¿En serio, Ubisoft? Un juego de 2003 que apareció en PS2, Xbox uno (la original, como se llame) y también en GameCube, la consola de Nintendo de por aquel entonces. Un remake que cuenta con una estética más tirando al cartoon que al gráfico realista podría parecer cantado que se anuncie para Switch, la consola de moda, y que al menos por el momento se queda sin su versión. No tiene ningún sentido, y puedo ver el motivo por el que (quizás) la compañía haya tomado esta decisión.
Mirando las ventas del original se puede ver que la versión de PS2 superó los dos millones de unidades vendidas que está muy bien para un juego de una saga de la que llevábamos mucho tiempo sin saber nada, y que para la versión de Xbox sus ventas se acercaron al millón de unidades que tampoco está nada mal, y teniendo en cuenta que era la primera consola de Microsoft y que había mucha gente reticente a comprársela por muchos motivos, especialmente su precio. Mirando las ventas de GameCube, el juego no llegó a las 300.000 unidades vendidas, es decir, 1/3 de las unidades de Xbox, por lo que se puede deducir que éste ha podido ser el motivo principal por el que Ubisoft haya decidido no lanzar una versión para la actual consola de Nintendo. Aún así con estos números en la mano no tiene ningún sentido. Actualmente Switch es la consola de moda, y todo lo que sale en ella se vende como pan caliente, pero es que además hay otros dos detalles que lo hacen más inverosímil.
Por ejemplo su estética, y que parece que NO ha convencido a casi nadie. Y esto puede ser más un problema de marketing que del propio juego. La primera vez que se utilizó esta palabra (remake) en un nombre de juego con éxito ha sido en Final Fantasy VII Remake, y ha tenido tanto éxito que ha establecido para los jugadores (y por ello para la industria) las bases de lo que se puede esperar de un juego que sea un remake y que deba llevar esta palabra en el nombre. Y es que cuando se habla de remake (utilizando esta palabra) deja por sentado que el cambio técnico es total, mucho más realista y detallado, e incluso cambiando mecánicas de juego y hasta la historia. Y se nota y mucho que al juego le han pegado un lavado de cara enorme, los escenarios están más detallados, los personajes más conseguidos y los efectos de iluminación son mucho mejores que en el original. Sin embargo, no es lo que se podría esperar de un remake. De llamarse remaster, o incluso acuñar una nueva palabra, revamped (renovado) por ejemplo o algo similar, y venderlo como una remasterización completa, un lavado de cara que sin llegar a ser remake se podría considerar como tal, nos lo tragamos por completo.
Esta estética le pega como anillo al dedo al público mayoritario de Switch, y está claro que puede salir perfectamente en esta consola porque no hay nada de lo que se haya visto con lo que la portátil de Nintendo no pueda, máxime después de ver joyas como The Witcher III. Pero es que, además, solo por fidelidad a un público que te apoyó con el lanzamiento del original debería haber tenido su versión. Y es que, además, no tiene versión para las nuevas consolas (sí, en Xbox será compatible por supuesto, y puede que en PS5 también), pero sale en una fecha, finales de enero, en la que no se le está dando un apoyo importante porque acaban de salir nuevas consolas al mercado, porque está en medio de la cuesta de enero, y porque la mayoría de los jugadores están aún jugando a los juegos de las navidades (o a otros que tengan pendientes de 2020).
Es como si se hubiese equivocado en todo, el nombre, la fecha de lanzamiento, el público al que va dirigido y no haber salido en las plataformas adecuadas (o al menos en todas las adecuadas). No parece el mejor anuncio, ni tampoco la vuelta del príncipe que muchos deseábamos.