Sonic no está pasando por su mejor momento, eso es indudable. Tras un montón de títulos de mediocre calidad en multitud de plataformas durante los últimos años, la compañía parece haber dado con el clavo a la hora de sacar dos películas de imagen real del erizo azul que han funcionado bastante bien en taquilla, motivo por el que ya tienen casi lista una tercera para 2023. Durante los últimos años, especialmente desde el lanzamiento de Nintendo Switch (no la única, pero sí especialmente), hemos estado viendo un enorme aumento de interés de muchos fans, especialmente los más jóvenes aunque también los más viejos del lugar, por juegos retro y clásicos de consolas pasadas, algo que muchas compañías han aprovechado para lanzar sus juegos más antiguos y recopilatorios, algunos con ediciones más que decentes y otras con simples copypaste de lo que ya había para estas consolas sin extras, añadidos, o mejoras de ninguna clase. También tenemos muchos ejemplos de compañías que aprovechando este tirón intentan sacar sus eurillos añadiendo algunos elementos de escaso o nulo interés a estos últimos recopilatorios, y vendiéndolos como si fueran oro en paño. Bien; SEGA es de estas últimas.
Si analizamos este Sonic Origins, es complicado hacerlo peor por muchos motivos, máxime cuando además al gran público le ha parecido una buena idea al ver que íbamos a poder disfrutar de estos cuatro grandes juegos que han dejado una huella imborrable en el mundo de los videojuegos. Por un lado, no hay edición física en ninguna consola, lo que hubiese supuesto que muchos nos hubiésemos planteado comprarla por el simple hecho de tenerlos para jugar cuando queramos sin la necesidad de plantearnos que, tarde o temprano, nos podríamos quedar sin ellos, que es un miedo muy latente que existe por todo lo que es digital y/o está en la nube. Más delito tiene cuando, además, Nintendo Switch se presta como la consola perfecta para contar con un cartucho que tenga estos cuatro juegos, no solo porque durante los últimos años los juegos de SEGA han funcionado mejor en esta consola, sino porque solo tenemos que insertar un cartucho para jugar sin necesidad de instalar nada como en cualquier otra consola, lo que implica conexión a Internet (y el mismo miedo a que esos juegos ya no estén disponibles en un futuro).
Por otro lado, cuando un recopilatorio de estas características se anuncia, generalmente hablamos de juegos más recientes, con un desarrollo más prolongado, y que por tanto podrían costar algo más de dinero. Anunciar que su precio son cuarenta euros por cuatro juegos que tienen muchos más de treinta años (el más reciente tiene 38 con Sonic 3), y que además suponen ser cuatro roms de cuatro juegos de MegaDrive, una de ellas en CD que cuenta con animaciones, nos parece casi una estafa mucho más grande que cuando Nintendo nos cobra diez euros más por tres juegos en emulación, siendo muchísimos mejores juegos y con mucho más trabajo detrás. Para colmo, la compañía decide lanzar una edición deluxe que incluye niveles más difíciles, y que solo van a ser posible de disfrutar si te gastas esos diez euros adicionales. De locos.
Ya lo hemos dicho muchas veces en Ultimagame, y aquí mi opinión personal está bastante clara. SEGA quiere sacar cuartos en base a la nostalgia de sus fans, y lamentablemente muchos van a pasar por caja incluso aunque no lo vayan a tener físicos, simplemente por tener una versión con más resolución que las anteriores, con algunas animaciones de dibujos por la que parece que sea que nos van a cobrar esa cantidad de dinero, y por poder jugar a esos juegos en consolas actuales para no tener que desempolvar las anteriores.