Desde sus inicios en esto de los videojuegos allá por 1990, Schafer ha demostrado tener una gran personalidad e imaginación que impregna a todos sus videojuegos. Su locura (maravillosa locura) hace que sus juegos tengan una estética muy original, unos diálogos muy divertidos y unos personajes realmente carismáticos de esos que dejan huella incluso si no has jugado a alguno de sus juegos (casi todo el mundo conoce a Manny Calavera). Pero, como solemos decir, un hombre solo por muy genio que sea no llega a nada sin ayuda.
Schafer ha sabido rodearse en (casi) todo momento de grandes artistas, directores, guionistas y músicos que han sabido hacer lo que él tenía en mente, y eso también se debe a su genialidad. La idea de buscar a la gente adecuada para hacer el trabajo que tienes en tu cabeza la cumple a la perfección, y es algo que hemos visto en muchos de sus juegos, no solo clásicos como la saga Monkey Island, Maniac Mansion o Full Throttle entre otros, sino también algunos de los más reciente como el genial Broken Age.
Por todo ello (y por muchas cosas más), adoramos a Tim Schafer, adoramos su trabajo, y lo consideramos como uno de los grandes creadores de videojuegos de todos los tiempos a la altura de genios como Kojima-san o Miyamoto incluso, y en el ámbito de los videojuegos mucho más divertido que la mayoría de ellos juntos. Estamos deseando ver de qué es capaz en Psychonauts 2, y lo que hemos visto hasta ahora nos encanta.
No nos vamos a cansar de repetirlo. El modelo de financiación de crowfunding es muy bueno para pequeños proyectos que necesitan de apoyo económico, pero que no cuentan con los recursos necesarios ni el apoyo de compañías de producción a sus espaldas. Sin embargo, la enorme falta de control de estos hace que cualquiera con el dinero ya en el bolsillo pueda modificar el proyecto, sus especificaciones o sus fechas de entrega a su antojo, algo que a buen seguro no gusta demasiado a los que lo apoyaron originalmente.
Como siempre decimos, nosotros preferimos que un juego tarde un poco más en ser lanzado al mercado, si esto incide directamente en su calidad y en las opciones que podremos tener en el mismo. Sin embargo, esto tiene sentido para el usuario cuando aún no ha pagado nada por el mismo, dejando de tenerlo cuando ha dado dinero por adelantado. Imaginemos que alguien quiere jugar a Psychonauts 2 en 2018 y ha pagado por él para ello, y ahora descubre que el juego no llegará en 2018 sino un año más tarde. Puede que le de igual esperar, pero ¿y si no le da igual? ¿Le devuelven el dinero o le hacen algún tipo de compensación?
Con este modelo, los únicos beneficiados son las compañías desarrolladoras, dejando un poco indefensos a los que pagaron por adelantado. Seguimos diciendo que nos gusta el crowfunding, pero que debería haber algo más de control para que los usuarios finales no se sientan tan desamparados.
Siempre hemos dicho que el proceso de crowfunding (kickstarter) tiene muchas cosas buenas, pero también malas, de cara al desarrollo de un juego pero también (y más importante) de cara a los jugadores. Sin embargo, esta precisamente sí que es una de las cosas buenas que tiene; la de poder ver cómo se va creando el juego.
En el vídeo vemos a Schafer (productor del juego) en su papel, el de consejero a quien se le ocurren ideas de cómo hay que desarrollar las cosas, habla con el director para que organice a los equipos, o incluso le da ideas al compositor de qué ambientación le gustaría tener en el juego. La realidad es que el trabajo duro se lo lleva el diseñador del juego, y el productor es alguien que está supervisando todo el conjunto.
En otros vídeos similares (de otros juegos) también hemos visto a diseñadores creando conceptos y bocetos para el juego, al director sugiriendo ideas, o al productor organizando el trabajo, y realmente es algo que no pasaba hace unos años, cuando el desarrollo de los videojuegos era algo que prácticamente nadie (salvo los que trabajábamos en el sector) conocía. Como decimos, esto sí que es una de las cosas buenas del crowfunding, ya que al haber aportado dinero los backers (como se les denomina a los que dan dinero), hay que ir ofreciéndoles información de lo que se está haciendo con él.