Sé que somos muy pesados con este tema, pero es que a pesar de que los fans más acérrimos de cualquier sistema, compañía, consola o servicio digan lo contrario, los juegos siguen siendo lo más importante de cualquiera de ellos, y especialmente, sus juegos AAA que son generalmente por lo que muchos de ellos son realmente reconocidos. Personalmente y como ejemplo, un sistema como Valve Index se hace fuerte con juegos como Half-Life: Alyx, y aún así le siguen faltando más juegos de este tipo para poder decirse que merezca la pena su compra por parte del público mayoritario. Los sistemas de VR para PC cada día llegan a más personas, y en pleno verano de 2022 han llegado a su máximo esplendor con varios millones puestos a la venta, y aún así, siguen sin llegar a convencer al grueso de los jugadores por sus precios, y/o por faltar más juegos de calidad como este título de Valve. Muchas experiencias en primera persona, muchas demos, y mucha réplica de juegos ya existentes con movimientos de cabeza es lo que se suele encontrar en esto de la realidad virtual, a pesar de que tenga a muchos partidarios que te digan lo contrario.
Hay que reconocer que Sony está haciendo grandes esfuerzos en promocionar su realidad virtual, y también por hacer que muchas compañías se suban al carro lanzando algunos de los productos disponibles en PC VR para el sistema de Sony. Sin embargo, personalmente creo que es un error lanzar las VR2 a principios de 2023 por dos motivos fundamentales. El primero es que todavía cuesta mucho trabajo pillar una PS5 como para poder decir a la gente que se compre, además, un periférico de realidad virtual que necesita también algún juego, con lo que su compra subirá hasta cerca de los mil euros y eso sin estar inflado por especuladores o las propias tiendas. A día de hoy hay más de 22 millones de PS5 vendidas en el mundo, un número que justifica el lanzamiento al mercado de las gafas, pero como digo hay una mayoría de personas que no pueden pillar la consola, especialmente porque cuando salen al mercado lo hacen en un número tan pequeño que los revendedores la acaban pillando y subiendo de precio, o las propias tiendas que hacen packs con los juegos que nadie quiere para aprovechar y liquidar stock a precio inflado.
El segundo de los motivos es probablemente más importante sí cabe. Sony ha anunciado algunos juegos para el sistema pero aún no hemos visto nada de los mismos a nivel de gameplay real. Uno de los más importantes, Horizon: Call of the Mountain, se ha mostrado poquísimo y aún siembra enormes dudas sobre lo que vamos a poder hacer con el juego a pesar de que sus creadores afirman que se trata de un juego completo con total libertad de movimiento y que tendremos una experiencia similar a los dos juegos ya lanzados de la saga Horizon (cosa que yo personalmente dudo profundamente). Al primer VR de PlayStation le faltó precisamente eso, unos buenos juegos AAA que llamasen la atención y que nos hiciese pensar que o comprábamos las VR o nos íbamos a perder una experiencia única, como sí puede pasar con juegos como God of War, Uncharted, o The Last of Us en una consola PlayStation (a menos que quieras esperar un añito y algo para jugarlos en PC). Ahora parece que Sony ha aprendido la lección anunciando Horizon: Call of the Mountains, o también llegando a un acuerdo con Capcom para el lanzamiento (dos años más tarde, pero sí) de una versión optimizada de Resident Evil 8, pero de momento solo son esos dos juegos, y tampoco parece que vayamos a poder disfrutar de algo único, al menos a priori por lo que se ha visto.
Para llamar poderosamente la atención con este sistema deberían empezar a mostrar desde ya de lo que es capaz, y sobre todo, de los juegos que vamos a poder tener durante los primeros meses o incluso años, aunque vayan a tardar en salir, creando suficiente hype en los fans menos acérrimos que son los que no se compran de cabeza todo lo que anuncia la compañía. Como digo, creo que Sony lo está haciendo mucho mejor ahora con VR2 que lo que hizo con las VR originales, pero aún le falta mucho por recorrer si de verdad se quieren ganar el corazón de una buena parte de sus fans.
Los que hemos probado la realidad virtual en sus diferentes versiones, PC y/o consola, y con algunos grandes juegos en cualquiera de estos formatos, sabemos que aún no hemos visto el verdadero potencial que es capaz de ofrecer esta tecnología que no lleva demasiados años con nosotros. Especialmente con un juego como Half-Life: Alyx, que es de verdad lo mejor que existe en VR a día de hoy y, como también hemos dicho en varias ocasiones, el camino que debería tomar la VR para hacernos sentir de verdad dentro del mundo del juego. Me gusta poner como ejemplo el juego de Valve porque, en muchas ocasiones, hemos dicho que nos encanta la VR pero que no hay nada que haga pensar al público masivo el comprarse dicho periférico, porque no olvidemos que no es precisamente barato (actualmente son doscientos euros además de la consola) y porque está carente de juegos que realmente llamen la atención. Se pueden nombrar juegos como Moss, Astro Bot, Tetris Effect, o el propio Beat Saber, y la mayoría de jugadores diría que no se gastarían el dinero en un periférico para jugar a esos juegos a pesar de ser muy buenos, aunque sí que lo harían para jugar a Alyx, Resident Evil VII o algo similar a Skyrim pero con un apartado técnico más evolucionado. El problema es que son pocos y, además, uno de ellos es de PC.
Digo que estoy sorprendido por este anuncio porque no hay que olvidarse que Sony ha vendido algo más de cinco millones de unidades de su actual VR, lo cual es un número ridículo teniendo en cuenta la cantidad de dinero invertida en desarrollo y juegos, así como que no llega ni al cinco por ciento de los usuarios actuales de PS4 que rondan los 120 millones a principios de 2021. Sinceramente, pensaba que Sony se lo pensaría mejor y abandonaría toda idea de seguir desarrollando un nuevo periférico y juegos para ello, máxime incluso cuando vemos las ventas de un juego como Half-Life: Alyx, que sí que es un vende-consolas, o vende-periféricos en este caso, y que ha conseguido colocar en el mercado casi dos millones de unidades del VR Valve Index para el que fue anunciado, y que además es compatible con un buen puñado de otros periféricos de VR. Un solo juego ha conseguido vender en menos de un años casi la mitad que todo el catálogo completo de VR de PS4 en cuatro años, y aún así tampoco ha conseguido que el interés por la realidad virtual despierte entre el gran público. Probablemente, el precio sea una barrera demasiado grande, ya que no solo son las gafas, sino también los mandos, los juegos, o incluso el PC que hace falta y que no todo el mundo puede permitirse ahora mismo, sobre todo si nos fijamos en el equipo medio de los usuarios de Steam en 2020 que tenían una GeForce GTX 1060 o similar (supuestamente se puede jugar a Half-Life: Alyx con esto).
Aparte de mi sorpresa, también tengo que reconocer que estoy ilusionado por varios motivos. Primero porque pueden llegar más juegos similares a Alyx a PS5, e incluso el propio Alyx como la propia Valve confirmó en 2020 asegurando que no cerraban las puertas para su desarrollo en otras plataformas. Y segundo porque espero ver nuevas experiencias jugables, nuevas mecánicas originales y divertidas, o mundos que sean de verdad inmersivos y que no parezcan pequeñas demos como Batman VR o Iron-Man VR, que son dos buenos ejemplos de demos venidas a más y no son las únicas, y por supuesto juegos que no mareen tantísimo como Gran Turismo Sports por nombrar solo uno de las decenas que existen. Sigo sin apostar demasiado por este nuevo periférico para PS5, aunque sí tengo ganas de ver qué hacen, de qué juegos y franquicias nos traen y, sobre todo, de ver el precio de esta nueva tecnología tras ver el precio de algo de nueva generación en VR como el propio Valve Index VR Kit, que actualmente ronda los mil cien euros. Suficiente para dejar frío a cualquiera.