Opinión: Entre la innovación y tradición, entre nuevos jugadores y fans de toda la vida
Está claro que una licencia como Pokémon no es fácil de gestionar. Por un lado tienes a nuevas generaciones de nińos que se ven atraídas por el colorido y la simpatía de estas criaturas, y quieren diversión sin demasiadas complicaciones, hacerse amigos de Pikachu y descubrir todos los secretos de este mundo. Por otro, jugadores que ya llevamos más de 25 ańos experiementando con la franquicia, que buscamos retos, gimnasios inolvidables, evoluciones sorprendentes (y optimizadas para el combate), secretos a descubrir... 2 públicos que son muy difíciles de casar, algo que ya nos ha enseńado Espada y Escudo, que pese a sus ventas ha sido la entrega principal más criticada por la comunidad (y no solo por sus DLCS)
El planteamiento de Diamante Brillante y Perla Reluciente juega justo en el incómodo equilibrio entre los dos grupos, los que quieren descubrir esta aventura del pasado, y los nostálgicos que le dedicaron decenas de horas en su DS, recorriendo Sinnoh a su gusto. Y la primera impresión, a la espera de que Nintendo desvele algo más, es que se ha apostado más por los primeros; van a llegar todas las mejoras para hacer el juego más accesible (es decir, fácil, guiado y carente de auténtica sensación de reto) y apunta a ser una versión técnicamente justita (fiel al original, eso sí, pero lejos del potencial de Switch). żPodría incluirse de una vez un selector de dificultad o similar que nos ahorrase los tutoriales básicos, que hiciese los combates estratégicos desde el principio, opciones más enfocadas a la crianza, naturaleza y demás...? żAńadirle más emoción y profundidada a la aventura, si ya jugaste hace 15 ańos? żAńadir un modo online competitivo realmente divertido y desafiante? Pues poder se podría, por supuesto, pero es más fácil mirar para otro lado, adaptar una versión colorida y divertida, aprovecharse de la nostalgia y contar tus millones de yenes sin calentarte la cabeza.
Justo en el lado opuesto está Legends: Arceus, una apuesta valiente y diferente que, ojo, puede ser un batacazo monumental (no hemos podido ver todavía demasiado de las mecánicas de exploración y combate), pero que al menos ofrece una experiencia original - y, a priori, más inclusiva -. Nuevos estilos de captura y combate, una región de Sinnoh que pinta realmente espectacular, y la experiencia de mundo abierto que tanto ha gustado con Breath of the Wild; dejarnos explorar sin tantas guías, perdernos, fracasar si vamos por el lado erróneo, aprender y ser mejores. Ese espíritu Nintendero que tenía el primer Zelda - It\'s dangerous to go alone, aquí tienes una espada para que te vayas apańando, en lugar de un mapa diciéndote a donde ir ni un tuturial de cómo pulsar el botón... - Es, desde luego, prometedor, visualmente vistoso - y mucho más actual que Espada y Escudo - y abre nuevas posibilidades a una saga que sigue teniendo un potencial gigantesco, pero que continuamente se auto-limita, y que solo tiene valor para experimentar en las sagas paralelas, como Pokémon Ranger.
Por eso, y a la espera de saber algo más de ambas propuestas, la segunda nos ha parecido mucho más interesante y emocionante, y si bien encontrarnos de nuevo con Palkia, Dialga y Giratina puede ser una gran experiencia en un remake, hacerlo con el mismísimo Arceus provoca un divertido cosquilleo, un poco diferente al anterior...