Empezamos bien, muy bien. Sonic tiene que volver a correr en solitario, envolver al jugador con su velocidad y dejar atrás a la mayoría de sus azucarados amiguitos. No me malinterpretéis, no me disgustaría que Tails, Knuckles o Eggman tuvieran hueco en esta nueva aventura del personaje, pero no quiero experimentos raros. No quiero pilotar con Tails, ponerme a dar espadazos o convertirme en erizo-lobo... Quiero correr a toda velocidad, saltar distancias imposibles, esquivar trampas, acabar con letales enemigos robóticos y liberar animalitos. Quiero volver a vivir un auténtico Sonic. Tras años y años de quemar al personaje - y tirar de su carisma - para vendernos títulos mediocres parece que SEGA se ha dado cuenta de que, para revitalizar al erizo es necesario un título impresionante, que vuelva a ponerlo en el candelero.

Recuperar a los antiguos (y resentidos) fans y atraer a las nuevas generaciones... El trabajo no es nada fácil, pero todos sabemos que cuando SEGA quiere - de verdad - es capaz de hacer auténticas maravillas. Más allá del prometedor artwork estamos impacientes por ver las primeras pantallas de este proyecto y respirar tranquilos sabiendo que este nuevo título será una de ellas.