Ya lo hemos dicho en muchas ocasiones. Mientras que muchas enormes compañías siguen apostando a las mismas cartas una y otra vez a sabiendas de que mucha gente va a seguir comprando sus juegos (que no mal tampoco porque tiene que haber de todo) es la scene indie quienes en la mayoría de las ocasiones dirigen el mercado de los videojuegos hasta puntos donde nunca antes había estado, con apuestas en ocasiones modestas y en otras mucho más arriesgadas.

A veces funcionan y otras veces no, pero está claro que es más fácil apostar por estos desarrollos sin la presión de tener que contentar a millones de personas por ofrecer otra vez lo mismo (sagas que todos jugamos y conocemos) y se arriesgan a ofrecernos atractivas apuestas y que incluso a veces resultan muy personales. Independientemente de si resultan rentables o exitosas, lo que está claro es que a día de hoy, finales de 2018, son las empresas indies las que están dirigiendo el mercado hacia un nuevo horizonte y que millones de jugadores estamos deseando explorar para no quedarnos estancados en lo de siempre.

Repetimos lo que decimos en muchas ocasiones: Las grandes sagas y franquicias están muy bien y merecen un gran respeto por seguir ofreciendo nuevos juegos y seguir contentando (en mayor o menor medida) a sus seguidores, y nosotros también jugamos a estas. Pero también queremos probar cosas nuevas que nos hagan pensar, que nos hagan disfrutar y que nos hagan sentir algunas de las cosas que sentíamos cuando jugábamos hace más de 30 años en nuestras viejas consolas y ordenadores de 8 bits.