Hace poco tuvimos la oportunidad de probar una demo del juego al que, como aficionados a los FPS, tenemos puestas muchas esperanzas en él. A nivel jugable las sensaciones fueron buenas, aunque también nos dejó un poco de sabor agridulce por la enorme cantidad de cosas que podíamos hacer en cada momento. Cada vez que vemos vídeos del juego se nos presenta como un shooter bastante normal que se desarrolla en un mundo abierto, pero cuando jugamos nos queda muy claro que sus creadores no quieren repetir los mismos fallos que cometieron en el primer Rage donde casi no podíamos hacer nada más que explorar un entorno en gran parte vacío y disparar a los pocos enemigos que encontrábamos.
Como decimos, en los vídeos vemos una gran cantidad de opciones que nuestro personaje, el ranger Walker, tiene a su disposición. El problema (por decir algo) es que la mayoría de ellas son a la vez. Tenemos disparos con armas tradicionales, lo normal en un FPS, pero también tenemos diferentes habilidades que podemos activar en cualquier momento como el salto y el golpe en el suelo, y también podemos activar diferentes poderes en el propio personaje que lo hacen súper poderoso durante unos segundos, así como lanzar diferentes tipos de objetos (un boomerang que corta cabezas, una granada que paraliza enemigos...), y todo ello lo podemos hacer a la vez cambiando opciones con la cruceta digital y los diferentes botones del mando. ¡Ojo! No estamos diciendo que esto sea malo ni mucho menos, ya que al menos permite al jugador experimentar y le da un buen puñado de opciones para que jugue a su gusto. No es necesario usarlo todo, y si queremos un simple FPS también podemos hacerlo utilizando las armas y algún que otro poder, aunque si jugamos así perderemos gran parte de la gracia del juego.
Las sensaciones tras la demo fueron muy positivas, aunque tras una hora nos dejó con la sensación de que no habíamos exprimido nada de todo lo que puede ofrecer y, sobre todo, que va a tener una curva de aprendizaje elevada si todas las opciones se mantienen tal cual y sus creadores no deciden que el jugador las vaya aprendiendo poco a poco (que es lo más probable). Aún así, un juego que puede resultar ser intimidante y que a buen seguro ofrecerá a los jugadores un montón más de opciones que a día de hoy son difíciles de ver en un shooter en primera persona.
Ya lo hemos repetido hasta la saciedad pero volveremos a decirlo. El E3 es el momento en el que las miradas de gran parte del mundo están en la industria de los videojuegos, la de los fans pero también la de la prensa no especializada, televisiones y demás medios, además de los youtubers, streamers... Éste ese el momento excelente para brillar, mostrar cosas que hagan gritar a tu público y les haga ponerse de pie, y Bethesda sabe exactamente cómo hacerlo.
Muy probablemente, la mayor parte de lo que hemos visto tengamos que esperar como muy pronto a finales de 2019 para tenerlo entre manos, y otros incluso 2020 (TESVI), pero la realidad es que Bethesda está apostando muy fuerte ofreciendo unos juegos de gran calidad para el presente (RAGE 2 tiene una pinta magnífica, Fallout 76 al que hay muchas ganas de jugar o The Elder Scrolls Online que esperamos algún día que esté en español...), juegos gratuitos para móviles como The Elder Scrolls Blade o novedades en el futuro como Starfield.
Al final, uno sale de la conferencia pensando que tiene ganas de que llegue el presente y poder echarle el guante a los juegos próximos, pero también que llegue el futuro y que podamos ver de qué son capaces, algo que no me ocurrió ni con EA ni con Microsoft. Los propios juegos de cada compañía son los que marcan su camino futuro, y Bethesda tiene un futuro muy brillante si sigue por aquí.
Esta es una de esas ocasiones en las que queremos jugar un poco a ser adivinos. Aún falta el anuncio oficial por parte de Gearbox Software de la fecha de lanzamiento de Borderlands 3 (sabemos que existe y está en desarrollo aunque no se haya visto nada), y de poder ver algo del juego real que se está desarrollando desde hace ya 3 años. Lo que sí sabemos es que muy probablemente uno de estos dos juegos acaben en nuestras consolas para finales de 2019 (Borderlands 3). Este RAGE 2 aparecerá antes de esta fecha, y eso ya le hace ganar algunos enteros, pero hay una legión de fans que esperan ansiosamente la nueva entrega del otro páramo, Pandora, más colorista y con más sentido del humor, y ambos juegos van a competir por los mismos usuarios por contar con un estilo muy similar en todos sus aspectos.
Por lo que sabemos hasta ahora, RAGE 2 será mucho más abierto y nos dará la posibilidad de ir a donde queramos y explorar lo que queramos, mientras que Borderlands 3 seguirá un guión similar a anteriores entregas con misiones más lineales en un mundo abierto. Ambos se acercan a una estética similar, siendo más realista RAGE que Borderlands, que seguirá siendo cell-shading aunque diferente a Borderlands 1 y 2. Si los comparamos, el estilo de juego salvaje, la gran importancia de los vehículos con armas para destruir al enemigo y echar carreras, el mundo abierto, el sentido del humor... No sabemos si las diferencias serán muchas o pocas, aunque a priori parecen escasas, por lo que quien aparezca ante en el mercado puede llevarse el gato al agua.
Falta aún por confirmar dos cosas. Las fechas de lanzamiento de ambos juegos y si RAGE 2 contará con cooperativo (que nosotros apostamos a que sí que lo hará, aunque quizás no para cuatro jugadores). No hemos podido jugar a ninguno de los dos juegos, y tan siquiera hemos visto nada de uno de ellos, pero como decimos, la competencia entre ambos puede ser feroz y el planteamiento tan similar que la fecha de lanzamiento puede ser decisiva para el éxito o el fracaso de los mismos.