Así que, para quedarse con todos los beneficios, se han aprovechado de su tienda para lanzar ediciones especiales con material único de sus propios lanzamientos, lo que supone un 100% de beneficio simplemente añadiendo un poco de merchandising. Y claro, así pueden pedirnos casi 100 euros por una edición coleccionista.